La vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, explica su vida política desde su rol dentro del Partido Nacional. De acuerdo a sus palabras, se define como “mujer de partido”, que ahora está ocupando un rol dentro del Gobierno nacional. 

Bajo ese mismo argumento dice que aún no es tiempo de definir candidaturas, por lo menos públicamente. Considera que el hecho de que los nombres de Álvaro Delgado y Laura Raffo hayan aparecido hace que ya dentro de la interna blanca exista una polarización. Con respecto a su eventual precandidatura, aseguró que no la descarta, pero sí está trabajando en generar una estructura que tenga propuestas innovadoras. 

Por otro lado, en lo que refiere al caso del senador del Partido Nacional Gustavo Penadés, quien fue denunciado por explotación sexual, la jerarca aseguró que entiende que su mejor aporte es no pronunciarse y destacó el proceso que ha venido haciendo la fiscal Alicia Ghione. Lo que sigue es un resumen de la entrevista que mantuvo Argimón con Montevideo Portal

¿Cómo ve la interna de la coalición y del partido luego de estos años de gobierno? 

Primero, empiezo por casa. Yo, que desde hace muchos años estoy en el sistema —creo que desde la apertura democrática hasta ahora he seguido las bancadas parlamentarias—, creo que estas bancadas del Partido Nacional deben de haber sido las más sólidas en términos de trabajo y de respuesta al gobierno. En perspectiva histórica, yo resalto a esta altura a la bancada del partido, con las diferencias a la interna que puede haber. Tanto a nivel de Diputados como de Senado han sido bancadas que realmente a mí me gusta destacar lo que hacen. 

¿Cómo ve a Laura Raffo, que fue de las primeras figuras que empezó a moverse para llegar a la precandidatura en las internas? 

Yo comparaba —porque me tocó vivir muy de cerca la elección [pasada] como presidenta del directorio— lo que fue la anterior y bueno... había precandidaturas pero no había tanta intensidad. Hay como mucho acelere. 

¿Cree que la situación de Raffo se da de manera acelerada? 

A ver, no es lo mismo ser oposición que ser gobierno y no es lo mismo los tiempos para quienes tienen estructuras que para quienes no las tienen. Quienes formamos parte del sistema tenemos nuestros tiempos; quienes tienen que hacerse del sistema, obviamente tienen otros. Lo que sí llama la atención es que este tipo de candidaturas [como la de Raffo], que permanentemente intentan posicionarse con adhesiones, son las afines al Herrerismo. Eso es lo que más llama la atención, porque de pronto tendrían que ser diferentes. Pero bueno, también es verdad que a veces el ser gobierno hace que todo sea como más urgente. 

En el caso de Raffo, un tema que ha provocado diferencias a la interna es que ella abandonó el proyecto que tenían en Montevideo. ¿Usted coincide con esas diferencias? 

Yo seguí muy de cerca la candidatura de Laura. Creo que fue una muy buena candidata para Montevideo y fui de las que la apoyó desde el principio. Obviamente, cuando decide tomar otro rumbo creo que —lo hablé con ella— era importante que se alejara de la presidencia de la Departamental porque para nosotros fue una apuesta muy fuerte y, en ese sentido, ahora hay que recomponer la Departamental del partido. Entonces, me parece que lo que teníamos medianamente construido, ahora tiene que ponerse en primera línea de la agenda del partido. 

¿No cree entonces que sea una crítica válida?

Mirá, candidatearse en los distintos órdenes de la vida política requiere de definiciones muy importantes, y a veces esas definiciones tienen que ver con un trayecto personal que me llevan a decirte que las valoraciones son muy personales.

¿En qué sentido lo dice? 

En el sentido de que seguramente ella no tenía previsto tener esta instancia; por eso la apuesta es fuerte y vio una posibilidad y la aprovechó. Y eso en política es definir dentro del marco de las posibilidades. 

¿Cómo queda el proyecto de la Departamental? 

Bueno, a mí me parece que el partido tiene que tomar medidas urgentes porque lo que permanece intacto es nuestro interés en tener un proyecto fuerte en Montevideo y para mí pasa en seguir pensando en la coalición de Gobierno en Montevideo pero visto este cambio, vuelve a ser una prioridad el camino a recorrer. En esta instancia, me parece que es indispensable saber qué proyecto va a tener el Partido Nacional para Montevideo de una vez por todas. 

En su caso, ¿descartó presentarse a las internas? 

No, no descarto. Pero pasa que mis tiempos son diferentes. Primero porque la prioridad es ser vicepresidenta de la República. Yo integré una fórmula, tengo una responsabilidad bien definida y la prioridad es esa. También soy mujer de partido y, en ese sentido, yo opté —y así lo hablamos con el actual presidente— por no tener sector cuando presidía el partido. En segundo lugar, porque cuando uno es cuadro del partido, mira la realidad política con otra perspectiva. Primero decidí, en esa lógica de apertura, que a mí me parece que el Partido Nacional tiene que abrir la base militante; no puede cerrarse. Y en ese mirar de partido, sentí que yo podía contribuir armando una estructura con gente nueva, con gente conocida pero no con trayectoria tan notoria. Tener la posibilidad de abrir una opción más. 

Más como camino del medio. 

Exacto. Vos te habrás cansado de escuchar que hay herreristas, hay wilsonistas, pero también es cierto que hay nuevas generaciones que pueden tener afinidad con una corriente u otra, pero que tienen aportes para hacer desde otro lado y no con ese rigor de ser de una corriente. Por eso mis tiempos son distintos. Cuando termine de armar esa estructura, que por suerte la estamos encaminando desde [el ámbito] nacional, y tengamos lo otro que para mí es un tema no menor, y son las propuestas reales, creo que será momento de decidir. Dentro de esas propuestas modernas que el partido debe tener, yo propuse a un grupo de compañeros [para] que estén trabajando en temas que, a veces por trasladar urgencias, se pierden en lo que uno tiene que hacer.

¿Cree que en el caso de Raffo o Delgado faltan propuestas?

Lo mío es armar estructura con propuesta. Yo siento que todos tenemos que armar propuestas, porque después de pasar un gobierno con las características del nuestro —que tuvo de todo—, obviamente hay cambios que hay que profundizar e increíblemente hay procesos de modernización que el mundo está planteando que antes podíamos estar mucho tiempo debatiendo. Parte de lo que tenemos que hacer es también acelerar una agenda. Yo no me imagino un país que no tenga un ministerio de ciencia y tecnología. He escuchado a Álvaro que ha hablado de profundizar cambios e innovación; Laura seguramente tenga sus grupos técnicos. Pero para mí, desde mi lugar de ser mujer de partido y haber pasado por el gobierno, si hay algo que me parece que es indispensable son las propuestas más modernizadoras. A mí lo que me pasa es que voy un paso más allá, y no me gustaría que mis propuestas fueran algo estándar, porque me parece que tenemos que ir un paso más allá. 

¿Qué alianzas ha logrado? 

Yo todavía no hice alianza porque a todos les digo lo mismo: quiero terminar mi proceso y en eventual alianza, poder compartir lo que yo siento que es indispensable. La alianza no es en qué lugar vamos, para mí es ‘yo preciso que esto me lo lleven’. Todo eso es un combo al que llego después de haber pasado la presidencia del partido; eso te da el mirar un poquito más allá de lo coyuntural.

Hoy en día parece que la interna está entre Delgado, Raffo y más atrás Gandini. ¿A cuál apoyaría?

Si yo digo que estoy armando un sector, y quienes me acompañan comparten esto, la decisión no es mía sola.

¿A nivel personal tiene una postura? 

No, yo tengo afinidades con todos mis compañeros. Conozco mucho a Laura, la apoyé mucho en sus principios porque bueno... ustedes saben cómo es el tema con las mujeres. Álvaro empezó a militar en el mismo sector que yo hace muchos años, era mi suplente en el ejecutivo de Renovación y Victoria, así que tengo un conocimiento de toda la vida y tengo un muy buen vínculo desde hace años. Con Jorge Gandini y con Javier... con Sergio Botana tengo una matriz. Por eso preferí mirar el partido desde otro lugar. El otro día alguien me decía ‘vos sos más mujer de partido que de sector’. Yo nunca estuve en sectores grandes, siempre fui de las ramas wilsonistas. Y claro, todo mi trabajo como secretaria del directorio, presidenta del directorio, hace que mis propuestas no sean estándares [como] las de mis otros compañeros. 

¿El tema con las mujeres en qué sentido?

Bueno, antes había un retroceso social en el cual nos menospreciaban. Por momentos nos ningunearon y ningún partido político fue ajeno a esto. Queda claro, también, que eso ha cambiado, aunque todavía nos falta mucho como sistema político.

¿Cómo evalúa las posturas que ha tomado Cabildo Abierto? Porque siempre ha sido el más reticente de los socios. 

Sí, en verdad es como que... de los que componemos la coalición de gobierno, es el partido que con mayor frecuencia ha presentado cuestionamientos a los distintos temas que hemos ido evaluando. Que ha ido in crescendo además. A veces eran cosas puntuales que se negociaban acá en el Parlamento, pero como que en los últimos tiempos la intensidad de esos reclamos es más notoria. Se puede atribuir a buscar un posicionamiento dentro de la propia coalición, para no perder perfil. Cosa que puede ser. O bueno, que ese sea el estilo político de Cabildo. 

¿Pero cómo repercutió eso en el funcionamiento de la coalición? 

Al principio era mucho más parejo en el manejo entre los legisladores, para luego elevar por parte de Cabildo la mira y ya desde un lugar... como dirigirse directamente al Poder Ejecutivo. Como buscar un mano a mano. Eso, en realidad, en algún momento repercutió en la interna parlamentaria. 

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

A nivel personal, ¿cómo vivió las primeras denuncias contra el senador Gustavo Penadés? 

Para mí fueron muy removedoras porque lo conozco desde hace muchísimos años, pero también porque trabajo con los temas de abuso desde hace muchos años. 

¿Siente que quedó en el medio? 

En realidad por eso, cuando todo el mundo hablaba, trasladé auténticamente lo que sentí. Para mí es un tema muy removedor y es un tema por el cual también tengo militancia. Hice un proceso personal y dije ‘bien, si hay alguien que no debe pronunciarse soy yo’, porque precisamente presido el lugar donde [trabaja] el que está siendo investigado. Y creo que se está llegando a un proceso muy cuidadoso, como tiene que ser el proceso por todo lo que significa. 

¿Habló con él en algún momento?

Solamente al principio. 

¿Y qué le trasladó? 

Él conoce cómo he sido yo con todos estos temas históricamente. [Piensa] Él sabe que para mí este era un tema especial; conoce mi historia militante, por eso también entiende que yo me llame a silencio y respete tremendamente lo cuidadoso que se tiene que ser en estos procedimientos. 

El presidente salió a decir que lo respalda. 

Pero son situaciones distintas, porque yo tengo una vida de militancia en cuidar mucho a las víctimas de los procesos de violencia, de los niños. Obviamente, todos mis compañeros me entienden esa reserva que tengo. 

¿No comparte entonces que pueda haber un respaldo político y dejar que la Justicia actúe? 

No tiene que ver con respaldos políticos, tiene que ver con cómo se visualizan determinados temas. 

¿Cómo se visualiza este tema?

Con la mirada que cada uno tiene. Por eso, cuando todo el mundo me mira sabe que yo respeto el principio de presunción de inocencia, pero también sé el cuidado que hay que tener cuando se trata de presuntas víctimas. 

Parte de la bancada le pidió hace algunas semanas que se tomara licencia, ¿usted qué pensaba?

En verdad, hubo un inicio donde yo creo que todos esperábamos cuál iba a ser la reacción. Después el clima cambió cuando empezaron a trascender aparentemente más denuncias y el involucramiento de menores cercanos. Ahí el clima de la bancada cambió y yo destaco aquella bancada que tuvimos acá [a principios de mayo]. Porque no debe de haber cosa peor que hablar por detrás, y la bancada tuvo un diálogo muy franco. Y él pudo hablar lo que él sentía que tenía que trasladar y a mí, cuando se habla de frente, me parece que es el camino que en política hay que recorrer. 

¿Cómo tomó Penadés los cuestionamientos? 

La verdad no sé. Porque me parece que cuando las cosas se hablan frente a frente, no sé si de inmediato, pero después uno lo valora. 

¿Cómo queda el partido después de una situación como esta?

En este y en cualquier otro. Cuando tiene que ver con alguien que es referente de un sector y de un partido, en cualquier estructura impacta. Depende mucho de cómo lo transitemos. 

¿Usted lo respalda? 

Creo en el proceso. Como se está desarrollando es como tiene que ser. 

¿Cómo vio los cuestionamientos que surgieron hacia Romina Celeste cuando lo denunció públicamente? Sobre todo de legisladores que aseguraron no creerle. 

Yo no comparto que se cuestione a quien denuncia.

¿Cómo cree que se ha comportado la oposición durante estos años de gobierno? 

Esta legislatura tuvo algo muy raro, y es que se instalaba una coalición que se iba a encontrar acá. Nos encontramos en una campaña electoral, los legisladores nos juntamos acá y bueno, algunos tenían experiencia y otros era la primera vez. A todo esto, se tenía que adaptar la bancada a ser gobierno y quienes venían de 15 años de gobierno, se sentaron y eran oposición. Pero a su vez, a los pocos días no solo recién se conocían, sino que además teníamos una pandemia y eso implicó que no fuera un Parlamento normal. Fue como un curso intensivo de vida política. Creo que hubo ahí un proceso que hizo que todo el mundo colaborara, y eso lo hicieron los parlamentarios de la oposición y el oficialismo. Ahora, pasado el tiempo, hay una bancada del Partido Nacional muy consolidada, y una coalición que se fue amoldando con los altibajos que Cabildo Abierto traslada en los momentos que son importantes. De cualquier forma, dentro del marco del acuerdo de Compromiso por el País, nos estaría quedando la Rendición de Cuentas. Por lo que esperamos transitarla lo mejor posible. Y en el caso de enfrente, por momentos, se hizo muy cerrada la oposición. Antes se manejaban las cosas como con más acuerdos —por ejemplo, en el manejo del agua o de la propia pandemia, es decir de temas de alta sensibilidad e impacto—; me parece que en otros tiempos parlamentarios había más posibilidades de negociar y llegar a acuerdos.

Fernando Pereira dijo que la elección terminará entre Herrerismo y Frente Amplio. ¿Cree que será así? 

Es muy pícaro Fernando. En realidad, sin lugar a dudas tiene que ver con los aceleramientos que hablábamos hoy. Está todo el mundo muy potenciado a una elección. Entiendo que no es lo mismo la oposición que el gobierno, pero el gobierno todavía este año tiene mucho para mostrar. Entonces, me parece que augurar lo que va a pasar es no permitirnos llevar adelante el gobierno, pero tiene que ver con cosas que la ciudadanía todavía tiene que ver y sentir para tomar definiciones. Entonces, ser agoreros de lo que puede pasar, por lo menos, no va con mi forma de ver la política. 

Foto: Javier Noceti/Montevideo Portal

Vuelvo a Raffo. Hace pocas semanas selló un acuerdo con Alianza Nacional y lo hizo público. ¿Qué opina? 

En política, cuando hacés acuerdos, lo decís. Forma parte del ADN: tenés un acuerdo, lo decís, no vaya ser que después no salga. Lo único que llama la atención y que además lleva a que los propios periodistas visualicen el tema así, es como que se adelantaron los tiempos del cerno del oficialismo. Pero vos decís, ¿no tendría que ser al revés? Capaz que yo lo veo así porque juego muy suelta; siempre fui la díscola de todo. Yo siento que la sorpresa para todo el mundo es cómo justo desde dos referentes cercanos al gobierno empieza a querer polarizarse la interna de un partido. Máximo cuando el presidente te dice que falta mucho para terminar. 

¿Toma agua de la canilla? 

[Se ríe] Tomo mucho jugo natural en realidad, pero tomo mucho mate y, como agua hervida, tomo de la canilla. De pronto porque fui funcionaria de OSE muchos años.