Matías Barreto, edil de Montevideo por el Partido Colorado, viajó recientemente a la ciudad de Buenos Aires. Esto no constituye originalidad alguna, dada la enorme cantidad de uruguayos que, a favor de la diferencia cambiaria, se trasladan al vecino país últimamente.

Sin embargo, y a diferencia del viajero promedio, el curul no se dedicó a comparar precios, sino la higiene de ambas capitales platenses.

“Hace poco estuve en Buenos Aires y quedé impresionado por su limpieza. En las calles, se pueden ver tachos de basura cada pocos metros y una recolección constante de residuos. Montevideo sigue sucia, mientras la Intendencia busca excusas en lugar de gestionar eficientemente”, escribió en Twitter, junto a una imagen en la que se aprecia una pulquérrima acera porteña.

“Hay quienes dicen que el problema está en qué las personas son mugrientas y tiran basura por todos lados. ¿Entonces en Buenos Aires la gente es limpia y nadie tira basura? ¿De verdad piensan que el principal problema es la gente y no la gestión?”, preguntó en Twitter, para luego responderse: “Todo limpio, todo prolijo. Es claro que la diferencia está en la gestión”.

“Presenté pedido de informe para obtener información sobre el manejo de residuos en la ciudad. Se plantean una serie de preguntas relacionadas para tener datos sobre la gestión de los residuos y abordar la problemática de los basurales endémicos”, agregó el representante.

Las publicaciones de Barreto generaron un debate en la red social, intercambio en el que algunos internautas coincidieron con sus afirmaciones y otros se manifestaron en disidencia.

Entre estos últimos, no faltaron los que entendieron que una única foto de un solo punto de una gran ciudad no demuestra nada, y dijeron que en la ciudad de Buenos Aires también hay problemas con el manejo de los residuos y sitios donde puede verse basura en las veredas.

Asimismo, otros recordaron que en Buenos Aires existe una recomendación horaria para tirar la basura, algo que en rigor también sucede en Montevideo.

Además, y como era de prever, no faltaron las descalificaciones y los comentarios peyorativos basados en afinidades partidarias.