Este miércoles 8 de marzo se realizará una nueva marcha en el marco del Día Internacional de la Mujer. La proclama de este 2023, que compartió la Intersocial Feminista, será: “Lucha feminista contra el hambre y la opresión”.
La Intersocial Feminista marcó un recorrido que inicia a las 18:00 horas y va desde la plaza Libertad hasta la Facultad de Derecho de la Universidad de la República (Udelar). Por otro lado, también en Montevideo, los colectivos agrupados en Tejido Feminista marcharán desde la rambla y Ejido hasta 18 de Julio.
“Todo lo que el Estado no hace, lo hacemos las mujeres. Doble trabajo no remunerado y perseguido”, dice la proclama.
“Un nuevo 8M nos encuentra a las mujeres juntas en las calles, luchando contra la opresión patriarcal, denunciando la violencia y el abandono del Estado. Estamos en 2023, el primer año fuera de la pandemia, y a pesar de los anuncios del Gobierno que indican mejoras en las condiciones económicas, el hambre no ha cesado”, sostiene el texto.
“Las mujeres venimos cubriendo todos los retrocesos a costa de más explotación y precarización. El retiro del Estado y el desmantelamiento de las políticas públicas, llevadas adelante por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), implicó que las mujeres asumiéramos tareas de atención de mujeres e infancias que sufren violencias, que nos hiciéramos cargo de garantizar la comida a cientos de miles de familias que comen en ollas populares, pero no solo nos ocupamos de la alimentación, sino también de las múltiples demandas que crecen en la medida que se precariza y vulneran los derechos”, agrega.
La Intersocial Feminista asegura que las mujeres de las ollas y merenderos “sostienen barrios enteros a lo largo y ancho de todo el país”. Por lo que, “esta respuesta popular y feminista expone escandalosamente la ausencia del Estado que ya retiró los apoyos a las ollas, precisamente en este mes de marzo”.
Entonces, asegura el texto, el “ataque a la solidaridad y a las acciones colectivas se profundiza en la medida que avanzan fuerzas conservadoras y fascistas en los territorios, en los medios de comunicación y en la política”. “El ataque a la solidaridad es también un ataque a las mujeres porque, como dijimos, estamos al frente de cientos de iniciativas de apoyo, sostén y cuidado de mujeres e infancias frente al terrible desamparo que sufren del Estado. Rechazamos enfáticamente las prácticas de espionaje a militantes sociales y la persecución a estudiantes de secundaria por ser ‘feministas’ por parte de autoridades cercanas a Presidencia”, complementa.
“Violentadas y asesinadas sin importancia”
En los últimos años, dice la proclama, algunas respuestas estatales hacia las mujeres en situación de violencia se han debilitado. Así, enumera: los subsidios de alquiler para mujeres que se atienden en servicios especializados; los refugios del Mides, donde en 2023 falleció una mujer producto de un incendio por las malas condiciones edilicias; la falta de presupuesto a la Ley Integral contra la Violencia de Género hace que sigan sin existir los Juzgados Multimateria y que los anunciados nuevos juzgados especializados en el interior del país carezcan de condiciones mínimas de seguridad y no revictimización, como es el Juzgado de San Carlos. “Exigimos, una vez más, la implementación de los Juzgados Multimateria en tanto solucionarán varios de los problemas de acceso a la Justicia que nos afectan”, sostiene la misiva.
En lo que va del 2023, cinco mujeres fueron asesinadas; en 2022 fueron 45 y a ocho niños los asesinados por sus padres. “Aún esperamos justicia por las mujeres trans asesinadas; seguimos en emergencia nacional sin una estrategia del Estado y siendo constantemente revictimizadas. La Asociación de Defensores de Oficio denunció las condiciones edilicias del Juzgado Especializado de San Carlos, donde víctimas y victimarios se encuentran en la misma habitación”, agrega.
“Repudiamos la cultura de la violación y exigimos educación sexual integral para enseñar a respetar los límites del consentimiento; a no explotar sexualmente de niños, niñas y adolescentes; a no acosar a las mujeres en ningún espacio y a no violar. Observamos cómo se instrumenta desde el Gobierno una transformación educativa que nuevamente no incluye la educación sexual integral”, dice la proclama.
“Gestación subrogada”
La Intesocial Feminista recuerda el rechazo al proyecto de ley, que se votó en Diputados y que amplía la gestación subrogada porque “abre un mercado de vientres de alquiler que vulnera los derechos de las mujeres para satisfacer el deseo de algunas personas de ser padre o madre con sus propios genes pero sin poner el cuerpo”. “Rechazamos la utilización de los cuerpos de mujeres pobres como vasijas y la compra-venta de bebés”, señala.
“Más pobre de jubilada, trabajando mucho más”
En lo que respecta a la reforma de la seguridad social que planteó el Gobierno de Luis Lacalle Pou, la Intersocial Feminista sostiene que afecta más a las mujeres, “por el hecho de percibir el 78,4% del total de ingresos de los varones”. Por otra parte, sostiene, la informalidad laboral es mayor en mujeres del interior del país.
“Las mujeres pobres tienen una tasa de empleo del 38%. Y, si a esto le agregamos que las mujeres dedican de su tiempo al trabajo no remunerado y solo al remunerado, y sumamos el alargamiento de la vida laboral, se agudiza la tensión entre nuestra doble jornada laboral (trabajo remunerado y no remunerados), y por tanto la perpetuación de la precariedad de nuestras vidas”, expresa.
“Mujeres privadas de todo por pobres”
“Mientras el Parlamento no derogue el art. 74 de la Ley de Urgente Consideración (LUC) que criminaliza de manera brutalmente desproporcionada a quien ingrese unos gramos de droga a la cárcel, se destruyen familias y dejan a numerosos niños, niñas y adolescentes institucionalizados”, expresa.
“Porque el microtráfico tiene cara de mujer, joven, con familia a cargo y vulnerada por múltiples violencias, quienes en su mayoría ingresan droga porque son manipuladas emocionalmente por sus parejas o por miedo a represalias a sus familiares privados de libertad. Más aún sabiendo que la realidad de las personas privadas de libertad es tortuosa y que la cárcel no es la mejor solución. La vida digna sí”, complementa.
“Racismo invisible y profundo”
Las mujeres afro, señala, siguen siendo víctimas del colonialismo, capitalismo y racismo imperante, que las somete a la pobreza, a la indigencia, las criminaliza, las mata y descarta como basura, a ellas y a sus hijos/as/es. “Las condena a trabajos precarizados, mal pagos, a la informalidad y la precariedad laboral. El racismo las convierte en objetos sexuales permanentes, negando su capacidad intelectual y saberes, sus experiencias de vida. Su historia es de liberación y lucha de un esclavismo que continúa hoy sin cadenas”, señala.
“Explotación extractivista de los cuerpos de las mujeres”
“El modelo productivo extractivista que instalan grandes empresas multinacionales para usufructuar nuestros bienes naturales, legitimando prácticas machistas y patriarcales, ubicando a las mujeres como moneda de cambio. Los casos de las trabajadoras sexuales violentadas en emprendimientos productivos del sector forestal es un claro y triste ejemplo, mujeres golpeadas dentro de los predios empresariales, mujeres asesinadas donde nadie investiga los hechos”, plantea la procalama. “Trata de mujeres con fines de explotación sexual totalmente naturalizadas y aceptadas por quienes deben velar por su inexistencia”, agrega.
“Crisis ambiental y sequía”
“Las mujeres hemos sido las que históricamente cultivamos la tierra y producimos alimentos, conservamos semillas, cuidamos el agua. En momentos donde el cambio climático no es un problema de futuro, sino que es una realidad que provoca pandemias, sequías, incendios, fríos extremos, y que de continuar con este modelo de consumo, este sistema de explotación de las personas y de los recursos naturales el mundo como lo conocemos desaparecerá dejando por el camino un tendal de hambre y muerte”, sostiene la Intersocial Feminista.
“Desde una mirada que nos una a todas, desde un feminismo interseccional, que nos reconozca en nuestra diversidad, que no admita lo transexcluyente. Que amplifique nuestras voces, que reconozca las múltiples capas de opresión que cada una vive, en cada espacio que habitamos. Luchamos porque nuestras voces sean escuchadas, aún en un contexto donde se desprestigia nuestra voz con actos violentos y con descalificaciones e insultos”, concluye.