Jonathan Mastropierro escribió una nueva página en su historial de incursiones por los estrados judiciales. Esta vez no fue por la causa en contra de Penadés por delitos sexuales, sino por el siniestro de tránsito que protagonizó y terminó con dos jóvenes lesionados.

Este lunes, en la audiencia judicial, se resolvió colocarle a Mastropierro una tobillera electrónica debido a un “incidente” que hubo durante la instancia. Testigos que estuvieron en el lugar consideraron que lo sucedido fue “digno de Netflix”, desde la entrada hasta la salida del joven de 23 años.

El joven llegó al juzgado en un auto Mercedes Benz negro y con matrícula de remise, conducido por un hombre de traje. Luego de poner balizas y estacionar en doble fila, el individuo se quedó esperando a Mastropierro a un lado del vehículo.

Del Mercedes descendieron, además, dos guardias de seguridad. “Claramente eran patovicas de boliche”, apostó una fuente en su relato a Montevideo Portal. Vestidos de negro y de complexión física grande, los hombres acompañaron a Mastropierro desde la entrada hasta la puerta de la sala en la que se celebraría la audiencia.

Cuando el joven fue llamado para ingresar a la audiencia, los guardias de seguridad se encaminaron a entrar con él, lo que provocó la reacción de los abogados defensores de la familia que fue víctima del accidente. Los penalistas Ignacio Durán y Eduardo Sassón le pidieron al juez que impidiera el ingreso de los hombres, porque eran ajenos a la causa y no correspondía que presenciaran la instancia.

La defensa argumentó que los guardias de seguridad buscaban amedrentar a las víctimas. Además, sostuvieron que la seguridad de los presentes en un juzgado está garantizada por la Fiscalía.

Ante la decisión del magistrado, los “patovicas” se retiraron y esperaron en la salida. “Estaban de brazos cruzados, te miraban siempre de pesado. De hecho, nos hicieron cruzar a través de ellos cuando nos íbamos. Fue increíble”, agregó el informante, que describió algunas situaciones entre incómodas y bizarras.

Finalmente, el Mercedes y el hombre de traje esperaban la salida de Mastropierro para irse del juzgado. Así como llegó, se fue, pero con tobillera puesta.