Una mujer estadounidense afronta cargos por delitos graves después de que su hija recién nacida muriera mientras estaba en la cama con ella. El caso parece un calco del que ella misma protagonizó años atrás.
Aaliyah Lykins, de Muncie, Indiana, podría ser condenada por homicidio imprudencial y negligencia de un dependiente, según informa la revista People.
El primer caso ocurrió el 9 de octubre de 2020, cuando Lykins estaba amamantando en la cama a su hija Addilynn, de dos semanas. Supuestamente se quedó dormida y con su cuerpo sofocó a la pequeña. Al despertar, la niña estaba muerta por paro cardiorrespiratorio. Cuando llegaron los socorristas, la bebé no respiraba y poco después fue declarada muerta en un hospital local.
“Aaliyah Lykins era plenamente consciente del peligro de dormir con su bebé, ya que otra de sus criaturas murió de esa manera”, se lee en el reporte policial incluido en el expediente del caso actual.
La mujer, de 21 años, no afrontó cargos por la muerte de su hija. Ahora, la muerte de otro de sus hijos en similares circunstancias sí puso en marcha el mecanismo jurídico.
De acuerdo con el informe, cuando los médicos constataron la muerte del menor de sus cuatro hijos, la joven se lamentó. “Oh, no, lo hice de nuevo”, fueron sus palabras.
Además, Lykins tiene causas abiertas por otros episodios. Se trata de un arresto por agresión con lesiones corporales a una mujer embarazada, agresión doméstica con un arma mortal y agresión doméstica con lesiones corporales graves, informó el medio local Star Press.
Las autoridades sanitarias estadounidenses recomiendan que los bebés recién nacidos duerman en la misma habitación que sus padres, pero no en la misma cama.