El presidente Luis Lacalle Pou recordó al difunto ministro del Interior, Jorge Larrañaga, definiéndolo como "un guerrero con el que tuve decenas de batallas".

En entrevista con la periodista Blanca Rodríguez (Subrayado, Canal 10), Lacalle dijo que Larrañaga en 2014 fue "un bastión importantísimo cuando en balotaje sabíamos que íbamos a perder" ante el expresidente Tabaré Vázquez.

"Cuando acepta el ministerio estaba seguro que iba a hacer las cosas bien. Las hizo muy bien", sostuvo Lacalle Pou sobre Larrañaga. El mandatario comentó que el exministro "dormía poco" y hablaban mucho, en algunas ocasiones lo llamaba "a las 2 de la mañana" para mantenerlo al tanto de distintos operativos o detenciones en el marco de investigaciones policiales.

"Lo de (Rocco) Morabito lo tenía obsesionado", señaló Lacalle sobre la recaptura del capo de la mafia calabresa

"La decisión de elegir quién lo va a suplir es dificilísima. Cierro los ojos y mi ministro es Larrañaga y hoy no está", agregó Lacalle. Consultado sobre la designación de Luis Alberto Heber para ocupar el cargo, dijo que es alguien que conoce el país, el sistema político y no le rehúye al trabajo, además de ser de su confianza.

"Celebro mucho la humildad en cualquier individuo y sobre todo en un político. Heber tiene esa personalidad de la humildad, seguridad de lo que está haciendo, buena relación con todo el sistema político", añadió.

Lacalle comentó que está "conforme con la decisión y seguro que (Heber) heredó una buena gestión" que "no nos conforma porque queremos mejorar", dijo y recordó que esta era una aspiración que tenían con el exministro Larrañaga.

Por otro lado, Lacalle fue consultado por la pintada con la frase "Hay orden de no aflojar", que rinde tributo a Larrañaga, y fue realizada en la fachada del Grupo de Reserva Táctica de la Jefatura de Montevideo por parte de efectivos de Zona V.

"No me parece bien. Sé que fue algo autoconvocado. Sé quién la escribió, hablé el sábado con una de las personas que lo escribió", reconoció Lacalle.

Sin embargo, Lacalle cree que este gesto fue una "explosión de afecto, manifestarse y agradecimiento".