Contenido creado por Cecilia Presa
Locales

En primera persona

“No respiraba y estaba azul”: el relato de la vecina que rescató a joven en playa de Rocha

Mateo, de 23 años, está internado en un CTI en Minas, se encuentra estable “con conciencia intermitente” y “los pulmones comprometidos”.

06.01.2025 22:16

Lectura: 6'

2025-01-06T22:16:00-03:00
Compartir en

Por Cecilia Presa

Mateo, el joven de 23 años que casi se ahoga en la playa de Punta Rubia, Rocha, en la mañana de este domingo, continúa internado en CTI en Minas, Lavalleja, de donde es oriundo.

De acuerdo con el amigo que estaba veraneando con él cuando ocurrió el accidente, el chico se encuentra estable. “Anoche se despertó e intentó sentarse. Le explicaron lo que le pasó y quedó tranquilo. Ahora lo volvieron a sedar”, dijo a Montevideo Portal este lunes.

Montevideo Portal se contactó, además, con la vecina que logró sacar a Mateo del agua y le realizó las maniobras de resucitación cardiopulmonar (RCP) que permitieron que hoy esté con vida.

Fanny Delorme, quien vive desde hace 14 años durante los veranos en el balneario rochense, estaba esa mañana en la playa con una amiga y su perra, y vio y vivenció el incidente en primera persona.

“No es verdad que el agua lo empujó hacia afuera y por eso pudo salir. Primero intentó entrar una chica que quiso ayudarlo, pero el agua la escupió. Eso fue cuando él todavía estaba pidiendo ayuda desde adentro del agua”, comenzó su relato a Montevideo Portal.

Delorme dice que Mateo “estuvo como cinco minutos pidiendo ayuda” desde el agua y muchas personas quedaron paralizadas o por miedo no ingresaron a socorrerlo. Algunas de esas personas sí “fueron a buscar a los guardavidas, pero los guardavidas no habían empezado todavía su horario y llamaron a la Prefectura”.

“Cuando llegué a la altura de él vi a un hombre haciendo la plancha, exhausto, y a un turista desde la playa aconsejándole que descansara boca arriba, que se quedara haciendo la plancha”, agregó.

En ese momento la corriente empezó a ir hacia afuera y acercó al joven a la orilla. “Pero no llegó a salir”, narró Delorme, quien contó que dudó si entrar porque, con sus 55 kilos, podía hundirse y ahogarse junto con Mateo, en lugar de salvarlo.

“Al comienzo no quise entrar. Dudé y no me animé. Lo que pasó fue que una ola le rompió arriba de la cabeza. Después vino otra, otra y otra ola. A la cuarta ola que lo pasó por arriba, su cuerpo se dio vuelta en el agua y quedó boca abajo. Ahí le rompió otra ola más encima y desapareció de la superficie. Entonces me metí al agua porque sabía que, si no me metía, nadie más se metía y el tipo se ahogaba seguro”, expresó.

En total había una decena de personas en una playa que no cuenta con casilla de guardavidas y, además, eran las 10 de la mañana y los guardavidas más cercanos, que trabajan a 600 metros de allí, todavía no habían comenzado su horario (que en la mayoría de los balnearios rochenses es de 10:30 a 18:30 horas).

En reclamo por más casillas y más horarios de guardavidas, los vecinos de Punta Rubia y Santa Isabel convocan a una manifestación este martes a las 17:00 horas en la zona.

“Nadie más se animó a entrar. La única que estaba en la playa conmigo y era de la zona era una brasileña que no sabe nadar y, por eso, ella no se animó a entrar”, prosiguió la joven.

Cuando llegó a ubicarse cerca de donde estaba Mateo, se dio cuenta de que podía nadar sin que la llevara la corriente. “Seguí de largo, empecé a manotear abajo del agua y encontré su short. Cinché del short hasta que lo agarré de la cintura y lo saqué para afuera”, narró la chica.

“Estuvo bastante tiempo con la cabeza abajo del agua; entre que yo me decidí a entrar, fui, lo encontré abajo del agua, lo agarré y lo saqué de la cintura. Durante todo ese tiempo él tenía la cabeza colgando todavía dentro del agua. Estaba totalmente inconsciente”, desarrolló.

De hecho, Fanny notó que al chico “no le quedaban fuerzas”. “O sea, ya se había entregado al mar. Lo encontré abajado del agua de casualidad y la verdad tuvimos mucha suerte”, completó.

Al acercarse a la orilla, Fanny comenzó a tener dificultades para seguir cargando con Mateo, quien pesa 80 kilos, más el peso del agua que tendría adentro. “Pedí ayuda a la gente para sacarlo, porque una cosa es arrastrarlo con el agua, que te ayuda, y otra cosa es cuando ya estás fuera del agua. En ese momento vinieron dos vecinos”, añadió.

Pero no fue tan fácil. Incluso, cuando estaban los cuatro jalando del joven una ola los barrió y cayeron. “Dentro del agua volvimos a pararnos y lo pudimos sacar. Cuando lo vi, sacaba espuma por la boca. Entonces le pedí a la gente que lo pusieran de costado para que saque el agua. Me puse atrás de él y empecé como a golpearle la espalda, le salía bastante agua”, contó.

 “Vi que estaba azul, tenía los ojos abiertos y las pupilas negras. O sea, literal estaba sin vida. Busqué un pulso, una respiración, algo. No encontré nada. Y no encontré nada también porque estaba con hipotermia”, dijo. Allí pudo practicarle maniobras de RCP que lo fueron recuperando.  

“En un momento me di cuenta de que estaba muerto de frío y le pedí a los vecinos que trajeran toallas o algo para taparlo. Se pusieron a juntar canguros, cosas; todo lo que había de ropa por la vuelta se lo pusieron arriba y empezaron a frotarlo. Ahí él logró decirnos su nombre. Pensamos que lo peor ya había pasado, honestamente. Al ratito, llegó Prefectura y se lo llevaron”, agregó.

Prefectura trasladó a Mateo a un hospital en Rocha y luego a un CTI en Minas, en donde permanece hasta hoy. Fanny está en contacto permanente con la familia, quienes le agradecieron telefónicamente por lo que hizo y le pasan el parte médico tres veces al día.

“Parecería que cognitivamente no tendría secuelas, pero tampoco lo pueden afirmar 100%, porque no está 100% consciente. Lo tienen bastante sedado y está con conciencia intermitente. Tiene los pulmones bastante comprometidos porque le entró muchísima agua. El riesgo más grande es que haga una infección, por eso todavía está en CTI”, detalló.

Luego de todo lo sucedido Fanny quedó “en shock”: “No tanto por poner en riesgo mi vida, que podía haber salido muy mal, sino porque me pregunto si podía haber hecho las cosas diferente”. “Esas son las cosas que no te dejan dormir a la noche. Obviamente que hice todo lo posible para salvarlo y si no estaba, no se salvaba, pero igual”, expresó entre lágrimas.

Por Cecilia Presa