El pasado 7 de mayo, la exmilitante nacionalista Romina Celeste Papasso Oliver fue imputada por asociación para delinquir, calumnia y difamación.
La imputación se produjo apenas horas después de que en el programa televisivo Santo y seña (Canal 4) se divulgaran informaciones que demostrarían que Papasso habría planificado, junto a la trabajadora sexual trans Paula Díaz —ya condenada en proceso abreviado—, una falsa acusación penal contra el precandidato frenteamplista Yamandú Orsi.
La situación de Papasso en el futuro inmediato es una incógnita. En primera instancia, se dispuso su prisión preventiva por 90 días, medida que a pedido de la defensa fue sustituida por arresto domiciliario total. Sin embargo, posteriormente se hizo lugar una apelación de la parte demandante y se resolvió que la imputada ingresara a presidio.
Al enterarse de semejante situación, Papasso habría sufrido una crisis nerviosa, en la que habría incluso manejado la opción de quitarse la vida mediante ahorcamiento. Por esa razón fue ingresada de urgencia en la Asociación Española y luego derivada a un centro especializado, donde permanece hasta ahora.
Ayer, Elizabeth Frogge, abogada de la exmilitante nacionalista, pidió al juez del caso que se le realice una pericia psiquiátrica a su defendida.
Al conocer esta noticia, el periodista Ignacio Álvarez, conductor del programa en el que se divulgaron las informaciones que condujeron a la imputación de Papasso, pidió que la acusada vaya “de cabeza a la cárcel”.
“Basta con los juegos de Romina Celeste. A cada paso demuestra que es tan imputable como perversa”, escribió en X (antes Twitter) el comunicador, con la evidente sospecha de que la “crisis psicológica” de Papasso es solo un intento de evitar o aplazar su ingreso en prisión.
En la red social, varios internautas coincidieron con las expresiones de Álvarez y otros lo atacaron, acusándolo de utilizar a Romina Celeste para obtener audiencia y luego contribuir con su caída en desgracia.
Meses atrás, Papasso había denunciado a Álvarez por “extorsión y desprecio”, en el marco de la investigación del caso de Gustavo Penadés. La Justicia, en su momento, dispuso medidas cautelares para impedir la comunicación entre ambos. Posteriormente, Papasso se disculpó con Álvarez y la causa fue archivada.