El domingo 27 de octubre de 1983 marcó un antes y un después en la vuelta a la democracia en Uruguay. Este lunes, 40 años después, siete partidos políticos organizaron en conjunto un acto de similares características para recordar aquella multitudinaria jornada.
La idea surgió del Partido Independiente, que logró convocar al Partido Nacional (PN), Partido Colorado (PC), Frente Amplio (FA), Partido de la Gente, Unión Cívica y Cabildo Abierto, para no solo participar sino leer una proclama común.
En la primera fila del escenario que miraba hacia el Parque Batlle, se posicionaron los expresidentes Julio María Sanguinetti y José Mujica, junto al actual presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y la vicepresidenta Beatriz Argimón. También estuvieron los precandidatos a la Presidencia por distintos partidos políticos.
Si bien Cabildo Abierto no había confirmado el nombre del representante que iría, y asistió solo a una de las reuniones previas —en la que su delegado Álvaro Perrone aprovechó para reclamar que le den lugar a su partido en la Corte Electoral—, finalmente el diputado por Canelones Carlos Testa dijo presente.
Sobre el estrado, sin embargo, únicamente subieron militantes jóvenes de los partidos que organizaron la conmemoración, quienes fueron los encargados de leer la proclama.
La versión final de este mensaje sufrió algunas modificaciones producto de idas y vueltas entre los miembros de los partidos que la redactaron, según supo Montevideo Portal.
En el texto completo, se recuerda la importancia de la efeméride, se ratifica el compromiso con las “reglas de juego democráticas y plurales” y se rescata la vigencia de “los valores y principios sustentados y reivindicados en aquella jornada memorable”.
Además, se reconoce la contribución histórica de todos los partidos, sus militantes y sus dirigentes para “la reconstrucción de una democracia que se presenta como un ejemplo a nivel mundial” y se hace hincapié en que las “disputas” electorales de cara a 2024 “se mantengan en el marco del fortalecimiento institucional” que, entienden, ha caracterizado al Uruguay “durante todo este tiempo”.
“Hemos construido entre todos, cada uno desde el lugar que periódicamente el pueblo les otorga a los partidos, un país orgulloso de sus instituciones”, expresa una parte.
También se menciona que en estas cuatro décadas de democracia hubo “circunstancias más favorables y otras más difíciles y desafiantes” y que los “nuevos desafíos” que enfrenta hoy la democracia en el país tienen que ver con garantizar “una total transparencia en la acción pública” y “un compromiso absoluto con la ética en todas las dimensiones”.
En un pasaje se rescata José Gervasio Artigas como “héroe nacional” y figura con “estatura de estadista” y se cita su manida frase: “Nuestra autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”.
A continuación, la proclama completa:
Proclama de conmemoración de los 40 años del acto del obelisco del 27 de noviembre de 1983
Nos reunimos hoy los representantes de los partidos políticos, nuevamente al pie del Obelisco, para conmemorar aquel histórico acto que tuvo lugar hace exactamente 40 años, en un día como hoy, bajo la consigna de “un Uruguay democrático, sin exclusiones”.
Ese día los uruguayos formamos un verdadero “rio de libertad” en una demostración imponente en reclamo de democracia y libertad.
Ese día laudamos por la vía de la expresión ciudadana y popular, pacífica y enérgica, que el oscuro período dictatorial tenía sus días contados y que se avanzaba ya definitivamente y sin retorno hacia la recuperación democrática.
La proclama, redactada por los doctores Enrique Tarigo y Gonzalo Aguirre en base a los aportes de representantes de los partidos políticos, y magníficamente expresada a través de la inolvidable voz de Alberto Candeau, definió que en el siguiente año habría de producirse el proceso electoral que llevaría a nuestro país a la recuperación de la democracia, el pluralismo, la libertad y la tolerancia.
Como se establecía en aquel mensaje, un año después, nuestro país votaba en noviembre de 1984, para elegir a sus representantes y comenzar el camino que dejaría definitivamente atrás una década de dictadura, autoritarismo y violaciones a los derechos humanos perpetradas por parte del Estado.
Ha pasado, por cierto, mucha agua debajo del puente, en estas cuatro décadas.
A tal punto que aquel Uruguay que se encontraba aún sumergido en la arbitrariedad y la intolerancia, hoy se ha convertido en una de las pocas democracias plenas del mundo, reconocida por toda la comunidad internacional.
Con el acompañamiento de la firme convicción ciudadana, los partidos políticos todos hemos contribuido juntos a la reconstrucción de una democracia que se presenta como un ejemplo a nivel mundial.
Por cierto, corresponde el merecido homenaje a las ciudadanas y los ciudadanos de los diferentes partidos y organizaciones sociales que dieron su esfuerzo y su compromiso, asumiendo los graves riesgos que, sin duda existían, para transitar ese arduo pero muy firme camino de la recuperación democrática.
Desde el inolvidable pronunciamiento del plebiscito de 1980, cerrando el paso a un proyecto constitucional autoritario y limitativo de las libertades públicas, hasta el acto que hoy conmemoramos, pasando por el contundente pronunciamiento electoral de 1982, y eligiendo a los representantes de los partidos políticos y las sucesivas movilizaciones populares que se extendieron de manera creciente durante aquel año 1983.
Pero también es tiempo de rendir homenaje a todos los representantes y dirigentes de los partidos políticos que, desde el retorno a la democracia, aportaron cada uno desde su trinchera y desde sus propias convicciones, para construir esta convivencia democrática de la que hoy disfrutamos todos los uruguayos.
Han transcurrido cuatro décadas intensas en las que ha habido circunstancias más favorables y otras más difíciles y desafiantes; pero siempre ha predominado el respeto por las reglas de juego democráticas, así como la afirmación inequívoca del estado de derecho.
Ha habido, hay y seguramente habrá, relevantes diferencias referidas a qué políticas y prioridades deben ser adoptadas en las decisiones públicas.
En muchas ocasiones estas diferencias han alcanzado importantes niveles de debate y confrontación.
Han pasado diversos partidos en el ejercicio del gobierno y de la oposición.
Ha habido, como corresponde a una democracia fuerte, alternancia en el poder entre los diferentes partidos, pero nunca en estos años transcurridos ha sido puesta en cuestión la esencial importancia de mantener la adhesión a las reglas de juego democráticas y plurales.
Ha habido instancias plebiscitarias y se han sucedido gobiernos de diferente signo, pero jamás se ha puesto en duda que es la democracia el sistema y el conjunto de reglas de juego en donde deben dirimirse las diferencias por más agudas que sean.
Hemos honrado la memoria de nuestro héroe nacional, José Artigas, al decir con su estatura de estadista: “nuestra autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”.
Hemos construido entre todos, cada uno desde el lugar que periódicamente el pueblo les otorga a los partidos, un país orgulloso de sus instituciones.
Hoy, 40 años después, y justo en el momento en que comienza un nuevo período electoral, otra vez como siempre, el pueblo emitirá su pronunciamiento en las urnas. Se elegirá dentro de un año al próximo gobierno nacional y luego a sus gobiernos departamentales y locales. Ratificamos con la mayor convicción nuestro apego a las más profundas convicciones democráticas.
Por eso también ratificamos nuestro compromiso de que, sin mengua de expresar con la mayor convicción, cada uno de los partidos políticos sus respectivas ideas y propuestas, mantendremos nuestra más firme adhesión a los principios de respeto, tolerancia y pluralismo a efectos de que nuestras disputas se mantengan en el marco del fortalecimiento institucional que nos ha caracterizado durante todo este tiempo.
En tal sentido, destacamos la reciente jornada llevada a cabo en el Parlamento Nacional el pasado 27 de junio, cuando todo el sistema político unido y en conjunto recordó el 50 aniversario del golpe de Estado, ratificando su convicción de que “nunca más” habrá dictadura en nuestro país.
El mundo, nuestra región y nuestra vida han cambiado mucho en cuatro décadas, pero los valores y principios sustentados y reivindicados en aquella jornada memorable mantienen vigencia plena y nos reconocen como una comunidad política vital y vibrante.
Pero la democracia se construye todos los días. Y hoy enfrenta nuevos desafíos. Los partidos políticos los debemos enfrentar con decisión, garantizando una total transparencia en la acción pública, y un compromiso absoluto con la ética en todas las dimensiones.
Igual que en aquel 27 de noviembre de hace 40 años, terminamos esta proclama con aquellas palabras finales de aquel entonces:
“Diciendo bien alto y todos juntos, para que nuestro grito rasgue el firmamento y resuene de un confín a otro del terruño. Viva la patria, viva la libertad, viva la república, viva la democracia”.
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