Luego de que la Convención del Partido Nacional (PN) ratificara la candidatura de Valeria Ripoll como vicepresidenta este sábado en el Club Atenas, con 441 votos a favor, el único convencional que votó en contra, Álvaro Segredo Vila, dirigente de la Lista 4 de Cerro Largo y exasesor de Sergio Botana, dio sus motivos.

“Estaba convencido de que no iba a ser el único, yo me imaginé que iba a haber un montón de convencionales que iban a expresar su forma igual a la mía”, dijo el nacionalista, entrevistado este lunes por el medio local La Red Independiente.

Asimismo, dijo que la razón para su oposición a Ripoll es: entiende que “el partido debió contar con gente que tuviera la misma forma de concebir la necesidad de pedirle el respaldo a la ciudadanía por cinco años más, para seguir gobernando”.

“No tengo nada personal con la persona de Valeria Ripoll. Es más: aplaudo que venga a trabajar, a militar y a defender los intereses de mi partido. Pero creo que es un error político y estratégico”, planteó, y agregó: “No es la persona que debe llevar la bandera. No puede ser que alguien que durante buena parte de este gobierno se opuso a decisiones, se enfrentó a medidas y a normas que en este período de gobierno se aprobaron, sea quien se embandere defendiendo una gestión para, por cinco años más, darle al Partido Nacional el gobierno nacional”.

Estos argumentos, dice, los sostiene desde “la noche de la elección, cuando Delgado anunció quién iba a ser su vicepresidenta”.

Para Segredo hubo “tres posiciones” dentro de la Convención nacionalista: “Una, los que creen que está bien, que los aplaudo. La segunda, los que no creen que está bien, pero entienden que es preferible no generar conflicto, diferencias ni fisuras en el proyecto político, que también aplaudo. Y yo, que entendía que el partido, en su ámbito soberano, tuviera gente que, pensando distinto, votara distinto”.

Asimismo, el arachán valoró como “importantísimo” que el Partido Nacional sea “un partido de gente libre”. “En ese espacio, la libertad debe ser algo sagrado, porque para mí es lo más importante que el ser humano tiene”, apuntó.

“En ese ámbito de libertad, quise expresar lo que mis convicciones me indicaban”, agregó quien es uno de los tres convencionales nacionales que representaron a la Lista 4 de Cerro Largo.

“Mis compañeros en ningún momento me cercenaron el derecho a actuar pensando diferente. En ningún momento me reclamaron, ni me cuestionaron la decisión. Creo que eso es lo saludable”, destacó.

Consultado sobre su opinión de los compañeros convencionales que tenían la misma postura que él pero votaron a favor de Ripoll, dijo: “No me parece bien que aquellos que piensan, sienten y creen como yo, que había que tomar una posición política diferente, que no hayan hecho lo que yo hice”. “Pero esto funciona así, la política es esto”, matizó.

El dirigente blanco dijo que el episodio “deja en evidencia las diferencias” internas, pero destacó que “por encima de esas diferencias está la causa, el proyecto, las ideas y la necesidad de que el Partido Nacional sea gobierno por cinco años más”.

Segredo sí votó a favor del programa único del Partido Nacional, algo que logró la unanimidad de los 442 convencionales presentes. En tanto, se dieron 58 ausencias a la Convención.