Como cada 2 de febrero, los creyentes de Iemanjá se reunieron en las playas de Montevideo para llevar sus ofrendas naturales a la diosa de las aguas de la religión umbandista.
La playa Ramírez fue, como siempre, el punto principal de la festividad, lugar donde los fieles alisaron y demarcaron parcelas en la arena para instalar sus “terreiros”. También los vendedores, situados sobre la rambla, se instalaron con anticipación.
“Es un día como cualquier otro, pero es un día especial porque es el día de la data de mi ángel guardián. Es especial por ese motivo; es como si fuera el cumpleaños. Para mí, el día de mi ángel de la guardia es todos los días”, dijo a Montevideo Portal uno de los fieles que estaba en la playa rindiendo culto.
Durante la jornada, en tiendas instaladas a lo largo de la playa, maes y caboclos practicaron sus rituales al ritmo de tambores y cencerros mientras largas filas de creyentes aguardan el momento de ser bendecidos.
A su vez, a lo largo del día y especialmente tras la caída del sol, se acumularon las ofrendas en la orilla del río: trozos de sandía, pop y verduras son algunos de los obsequios más populares. Tampoco faltan los pequeños altares de arena, en los que se colocan bebidas alcohólicas o cigarros.
“Más bien vinimos a cumplir con los mae, porque… Sabemos que no nos va a arreglar el mundo, pero tenemos que cumplir con los orishá”, una deidad del culto, indicó una mujer a Montevideo Portal. “Vinimos a agradecer, uno tiene que venir a cumplir con la mae. Pero con respeto, porque hay gente que agarra la religión para jugar. Hay de todo, como en todos lados”, puntualizó.
Hay gente que también fue “a ver”. Una mujer, por ejemplo, decidió acercarse a la playa y participar de la limpieza, que consiste en “sacar malas energías”.