Por The New York Times | Thomas Gibbons-Neff
La batalla por la ciudad de Bajmut, en el este de Ucrania, prácticamente ha terminado... por ahora. Después de 10 meses de brutales duelos de artillería, avances frenéticos de tropas, así como miles de bajas rusas y ucranianas, las formaciones de Moscú controlan el centro industrial, mientras que las tropas de Kiev intentan presionar los flancos de la ciudad.
Pero no se sabe con certeza cuál será el próximo paso de Rusia, que ha dicho que pretende capturar toda la región oriental del Dombás. Meses atrás, Moscú esperaba utilizar la captura de Bajmut como trampolín para nuevos avances hacia el oeste, con la aspiración de controlar las ciudades más grandes de Kramatorsk y Slóviansk. Ese objetivo parece estar fuera de alcance por ahora.
Según analistas militares, las tropas rusas parecen estar agotadas, tras sufrir grandes pérdidas en el control de Bajmut. Y, en general, las fuerzas del presidente Vladimir Putin han mostrado poca capacidad para capturar más territorio en otros lugares: en su mayoría, han sido relegadas a ataques de menor escala en un puñado de ciudades del este del país.
Mientras tanto, Ucrania ha entrenado nuevas formaciones, armadas y equipadas por Occidente, y se espera que lance una contraofensiva más amplia en algún lugar del frente de batalla de aproximadamente 965 kilómetros.
Esto tiene a Rusia en una especie de posición defensiva, con sus fuerzas estiradas, mientras construyen fortificaciones y se preparan para la siguiente fase de la guerra.
“Probablemente, veremos más ataques tácticos localizados”, afirmó Rob Lee, analista militar del Instituto de Investigación de Política Exterior, sobre las fuerzas rusas. “Pero es probable que Rusia se centre principalmente en la defensa y se prepare para la contraofensiva de Ucrania”.
Las fuerzas rusas han pasado gran parte del invierno y la primavera atrincherándose y preparándose para el ataque de Ucrania, aunque algunas unidades han seguido atacando en áreas como Kreminná, al norte de Bajmut, y Avdíivka, al sur. Esas ofensivas le han ganado poco terreno a los rusos y, en cambio, han diezmado los centros de población a su paso y agotado sus propias filas.
En el sur, donde según predicen algunos analistas militares estará el foco de la ofensiva de Ucrania, las fuerzas rusas han excavado una intrincada red de trincheras primarias y secundarias, así como campos minados, para frustrar cualquier avance ucraniano, según analistas y fotos satelitales.
Si Ucrania logra recuperar territorio, dicen los analistas, eso podría darle a la fuerza aérea mucho más grande de Rusia una ventaja, a medida que las tropas ucranianas avanzan fuera del alcance de sus defensas aéreas.
Más al suroeste, Ucrania tiene actualmente el control de la ciudad portuaria sureña de Jersón tras recuperarla en noviembre. Pero con el río Dniéper fungiendo como límite natural, las unidades de artillería rusas pueden bombardear la ciudad desde el lado este con poco riesgo de ser invadidas por las fuerzas terrestres ucranianas, dada la dificultad de cruzar un canal ancho y expuesto.
Al norte, unidades aliadas respaldadas por Ucrania han penetrado la frontera rusa en los últimos días, tomando un pequeño lote de territorio en lo que se considera un movimiento propagandístico para inmovilizar a las fuerzas rusas y avergonzar al Kremlin tras la toma de Bajmut.
Pero la batalla por Bajmut tuvo un costo significativo para Rusia y Ucrania y pesará mucho en lo que venga después. Ambos bandos hicieron enormes inversiones en hombres y materiales para tomar y mantener el control de una ciudad relativamente pequeña y ahora devastada, que antes de la guerra tenía una población de más de 70.000 habitantes.
Así es la naturaleza de esta guerra de 15 meses: ambos ejércitos, aún arraigados en tácticas de estilo soviético, continúan dependiendo en gran medida de la artillería, los tanques y los avances limitados de tropas para tomar y controlar el terreno.
“La batalla por Bajmut es menos importante en términos de territorio y más en cuanto a su impacto en ambas fuerzas y lo que revela sobre ellas”, dijo Michael Kofman, director de estudios rusos en CNA, un instituto de investigación en Arlington, Virginia.
Las fuerzas rusas fueron derrotadas en tres frentes el año pasado: alrededor de Kiev, en la región nororiental de Járkov y en Jersón. Moscú está cuidando y atendiendo a sus formaciones exhaustas y llenas de bajas tras el brutal combate urbano en Bajmut. Ucrania también está plagada de bajas, pero se está atrincherando en terrenos mucho más favorables y elevados fuera de Bajmut.
En los últimos días, las fuerzas ucranianas han logrado pequeños avances hacia el norte y el sur de Bajmut, lo que ha colocado a sus fuerzas en una mejor posición para evitar que las tropas rusas avancen más. El líder de la fuerza paramilitar Wagner, Yevgeny Prigozhin, cuyos combatientes fueron los principales responsables de la toma de Bajmut, se comprometió a sacarlos de la ciudad y entregar su defensa a las filas uniformadas de Rusia, arriesgando una rotación desorganizada de tropas.
Wagner “no está realmente diseñado para operaciones defensivas”, afirmó Lee.
El grupo Wagner de Prigozhin ha demostrado ser uno de los enemigos más formidables de Ucrania y no está claro cómo su salida del campo de batalla podría afectar la capacidad de Ucrania para ejercer presión sobre Bajmut y más allá.
Analistas militares, agencias de inteligencia occidentales y funcionarios ucranianos han discutido durante meses sobre la importancia estratégica de la campaña de Bajmut. Moscú podría haber invertido los recursos en otros lugares del frente en lugar de desperdiciar vidas y municiones por unos pocos kilómetros de tierra, afirmaron. Kiev podría haberse retirado antes, guardando sus batallones, brigadas y suministros para futuras ofensivas.
Las decisiones de ambos bandos de resistir y combatir tendrán efectos duraderos en sus futuras maniobras. Ahora, Moscú tiene que decidir si intenta avanzar al oeste de Bajmut. A unos pocos kilómetros, se encuentra la ciudad de Chasiv Yar, pero Ucrania podría retirarse a un terreno elevado en el medio, donde tendría un mejor lugar para disparar contra las tropas rusas que avanzan. Lo más probable es que los rusos se centren en defender Bajmut y sus accesos.
Las repercusiones de la batalla por Bajmut aún no se conocen del todo, tanto en términos de bajas generales en ambos bandos como en la cantidad de equipo o municiones que se perdieron o destruyeron. Las estimaciones occidentales a principios de este año situaron las bajas de Rusia entre heridos y muertos en alrededor de 200.000 desde el comienzo de su invasión y se cree que las de Ucrania son similares. Desde entonces, la lucha por Bajmut ha cobrado miles de vidas más.
“Este capítulo se cerrará, incluso cuando la lucha continúe en los campos fuera de la ciudad, pero dice mucho sobre la voluntad ucraniana de luchar, aunque los soldados podrían preguntarse si el combate por Bajmut estuvo más impulsado por consideraciones políticas que militares”, afirmó Kofman. Miembros de la 93 Brigada Mecanizada de Ucrania pasan junto a vehículos destruidos en una carretera a las afueras de Bajmut, Ucrania, el 19 de mayo de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times) El humo se eleva en dirección a Bajmut, Ucrania, el 19 de mayo de 2023. (Tyler Hicks/The New York Times)