La Suprema Corte de Justicia de Brasil defendió este jueves su decisión de levantar los límites fiscales
para la atención de la histórica ola de incendios forestales que castiga al
país como una forma de “evitar el fin del mundo”.
“Aquí no intentamos anunciar el fin del mundo. Aquí intentamos evitar el fin del mundo”, dijo el magistrado Flávio Dino, durante una audiencia con los gobernadores de los estados más afectados por las conflagraciones.
“Estamos cuidando la fauna, la flora, la vida en general y también la economía brasileña”, agregó.
El domingo, el juez del Supremo Tribunal Federal autorizó al gobierno a emitir créditos extraordinarios “sin cálculos de techos ni metas fiscales, exclusivamente” para combatir el fuego, que ha arrasado un área similar a Paraguay.
Según las autoridades, la mayoría de los incendios comienzan por manos “criminales”, pero se extienden favorecidos por una sequía histórica, que los expertos atribuyen al cambio climático.
Para Dino, hay “sofismas” e “hipocresía” entre quienes critican la medida del domingo por sus posibles impactos en la mayor economía latinoamericana.
“No hay dicotomía entre responsabilidad ambiental y responsabilidad fiscal”, enfatizó el magistrado.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva anunció el martes 514 millones de reales (94 millones de dólares) para hacer frente a las devastaciones.
En lo que va de 2024, las llamas han arrasado algo más de 40,2 millones de hectáreas de vegetación en el gigante suramericano, muy por encima de la media anual de la última década (31 millones), según datos del observatorio europeo Copernicus.
Brasil es una de las mayores potencias agrícolas mundiales. Los sectores de la caña y los cítricos ya acusan algunas afectaciones.
“Las haciendas que producen soja, carne y todo lo que impulsa la economía brasileña no pueden migrar” como lo harían las personas, argumentó el juez Dino. “Es por eso que la sostenibilidad es un activo económico estratégico de Brasil”, añadió.