A meses del fin del gobierno de Luis Lacalle Pou, el ministro del Interior, Nicolás Martinelli, repasó su carrera durante esta administración. En diálogo con el semanario Voces, el jerarca habló sobre qué rol esperaba, cómo lo recibió el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) y por qué considera que las bandas de delincuentes en Uruguay son de “crimen desorganizado”.

Martinelli recordó la “sorpresa” que le generó que el presidente de la República lo designara como director general del Mides.

“A mí me hubiera gustado algo más como la Secretaría o Prosecretaría de la Presidencia. Él me dio sus explicaciones de por qué me había puesto ahí, me dijo que los directores generales son como los gerentes de los ministerios y que todo pasa por ahí. Que Pablo Bartol no tenía la experiencia administrativa de gestión y que iba a necesitar a alguien que supiera, y que Armando [Castaingdebat] más que nada iba a estar recorriendo el país y los diferentes departamentos. Me pareció absolutamente razonable y empecé en el Mides”, dijo.

Sin embargo, el ahora ministro del Interior señaló que la cartera no tenía “estructura”. “Era una película de terror el Mides”, afirmó.

“Era un ministerio que no tenía prácticamente unidades ejecutoras, que había crecido mucho en poco tiempo y había crecido mal. Tenía muchos programas sociales que se pisaban entre sí, muchas chacras políticas y programas que se superponían. Se creaban dos programas que apuntaban al mismo público, pero que después terminaron siendo eficientes. Fue un gran desafío reordenar todos esos programas para potenciarlos”, expresó.

Además, el jerarca denunció que la cartera “funcionaba con compensaciones”. “Muchas veces se usaba de forma política para atormentar funcionarios: ‘Si vos no hacés lo que yo te digo, te bajo la compensación” y ‘si hacés lo que yo te digo, te premio subiéndote una compensación’. Así funcionaba el Mides de Marina Arismendi”, aseguró.

Según Martinelli, cuando ingresó a la cartera los funcionarios hablaban sobre “gente llorando en los pasillos e insultos”, de que las autoridades de la anterior administración —bajo el mandato de Tabaré Vázquez— “no saludaban a las personas que trabajaban en servicio de limpieza” y que “no subían al ascensor con una persona de limpieza”.

“A los choferes no les decían ni ‘buen día’ ni ‘buenas tardes’. Me encontré con ese mundo y para mí era lo más normal saludar o decir ‘gracias’. La gente se sorprendía simplemente con esos gestos básicos”, agregó.

En febrero de 2021, Martinelli comenzó a trabajar junto con Lacalle Pou en Torre Ejecutiva. Después de que el ministro Luis Alberto Heber renunciara en 2023 por la polémica de la entrega del pasaporte al narco uruguayo Sebastián Marset, asumió como su sucesor.

Desde entonces, Martinelli ha tomado una imagen mediática, en la que se lo ve en operativos policiales. En diálogo con el semanario, aseguró que bajo su liderazgo “la Policía entra a cualquier barrio y cualquier zona de Montevideo y todo el país”.

“Eso es así: categórico. No hay zonas vedadas en Uruguay para la Policía. Es muy difícil que los delincuentes se metan con la Policía. Yo les llamo las bandas de crimen desorganizado”, indicó.

Según Martinelli, las agrupaciones de delincuentes uruguayas “son banditas familiares” que “no tienen la estructura de una mara o de la mafia italiana”. “Son desorganizadas porque arman todo este bochinche de tiros en los barrios, y el crimen organizado lo que menos quiere es que haya ruido: si vos generás ruido, lográs que la Policía te intervengan el barrio”, comenzó.

Entonces, Martinelli explicó que si la Policía “interviene el barrio”, “dificulta” la “tarea de venta de droga, de armas o de lo que fuere”. “No se meten con la Policía porque saben perfectamente que está más entrenada, más equipada y tiene más poder de fuego. Es así 100%”, afirmó.