Marzy Teixeira da Silva, hija de la diputada federal brasileña Flordelis dos Santos Souza, recibió de su madre una misión: contratar a alguien para matar al pastor Anderson do Carmo, esposo de la legisladora. Según los investigadores, Flordelis consideró que esto sería mejor que divorciarse de Anderson do Carmo.

Agentes de la Comisaría de Homicidios de Niterói, São Gonçalo y Itaboraí, de la Policía Civil de Río de Janeiro, comprobaron que Marzy hizo búsquedas en Google que la conducirían a dar con alguien que hiciera el mortal trabajo.

"Donde encontrar asesino"

"Alguien de la barra pesada"

"Barra pesada online"


Según informa el portal noticioso G1, la joven también buscó venenos, algo que cuadra con el hecho de que el pastor fue hospitalizado al menos cinco veces con síntomas de envenenamiento.

"Veneno para matar a alguien que sea letal y fácil de comprar", "Cianuro de cobre", fueron las búsquedas.

En su declaración, la propia Marzy confesó que buscó a Lucas César dos Santos para contratarlo para el asesinato del pastor Anderson. Al igual que Marzy, Lucas es uno de los hijos adoptivos de la pareja. Ambos están en prisión por el crimen.

La versión de un testigo en las investigaciones indica que Lucas se fu de casa por no ser tratado bien. Por ello, comenzó a vivir solo y pronto se unió a una facción criminal.

Al parecer, este cambio de conducta le vino como anillo al dedo a su madre, quien planeaba quitarse de encima a su compañero. Para matar al pastor, a Lucas se le ofrecieron 10.000 reales (unos 76.000 pesos) y algunos costosos relojes.

El pago sería cobrado "en el acto" con la mochila de la víctima, ya que los testigos afirman que siempre llevaba al menos 5.000 reales en efectivo, además de otros valores.

Durante la planificación del crimen, Lucas habló al respecto con terceras personas y la información llegó hasta la propia víctima. De acuerdo con el citado medio, Anderson recibió varios mensajes de texto en su iPad, y de inmediato fue a preguntar a otros de sus numerosos hijos qué estaba pasando.

La investigación comprobó que en la madrugada del 16 de junio de 2019, horas antes del crimen, Marzy recibió un mensaje de texto de Flordelis. Para la policía, las palabras de dicho mensaje no tienen sentido, peor bien podrían ser algún tipo de clave para pasar a la acción.

Las pesquisas también demostraron que a las 03.00 de la mañana, media hora antes del crimen, Marzy estaba "levantada y circulando", aunque fuera de la casa donde Anderson fue ejecutado con más de 30 disparos.

Antecedentes

La pareja de evangélicos tenía 55 hijos, la mayoría de ellos afectivos, algunos adoptados legalmente y unos pocos biológicos.

 

La mayoría de ellos eran menores que vivían en las calles, al calor del tráfico de drogas. Dos Santos los empezó a acoger desde la década de los 90, cuando aún vivía en Jacarezinho, una favela al norte de Río de Janeiro donde nació y creció y de la que también era vecino Anderson do Carmo.

 

Según testimonios de la madre del pastor a medios locales, inicialmente Do Carmo fue novio de una de las hijas biológicas de la hoy diputada, pero luego comenzó una relación con ella.

 

Para entonces, ella tenía 30 años, estaba separada de su primer marido y contaba con tres hijos. Do Carmo tenía 14 años de edad.

 

Con el tiempo la relación se fortaleció y Do Carmo pasó a ser el administrador de la casa donde ella albergaba a los demás "hijos". Asimismo, se convirtió en una especie de "manager" de la pastora.

 

Además de promocionarla como líder evangélica, empezó a impulsarla como cantante, mientras que los trabajos domésticos eran realizados por el resto de la familia.

 

Con el tiempo, ella se hizo famosa por ser la "madre de 55 hijos", pero también como artista de música góspel -grabó 10 discos- y era reconocida en Brasil y en el extranjero.

 

Todo eso le sirvió de trampolín para lanzarse a la política y fue elegida diputada federal por Río de Janeiro por el Partido Social Democrático(PSD) en 2018.

 

Do Carmo creció a la par de ella, se convirtió en pastor y pasó a administrar ya no solo la casa sino todo el dinero que ingresaba con la labor de Do Santos.

 

Eso fue lo que rebosó la copa de la pastora y lo que, según las autoridades, la llevó a quitarle la vida a su esposo pues, además de una eterna lucha de poder, ella buscaba su emancipación financiera.