El Tribunal de lo Criminal de Vaucluse decidió este viernes que la prensa tendrá que ausentarse cada vez que se proyecten los videos de las violaciones a Gisèle Pélicot, en contra del parecer de la víctima, que quiere que el proceso sirva “para que la vergüenza cambie de bando”.
El presidente del tribunal, Roger Arata, anunció su decisión por los poderes que tiene sobre la gestión de las audiencias y lo justificó señalando que “esas imágenes son indecentes y chocantes para el público”.
“Estamos protegiendo la indignidad”, se quejó Stéphane Babonneau, uno de los abogados de Gisèle Pélicot, que insistió en que “no debemos tener miedo a mostrar las violaciones”.
Babonneau recordó, precisamente, que fue su clienta la que había pedido que el juicio no se celebre a puerta cerrada, como podría haberlo solicitado para proteger su intimidad.
“Cuando escuchamos que hay que proteger la dignidad de la señora Pélicot y la dignidad de los acusados cerrando finalmente las puertas de la sala cuando se emitan esos videos, en realidad es difícil no sentir que estamos protegiendo la indignidad”, expresó la defensa.
Antoine Camus, otro de sus abogados, añadió que Gisèle Pélicot ha querido que las audiencias fueran públicas “porque a nivel personal no espera nada de este juicio”. “Su vida está destruida y su ambición ahora es intentar cambiar la sociedad, en particular por el bien de sus nietos”, agregó.
Fue en la audiencia del jueves cuando los videos de las violaciones se proyectaron por primera vez, cuando prestaron declaración dos de los acusados de haberla violado en estado inconsciente bajo los efectos de los ansiolíticos que le administraba su marido, Dominique Pélicot, que durante 10 años permitió a decenas de hombres que abusaran sexualmente de ella.
De entrada, ya se había excluido al público en la sala del tribunal en el momento en que se emitían esas grabaciones, que son la base de la acusación, y que se encontraron en un disco duro que guardaba en su casa con miles de videos y fotografías de las sesiones de sexo que había organizado con su esposa bajo sumisión química.
Los periodistas, sin embargo, podían estar presentes y contar las escenas, aunque no grabarlas, ya que en Francia está prohibido tomar imágenes o sonido en una sala de audiencias durante el juicio.
El fiscal propuso esta mañana que se proyectaran sistemáticamente los videos antes de cada declaración de los acusados, para que se pudieran ver las que son las principales pruebas de la acusación.
Los abogados de la defensa no querían que esas proyecciones fueran sistemáticas. La única excepción fue Béatrice Zavarro, la letrada de Dominique Pélicot, que tras su detención en setiembre de 2020 ha reconocido su responsabilidad, y desde el comienzo del proceso se esfuerza por señalar a los otros 50 hombres que se sientan con él en el banquillo.
La sesión de la mañana, en la que no se proyectó ningún video, estuvo dedicada al caso de uno de ellos, Cyrille D., de 54 años, encausado por haber violado a Gisèle Pélicot en la noche del 2 al 3 de setiembre de 2019.
Este hombre reconoció que no había dudas de que la víctima estaba dormida, pero precisó que lo que sabía es que había tomado medicamentos “para estar relajada”.
EFE
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