Tras el anuncio de un paro de 48 horas por parte de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) para el martes 15 y el miércoles 16 de octubre, varios dirigentes y jerarcas oficialistas salieron a criticar la medida.
Uno de ellos fue el candidato presidencial por el Partido Nacional, Álvaro Delgado. “El 15 y el 16 de octubre, los sindicatos de la educación vuelven a poner los intereses políticos por sobre los estudiantes. El derecho a la Educación debería primar siempre”, escribió en su perfil de X junto a la noticia.
“Los dirigentes sindicales de Fenapes, denunciados penalmente por la presunta apropiación indebida de millones de pesos cobrados en horas docentes que no dieron, militando para el Frente Amplio, van a hacer un paro ‘político’ porque los programas educativos no incluyen las ‘ideologías enemigas de la libertad y la Republica’ que ellos practican”, lanzó el diputado Eduardo Lust.
Por su parte, la presidenta de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Virginia Cáceres, dijo que tomó conocimiento del paro “por la prensa” y que la “sorprendió” porque el anuncio se da “en el medio de negociaciones” entre las autoridades y los docentes sindicalizados.
“Desde la administración lamentamos que se tomen estas decisiones porque afectan a los estudiantes, por supuesto. Dos días de clase al final del año lectivo son dos días que se pierden. Además, estamos en un ámbito de negociación constante. La semana pasada tuvimos una instancia bipartita con la CSEU [Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza] para abordar la violencia en los centros educativos”, apuntó Cáceres en rueda de prensa este lunes.
El paro
El dirigente de Fenapes, José Olivera había afirmado en conferencia de prensa que el paro anunciado se da por “motivos políticos”. Estos motivos consisten en expresar el “rechazo al proyecto ideológico que en materia de educación lleva adelante la coalición gobernante”.
Emiliano Mandacen, otro integrante del sindicato amplió: “Hay un profundo ajuste en una negociación que se venía haciendo de buena fe, y ahora surge un ajuste de grupos. Está comprometiendo el proceso de asignación de horas y la estabilidad laboral de cientos de trabajadores”.