Por César Bianchi
@Chechobianchi
Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti
Jorge Giordano (59) fue un rústico 5 que metía pata en las canchas de su ciudad, Florida. Él mismo suele bajarle el precio a su desempeño como volante de contención. Sin embargo, integró selecciones juveniles de su departamento, y luego la selección mayor floridense. Se vino a Montevideo y jugó en algunos equipos de Primera. Pero tempranamente comenzó a “entender el juego” y a valorar el fútbol como una disciplina en la que entran a tallar conceptos similares pero distintos, como estrategia, técnica, táctica o sistema de juego. Por eso, a los 33 años ya era entrenador profesional y empezó a dirigir en distintos clubes del fútbol uruguayo.
El DT que acompañó a Gustavo Matosas en Peñarol (2008), dirigió a Nacional entre 2020 y 2021 y fue el líder de unos cuantos equipos del fútbol uruguayo fue elegido por la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) para un cargo inexistente hace dos años: director de selecciones nacionales. Desde entonces, Giordano hace valer sus estudios de posgrado sobre gestión, economía y manejos de grupos de alto rendimiento. Y hace un par de meses, volcó todos sus conocimientos en Del libro a la cancha. Gestión y entrenamiento en el fútbol profesional, un material pensado para directores técnicos. En un país donde hay tres millones y medio de estos, vale la pena escuchar a Giordano, uno de los 29 expertos FIFA en el mundo y la mano derecha de Marcelo Bielsa como representante de la AUF.
¿Cómo era como jugador en las formativas del Club Atlético Florida?
Me voy a calificar como me calificaba un periodista famoso de Florida, Edgardo Ariel Ferreira: “Tesonero y luchador”. Todo lo que hice, que no hice nada como futbolista, lo hice a amor propio. Me hubiese gustado jugar al fútbol ahora, que lo entiendo. Cuando jugaba no lo entendía. Y como entrenador lo que siempre busqué fue que esos jugadores jóvenes lo entendieran antes al fútbol, ¿no? Porque si no, jugás a la pelota. Pero la mía fue una carrera muy pobre como futbolista. Jugaba de volante de contención, un 5.
Tan pobre no fue. Llegar a la selección del departamento a los 26 debe haber sido algo especial, ¿no?
Sí, claro, fui a la selección de Florida con 26 años. Había jugado antes, pero en juveniles jugué desde los 16 años. Fue algo especial, porque en esa época venir a Montevideo no era como ahora. Primero tenías que jugar en la selección para venir a Montevideo. Y que te convocaran era importante. Y salir campeón del interior dirigidos por Mario Patrón fue especial.
Después se vino a Montevideo, donde jugó en Liverpool y en Villa Española. ¿En qué momento le empezó a picar el bichito de ser director técnico?
Y bueno, el que jugaba conmigo y otros compañeros veía que yo era un tipo muy inquieto desde el punto de vista táctico. Y cuando estaba en Villa Española, Mario Patrón me incentivó a que hiciera el curso. Primero pensé que era porque me veía cualidades, y después vi que era porque no quería que siguiera jugando, jaja. Entonces, el último año como jugador, que fue en Villa Española, comencé el curso. A los 33, ya estaba recibido de entrenador. Y ahí me voy a terminar la carrera y a terminar de jugar en Florida. Hicimos un movimiento un poco revolucionario con mis compañeros. Un compañero, Álvaro Lasalvia, queda de presidente y Marcelo Álvarez de tesorero. Y llevamos a Mario Patrón de entrenador. Yo ahí juego todo el último año, dejo de jugar y quedo dirigiendo el equipo.
Antes de comenzar su carrera como entrenador profesional, se casó con Alicia en 1993. ¿Ella es floridense también? ¿Era “botinera” y le seguía la carrera?
En realidad, nunca me casé, pero desde el año 93 que estamos juntos. Ese año todavía estaba jugando, en Villa Española. A ella ni le gustaba el fútbol y no sabía quién era. Alicia es médica psiquiatra, ni cerca del fútbol. Yo vivía por el Parque Batlle y ella también. Y bueno, nos conocimos ahí, pero nada que ver con el fútbol.
“Lo que he aprendido de gestión, indudablemente que te aporta, te da herramientas muy importantes, te ordena, te hace identificar cosas que las hacías a veces sin saber por qué, y, haciéndolas sabiendo por qué, tienen otro resultado”
Como DT profesional le tocó dirigir a Fénix, Danubio, Rampla, Racing, Juventud de Las Piedras, Wanderers y River, entre otros. Y también, recientemente, dirigió a Nacional. ¿En qué cambia dirigir equipos chicos que, quizás, luchan por la permanencia o tienen problemas en pagar los sueldos, y dirigir a un grande? Porque los recursos humanos y los económicos difieren sensiblemente...
Cambia bastante. Porque primero, desde el punto de vista del entrenador, estás más en la palestra, mucho más juzgado, mucho más evaluado. Pero cuando ingresás a una organización grande a desarrollar el trabajo, la primera dificultad que tenés es que venías acostumbrado a manejar muy pocos recursos humanos, y te encontrás con muchos más. Y también incluye 10 años en el club, donde pasaron 15 entrenadores y esos recursos siguen estando en el club. Y una patología importante es tener muchos recursos humanos y no saber administrarlos. Eso se te vuelve en contra. Para eso hay que describir bien los cargos, dar funciones, dar roles. Es decir, hay que tener a la gente activa. Eso es un cambio sustancial entre un equipo chico y un equipo grande. En el equipo chico hay menos recursos, se va de otra manera, pero cuando estás en un grande, tenés más reuniones, das más explicaciones, te llaman más contratistas… Todo se multiplica muchísimo.
Es “experto técnico FIFA”. ¿Qué significa eso?
Es algo que me da orgullo, porque solo somos 29 expertos FIFA en el mundo. Un experto FIFA va desarrollando metodología que FIFA va implementando en países que no tienen tanta historia futbolística con la metodología de trabajo en un período de cuatro años. En el 2022 la FIFA planeó el período 2022-2026. FIFA va desembarcando en los países con menos historia para implantar esa metodología, para tratar de desarrollar el fútbol en esos países. Por ejemplo, en África. Me refiero a cuáles van a ser los diseños de entrenamiento en estos países: ¿A qué vamos a apuntar? ¿A un desarrollo técnico? ¿A un desarrollo técnico-táctico? ¿A unas progresiones? Primero se desembarca en el país, se hace un diagnóstico de la población de esos futbolistas y después se hace el programa de acuerdo a los parámetros que esos expertos creen.
También es magíster en Economía, Derecho y Gestión del Deporte, y tiene otro máster en Deportes de Alto Rendimiento y Deportes en Equipo. ¿Qué habilidades le sumaron estos estudios? ¿Qué conocimientos le aportaron para poner en práctica a la hora de liderar un plantel de deportistas de élite?
La segunda es de metodología en deportes de alto rendimiento y la primera ya no se está haciendo, era un convenio que tenía la Udelar con la Universidad de Limoges, de Francia, y se cursaba en la Facultad de Ciencias Económicas. ¿Qué habilidades? Bueno, la gestión, indudablemente, que te aporta, te da herramientas muy importantes, te ordena, te hace identificar cosas que las hacías, a veces sin saber por qué y, haciéndolas sabiendo por qué, tienen otro resultado. O quizás hacías algo mal y ahora sabés cómo hacerlo y por qué.
Te da mucha profundidad conceptual, sobre todo en lo que es método y en lo que es planificación. Te da muchas herramientas para elaborar un programa, y cómo poder modificar ese programa si no está surgiendo el efecto que debería tener, si las intervenciones son adecuadas, si los planteos tienen dirección al objetivo general o específico. Te ordenan un montón de cosas que las podés desarrollar en el deporte.
¿Cómo hace para tomar esa “densidad conceptual” y comunicarla a futbolistas que, de repente, no tienen muchos años de educación formal?
Una de las herramientas más importantes del entrenador es la comunicación, y cualquier consejo sobre comunicación en fútbol dice que esta debe ser clara y breve. Yo estudio mucho PNL, y un docente viejo decía: “No adornen, no le pongan flores a la comunicación. Más claro y más sencillo es mejor”. Pero, hay que aterrizar al ámbito, se supone que uno tiene la capacidad de semblantear con quien está hablando y saber decir. Para mí, saber decir es fundamental, porque es lo del Che Guevara: se puede decir una cosa muy dura con mucha ternura, y se pueden decir las cosas de mala manera y no ser aceptadas. Creo que el saber decir, encontrar la palabra justa y con quién usarlas, semblantear o leer con quién, es fundamental para el manejo del grupo y sobre todo para un plantel.
¿Qué lo llevó a escribir Del libro a la cancha. Gestión y entrenamiento en el fútbol profesional? ¿Cuál fue su propósito?
Surge porque en la pandemia había que estar en la casa y yo hace 25 años que doy clase de Técnica y Táctica en la Udelar y en ACJ, y ordenando cosas vi que había un material que yo no quería que quedara así, en mi computadora. Lo empecé a recopilar, a organizarlo, a editarlo y llegamos al libro. El único propósito que tengo con el libro es que eso circule y si a alguien le sirve, bárbaro, y, si no, bueno, mala suerte.
En muchos ámbitos, y también en el fútbol, se da eso de no querer compartir los conocimientos de uno. Coloquialmente diríamos “esconder la leche”…
Yo estoy en la vereda de enfrente a eso. Creo que cuanto más compartas y cuanto más te abras, más crecimiento tenés y más conocimiento podés lograr. Hay muchas cosas que están en el libro que son aportes de alumnos míos. Y que uno dice: “Mirá, no lo había pensado, tenés razón”. Dando clases vos no sabés quién está sentado y, por lo menos, las primeras clases, no sabés a quién tenés enfrente. Hay gente muy capaz que está haciendo cursos y gente que está muy informada y todo suma. El gran objetivo era que todo ese conocimiento quedara a disposición, y, si le sirve a alguien, el objetivo estará cumplido.
“Cuanto más compartas y cuanto más te abras, más crecimiento tenés y más conocimiento podés lograr. Hay muchas cosas que están en el libro que son aportes de alumnos. El gran objetivo era que todo ese conocimiento quedara a disposición”
El libro habla de gestión de instituciones deportivas, de infraestructura, de metodologías, de cuerpo técnico, y también se detiene en las fases defensiva, ofensiva y hasta en el balón parado. Sé que ha salido a presentar el libro en el interior del país. ¿Qué aceptación ha tenido en sus colegas?
He tenido muy buenas devoluciones, sobre todo de colegas a los que les pedí que sean críticos con el libro, que no me tiren flores. Me han dicho que está muy ordenado y sobre todo destacan que pueden ingresar a los capítulos sin la necesidad de leer todo el libro, como si fuera un manual, y eso me interesa. Obviamente hay cosas que ellos piensan distinto, de la metodología, o de lo que sea, y puede ser. Yo traté de no identificarme con ninguna metodología, sino de ponerlas todas arriba de la mesa y que cada quien elija. Me dijeron que es de ágil lectura, que es fácil de interpretarlo y que se puede leer sin la necesidad de leer todo el libro, como te decía.
¿Cuál es la diferencia entre los conceptos de “táctica”, “estrategia” y “sistemas de juego” —tres conceptos sobre los que abunda en el libro— deportivamente hablando?
El sistema de juego es la distribución de los futbolistas en el campo. Por ejemplo, 1-4-2-3-1. No hay ninguna regla ni ningún impedimento para que vos puedas innovar. ¿Qué sucede con los sistemas de juego? Se implantan, se ensayan y casi siempre cuando hay un éxito, queda validado, legitimado. Por ejemplo, ahora [el director técnico del Manchester City Pep] Guardiola con el 1-4-1-4-1 logró el éxito y hay equipos que empezaron a jugar con esa distribución de jugadores. Eso es una distribución que, por lo general, trata de ser racional en el espacio. Ni que la manta sea larga ni que la manta sea corta, por decirlo de alguna manera. Pero ahí tenés que hacer dos divisiones muy importantes, que son la estática del sistema, que por lo general lo ves cuando iniciás el partido o en una pelota quieta o en un saque de arco. Y otra cosa es la dinámica del sistema. Cuando vos ves un saque de arco vas a ver que los jugadores están amontonados y mucha gente piensa que está mal y está perfecto, porque la densidad va a favorecer al defensor y el otro va a lograr ampliar los espacios a partir de que la tenga. Por eso se reúnen los jugadores. Ahí se puede apreciar la distribución estática. Pero después empieza la dinámica del juego.
Por ejemplo, vos ves que un lateral sube mucho al ataque: en ese momento el equipo no está más con cuatro defensores, está con tres, y después tenemos que ver si el entrenador usa el recurso de cubrir o de relevar que son los principios que dan la dinámica. Redondeando: los sistemas tienen vida, se mueven, y muchas veces vos planteás un sistema, pero cuando “peinás” el partido decís: “Planteé 1-4-3-3, pero en realidad el equipo estuvo todo el partido 1-3-3-3-1, por la dinámica del juego. Hoy tiene mucha más validez la dinámica del sistema que el sistema estático. Y es lo que se entrena más.
¿Y los otros conceptos de “táctica” y “estrategia”?
La táctica es lo que hace operacional el sistema, es el brazo ejecutor del sistema por intermedio de los principios ofensivo y defensivo. Y la estrategia, que es el paraguas de todo, es lo que planea el entrenador. Para ser claro, decís: “Yo en este partido voy a esperar atrás de la mitad de la cancha, y contragolpear”. Este sistema y la movilidad del sistema o la dinámica del sistema va a ser esta. Esa es mi estrategia. ¿Quién la ejecuta? La táctica. ¿Y quién da la dinámica a eso? Los principios del juego. Son tres conceptos bien distintos, pero que viven juntos.
Hay hinchas del fútbol que están contra las SAD [sociedades anónimas deportivas] por entender que van contra el espíritu de los cuadros de barrio, que son movidos por su masa social y no por el dinero. ¿Cuáles son las bondades de las SAD en el fútbol uruguayo?
“En un saque de arco vas a ver que los jugadores están amontonados y mucha gente piensa que está mal y está perfecto, porque la densidad va a favorecer al defensor y el otro va a lograr ampliar los espacios a partir de que la tenga”
Lo primero que tenemos que hacer es poner en contexto lo de las SAD. ¿Por qué aparecen la SAD? Aparecen por falta de dinero y por falta de gestión. Entonces, las SAD son empresas que realmente funcionan como empresas, que gestionan el equipo y, sobre todo, dan una seguridad económica.
¿Las hacen rentables económicamente?
Y bueno, eso dependerá del asesoramiento deportivo que tengan. También hay que entender que ninguna SAD del día a la noche es rentable. Los primeros cinco años son deficitarios. ¿Pero por qué aparecen? Hay que decir las cosas como son: los dirigentes no estaban pudiendo gestionar eso. Por algo los equipos están endeudados o estuvieron endeudados. Por algo los equipos tienen planteles de 40 futbolistas. Por algo los equipos no están al día con los sueldos. Hay que ir a la estructura del equipo. Entonces, hay que poner en contexto por qué aparecen. Creo que el fútbol le dio la oportunidad y hubo gente con mucha visión que dijo: “Esto puede ser un punto de negocio”. Yo no creo que vayan contra el espíritu deportivo y la masa social, porque la identificación del club sigue siendo la misma. Eso sí, capaz que el que gobierna el club no es la gente conocida del barrio, sino que puede ser gente del exterior o una empresa de Uruguay. Pero el equipo sigue compitiendo. Y también tenemos que entender que estamos en el 2024 y que el fútbol pasó a ser un espectáculo. No es más lo que pensábamos antes.
Desde 2022 es el director de selecciones nacionales de la AUF. ¿Cuáles son las tareas inherentes a su cargo?
Este cargo no existía en la AUF, por lo tanto, hubo que diseñarlo. Yo creo que un director deportivo tiene que ser el paraguas de todas las selecciones, no solo de la selección mayor. Obviamente que tendrás coordinadores o gerentes, pero tenés que ser el paraguas de todas las selecciones. En algún momento hay que hacer un plan estratégico para poder desarrollarlo en el período en que te toca actuar e ir cumpliéndolo. Yo elegí para este cargo hacer foco en tres puntos: infraestructura, metodología de trabajo y el desarrollo de los recursos humanos. Para mí son las tres patas fundamentales en el fútbol.
A las instituciones les generan el valor de los recursos humanos. La metodología de trabajo es esencial para desarrollar a los futbolistas y la infraestructura, que seguramente una gran parte de la masa directriz piense que es un gasto, es la inversión más importante que se pueda hacer en el fútbol, porque incide directamente en el desarrollo del futbolista y de la organización. Entonces, en esas tres bases estamos desarrollando el cargo.
¿Cómo es su relación con Marcelo Bielsa? ¿En qué consiste ese diálogo profesional?
Es un vínculo de mucho respeto, hablamos entre pares de situaciones deportivas, de logística, de lo que toque, y es un vínculo muy cordial, pero muy profesional. Nosotros tenemos reuniones prácticamente diarias de funcionamiento, de convocatorias, de fechas, de lugares de trabajo, de lo que sucede con un futbolista, del asesoramiento que hay que darle. Hay un montón de cosas que son diarias y, sobre todo, es un entrenador muy profesional y lo que yo le destaco es que las personas que están cerca de él crecen conceptualmente, gracias a su bondad.
Y para quienes no lo conocemos personalmente, cuénteme cómo es Bielsa, porque hay mucho mito sobre el técnico rosarino: que es hosco, que no le gustan los periodistas, que no es simpático, pero que es súper profesional…
Lo que te puedo decir es que es una persona normal, sumamente justa, sumamente profesional y que desarrolla su actividad con mucha pasión y que siempre está pensando en tratar de beneficiar a la organización donde está.
En los últimos meses hubo algunas renuncias que llamaron la atención, desde funcionarios del Complejo Celeste hasta futbolistas que le dijeron adiós a la selección (como Muslera, Vecino y Cavani, aunque son casos distintos). ¿En qué medida el carácter o la forma de trabajo del DT argentino tuvieron que ver con estos alejamientos?
Como bien dijiste, son todos casos distintos. Creo que una de las cosas peligrosas cuando se comunican desde un medio es la falta de información. Acá hubo salidas en las que Bielsa no estaba ni nombrado en la selección. En algunas, no tiene absolutamente nada que ver. Cuando renuncia un futbolista a la selección, el primero en saberlo fui yo. Incluso te puedo asegurar que con todos esos futbolistas él habló y les planteó otra alternativa.
¿Con Cavani también?
No, con Cavani no, porque cuando tuvimos el diálogo con Edi me cerró toda posibilidad de poder seguir. Tuve una conversación personal con él y bueno, cuando ves un convencimiento y un razonamiento como el que él emitió, ya ves que no tenés que dar otro paso más. Después, yo creo que sí hubo un cambio en el método de trabajo [de Bielsa] hasta de carga de trabajo, pero no identifico que ninguna de las salidas fueran exclusivamente por Bielsa. Seguramente, yo tuve mucho que ver con alguna salida y no me la adjudican a mí.
“Yo elegí para ser director nacional de selecciones de la AUF hacer foco en tres puntos: infraestructura, metodología de trabajo y el desarrollo de los recursos humanos. Para mí son las tres patas fundamentales en el fútbol”
¿Cómo se explica la creación una selección del medio local, con futbolistas que juegan en Uruguay? Hay periodistas deportivos que señalan que esta selección “B” no tiene el mismo estilo de juego que la que dirige Bielsa. ¿Esto tiene sentido?
La selección local tiene muchísimos objetivos. Es una relación ganar-ganar de futbolistas, clubes y AUF. Hay una neta comprobación de que es así después del primer partido que se programó contra Costa Rica: los clubes recibieron ingresos a sus arcas por transferencias de cuatro futbolistas. Me gustaría explicarte cuál es el objetivo de la selección local. Primero, es una selección que tiene el objetivo específico de jugar 10 partidos hasta 2026, de generarle ingresos a la AUF y a los clubes que antes no estaban. Es algo genuino y nuevo. Los clubes tienen participación en ese ingreso.
Hay un desarrollo de los futbolistas que ya no son elegibles para la selección sub-20, que están estabilizando la carrera y que pueden ser vistos para la selección mayor o para futuras transferencias, y esta selección, después del 2026, va a tener muchísima más actividad, porque es muy difícil lograr amistosos para la selección absoluta por la Copas de las Naciones de Europa, y ahora la Copa de las Naciones de Concacaf, entonces fue adelantarse a una situación que pueda suceder. Pero yendo a lo que le corresponde a la Dirección Deportiva, nosotros tenemos que ampliar la muestra de jugadores elegibles, y puede haber una franja de jugadores transferibles que todavía no tuvieron una transferencia que deben ser seguidos internacionalmente.
Obviamente no va a jugar como la selección absoluta, porque esta selección hace tres entrenamientos y muchas veces los clubes no pueden ceder los futbolistas antes por sus actividades, y se va formando de acuerdo a la cesión de los clubes. Es la selección de nuestra liga, yo no le llamaría “selección B”.
A propósito de lo que le sucedió al futbolista Juan Izquierdo, que está luchando por su vida en San Pablo tras desplomarse en una cancha, y considerando sus estudios como gestor y director de equipos de alto rendimiento, ¿cómo debería actuar un DT ante una situación así? ¿Debería seguir entrenando a su equipo? ¿Debería parar todo hasta no tener novedades de la salud del jugador, o qué debería hacer?
Estas decisiones son institucionales casi siempre, y consensuadas con el grupo. Lo que sí creo es que estas situaciones tienen etapas, estamos en la primera etapa y todos deseando que sea lo mejor posible para el futbolista, que salga adelante. Es el deseo de todo el fútbol uruguayo. Obviamente que en esta etapa no hay ganas de nada, y es una buena medida acompañar decisiones grupales, sobre todo porque están emparentadas con el afecto y con un estado de ánimo que pueda tener el grupo. Hay que ser muy respetuoso de eso y acompañar la situación. Es determinante el acompañamiento profesional de las estructuras del club, el departamento de salud mental es determinante que haga intervenciones con los futbolistas. Yo lo ampliaría a las familias, a los entrenadores. Es fundamental el asesoramiento a todos los que están cerca del futbolista.
Pero no puedo ir más allá de una primera etapa, porque a medida que se van teniendo informes médicos y va pasando el tiempo, es que se van planificando las acciones. Yo no proyectaría acciones a futuro, sino que iría contemplando lo que va sucediendo día a día.
Hablando con el periodista Eduardo Rivas para este espacio, él decía que Ondino Viera le había dicho una vez que él nunca se sentaría “en el banquete” de los triunfadores, porque en esa mesa deberían estar también los que perdieron. El maestro Tabárez decía algo similar: “el camino es la recompensa”. ¿Cuánto le importa “ganar” a usted?
Ganar, para mí, es lo más importante, en un deporte en el que la regla dice que quienes hace más puntos sale campeón. Y eso te lo uno con la estrategia, que a veces conlleva críticas. A veces la estrategia te lleva a jugar de tal manera, para poder ganar, que no gusta. La gente cree que podés hacer todo bien y no entiende… Acá hay una gran confusión y esto me trae problemas siempre: dicen que “todo el mundo sabe de fútbol”, y no… No sabe todo el mundo de fútbol, no sabe todo el mundo de fútbol. Porque para jugar contra un equipo que tiene mucha más fortaleza y tratar de sacar un resultado, ahí tenés que saber de fútbol, de cómo podés hacer y qué no podés hacer. Es fundamental la visión del entrenador, la estrategia, los planteamientos, los cambios, por qué, cuándo, cómo.
Por otro lado, si un técnico no gana muchos puntos en pocos meses (sobre todo en clubes grandes, que son menos tolerantes), se los despide. Son el hilo más fino, un fusible. ¿Está bien que sea así o los clubes deberían ser más tolerantes con el tiempo de los entrenadores, para que su trabajo dé sus frutos?
Por lo general, cuando hay un programa y hay algo razonado, los malos momentos en la línea del tiempo se transforman en bueno. ¿Pero qué pasa? Lo primero que hay que hacer es ponerse de acuerdo en elegir al entrenador, qué tipo de entrenador querés. No se puede estar cambiando el entrenador a cada rato, porque entonces no es un fracaso del entrenador, es un fracaso del que elige al entrenador, y entonces, de la institución. Es muy importante preguntarse: “Bueno, para el equipo que estoy administrando, ¿qué tipo de entrenador quiero?”. Ahí vos encontrás distintos entrenadores, distintas características, pero el que elige tiene que ponerse de acuerdo con eso, y si está convencido, y no tiene dudas, quizás tenga momentos críticos, como tienen todos los equipos. Hoy en un fútbol que está pendiente de las redes sociales, cuando los resultados no se dan, los dirigentes no quieren que les peguen (esa es la realidad), entonces sacan al entrenador.
“Es determinante el acompañamiento profesional de las estructuras del club, el departamento de salud mental es determinante que haga intervenciones con los futbolistas. Yo lo ampliaría a las familias, a los entrenadores”
¿Extraña volver a dirigir técnicamente a un equipo?
Sí, extraño. Yo disfruto mucho cuando le doy herramientas a un futbolista, y después de un período de trabajo lo veo progresar, y veo que empieza a entender el juego, y que se empieza a desarrollar, y que empieza a trascender en su carrera. Eso lo disfruto mucho, disfruto mucho de planificar un partido, de la estrategia, de por dónde, cómo, lo disfruto. Esto también lo estoy disfrutando, porque sé que en el 2026 lo dejo de hacer, y eso me motiva a que cuando termine, volver a dirigir.
¿Y es menos estresante este cargo más de gestión, más cerebral, que estar en la “picadora de carne” de ser DT, donde si no se consigue el resultado el fin de semana, puede perder el empleo? ¿Es menos estresante o no necesariamente?
Depende. Si cuando nombran a un entrenador vos en un cargo como el mío te lavás las manos, sí. Pero si cuando están eligiendo un entrenador, y a vos te dieron un cargo, donde por idoneidad tenés que opinar, y tenés que defender una idea, ahí tenés mucha más responsabilidad, es muchísima más responsabilidad. Estresante es todo.
Sus hijos Florencia, de 32 años, y Martín, de 16, ¿son futboleros?
No. En casa de herrero, cuchillo de palo. Martín vivió todo mi proceso como entrenador, y creo que eso lo alejó un poco del fútbol, y es un deportista, pero en el taekwondo, y destacado internacionalmente. Florencia vive y trabaja en Barcelona, trabaja en una agencia de viajes que organiza tours. Tiene la suerte de hablar muchos idiomas y organiza los tours de los pasajeros.
¿Es feliz?
Sí, sí, sí. Tengo todo mucho más de lo que necesito para ser feliz.
Por César Bianchi
@Chechobianchi
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