Alejandro Stipanicic presentó este jueves de forma sorpresiva su renuncia al cargo del presidente de Ancap, después de haber liderado la gestión de la empresa durante todo el actual período de gobierno.
El ingeniero hizo un descargo en la red social LinkedIn tras haber tomado la decisión de apartarse de la empresa pública, en la que trabajaba desde hacía 33 años.
“Hoy presenté la renuncia al cargo de presidente de Ancap con el que hace 57 meses el presidente de la República me distinguió con su confianza. En marzo de 2020 me concedió el más alto honor y orgullo que un funcionario de carrera puede aspirar. Su apoyo en estos años fue sentido y oportuno y las palabras son insuficientes para expresarle mi agradecimiento”, comenzó.
En este orden, expresó que, para él, “es sano poder cerrar uno mismo los ciclos cuando llegan a su fin y dar paso a las renovaciones necesarias, especialmente luego de haber dejado el alma en la cancha, como nos enseñó el doctor Jorge Batlle”.
“Tengo la firme convicción de que trabajé para solucionar problemas endémicos, para muchos eternamente irresolubles, al tiempo de construir alternativas para fortalecer el futuro de una ANCAP en competencia en los mercados energéticos sostenibles en pleno desarrollo. Cumplimos con los objetivos del presente, esto es, proveer a la población de los mejores combustibles por debajo del precio de mercado y, a la vez, abrimos caminos para transformar a ANCAP desde una refinería monopólica a un holding empresario de energías renovables inmerso en un mundo donde primen la competitividad y la eficiencia”, valoró el exjerarca.
Sobre la gestión, el expresidente de la petrolera estatal destacó que se trabajó “denodada y exitosamente para capear temporales al tiempo de atraer y apoyar proyectos de vanguardia de la mano de operadores privados de reconocida solvencia y prestigio internacional”.
Junto a dicha declaración, el expresidente de Ancap publicó un documento de cinco páginas con el balance de su gestión al frente de la empresa más grande del Uruguay.
La decisión de Stipanicic, quien durante su gestión en Ancap se ha especializado y trabajado en energías renovables, e hidrógeno verde en particular, se dio un día después de que el Poder Ejecutivo exhortara a la estatal a no considerar una cláusula en lo firmado con HIF Global.
Esta cláusula de la firma del memorando de entendimiento entre Ancap —a través de ALUR— y HIF Global establece la posibilidad de que la empresa estatal tenga hasta un 30% en la participación del proyecto.
Stipanicic había sido uno de los principales impulsores para que la empresa pública participara en lo que potencialmente será la principal inversión privada en la historia del país (US$ 6.000 millones) para instalar una planta de producción de hidrógeno verde en Paysandú.
El hidrógeno verde es una energía limpia que solo emite vapor de agua y no deja residuos en el aire, a diferencia del carbón o el petróleo. Se obtiene mediante un proceso de electrólisis, que consiste en el uso de una corriente eléctrica para descomponer mediante electrodos la molécula de agua en oxígeno e hidrógeno. Para generarlo, se requiere para producir combustibles verdes, que —a diferencia de los fósiles— no dañan el medioambiente.
Para llegar al combustible sintético se necesita hidrógeno verde, y para llegar a ese hidrógeno es un requisito que la electricidad que se usa para la electrólisis sea de origen renovable. Uruguay, que está a la vanguardia mundial en este rubro, es un lugar ideal para producir hidrógeno verde. El proyecto incluye parques de aerogeneradores y energía de origen fotovoltaico.
Para llegar al combustible sintético se neceista hidrógeno verde, y para llegar a ese hidrógeno es un requisito que la electricidad que se usa para la electrólisis sea de origen renovable. Uruguay, que está a la vanguardia mundial en este rubro, es un lugar con las condiciones ideales para producir hidrógeno verde. El proyecto incluye también parques de aerogeneradores y energía de origen fotovoltaico.
Los combustibles sintéticos son químicamente un combustible como cualquier otro, con la diferencia de que los átomos que componen la molécula de ese combustible no provienen de lo fósil. Así, con ellos, se podrían “desfosilizar” rubros hasta ahora difíciles de modificar. No obstante, los precios de este combustible a nivel global siguen siendo muy altos, al menos en el presente.
En la recomendación enviada por el Ejecutivo, se dice que la concreción de la participación de Ancap en el proyecto junto a HIF Global puede implicar determinados “riesgos económicos para el Estado uruguayo”.
Stipanicic votó en contra, y fue el único que no estuvo de acuerdo con la decisión. El jerarca dijo que la decisión hace que se incurra “en un error conceptual severo”.