El integrante del Laboratorio Fiscal y Tributario del Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), y exasesor económico del presidente electo Yamandú Orsi, Gustavo Viñales, explicó cómo se implementaría la propuesta del Frente Amplio de llevar adelante una reforma en la tributación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), conocida como “IVA personalizado”.

El contador público aclaró, en diálogo con Montevideo Portal, que no es parte del equipo económico del futuro gobierno, pero que en Cinve estudian la propuesta desde el punto de vista técnico y académico.

De todas maneras, Viñales consideró que el diseño actual del IVA en Uruguay “se ha transformado en muy complejo y sofisticado”. “Eso tiene costos de administración tributaria muy altos y tiene lo que llamamos comúnmente perforaciones que habilitan la evasión”, expresó este miércoles entrevistado en el programa Desayunos informales (Canal 12).

Para ejemplificar, habló de la tasa diferencial del 10% para productos de la canasta básica, frente a la de la tasa básica del 22% para el resto de los productos y servicios. En este sentido apuntó que dentro de la canasta básica se encuentra el café, incluso el de especializada, pero no el agua mineral. “¿Alguien puede pensar que el café es más importante que el agua?”, se preguntó.

“Además de esas soluciones universales, hay otras cosas que se hicieron en el sistema durante estos años”, apuntó. En este punto planteó otro “problema muy grande” con el IVA en el “principal sector de actividad, que es el sector agropecuario”. “Este tiene un régimen especial, que se llama IVA en suspenso, y que hace que las vacas o los novillos no tengan IVA”, detalló.

“El IVA recién nace cuando el producto deja de ser natural y se transforma en un producto elaborado. Pero el 75 u 80% de los productores agropecuarios no entran en el régimen general, sino que están en un régimen simplificado, que se llama Imeba, entonces no recuperan el IVA de sus compras”, detalló.

Finalmente, este sistema lleva, según Viñales, a la evasión: “Si soy un productor agropecuario y no recupero el IVA de mis compras, lo que trataré es que no me factures. Y si yo, de alguna manera, vendo al 10% pero lo que compro está al 22%, cuando hago el mix de mi IVA ventas menos mi IVA compra, ahí desde el punto de vista de liquidación y para la administración tributaria empieza a ser complejo”, explicó.

“Los problemas de evasión y de diseño del sistema son importantes”, concluyó.

Además, a esa complejidad se le suma el que llamó “IVA digital”, es decir, los servicios digitales y compras de productos en el exterior por las que no se paga IVA, “porque ni siquiera sabemos dónde se generó el valor agregado”.

El IVA representa entre el 46% y el 48% de lo que recauda la Dirección General Impositiva; si le agregan el Imesi, estamos en el 55%. Entonces, para que el sistema sea más eficiente y tenga menos problemas de contralor, y que además sea más equitativo, lo tenemos que reformar”.

Consultado sobre los criterios de aplicación del IVA personalizado, afirmó que, si bien “es un terreno que todavía no está definido”, se “podría diseñar un sistema con tasa única que tuviera un punto de equilibrio para recaudar lo mismo”.

“Hay que ver cuál es la tasa de equilibrio: 18%, 19%, 20%. Seguramente todos en algunas cosas ganamos y en otras perdemos. Si comprás ropa, vas a pagar menos IVA y el día que te compres el auto, te va a salir menos. En otras cosas, como el arroz, que pagaba 10%, capaz que terminás pagando el 19%, te va a salir más caro”, ejemplificó.

Según Viñales, se trataría de un sistema “mucho más simple desde el punto de vista de la gestión para la administración tributaria, y de mucho más difícil evasión”.

“Después el Estado le devuelve a quien cree que le tiene que devolver”, sumó y desarrolló: “Ahí empezamos primero por categorías de ingresos. Hay 140.000 jubilados que ganan menos de $30.000 a los que se les puede devolver”.

Para Viñales, “no es difícil desde el punto de vista técnico devolver el IVA con el consumo de una canasta básica”. “No vamos a definir los productos, si quiere comprar el arroz del más caro es su consumo personal, pero le podés poner un tope mensual de gasto, se lo devolvés en la jubilación”, aclaró.

“El tope es para que no compre agua para todo el barrio o que no compre la garrafa para toda la familia”, explicó.

“La parte instrumental es la más fácil. La difícil es la economía política: la convicción de que este es un camino y fijar los límites”, valoró.

Ante la afirmación de que desde la oposición se suele decir que se trataría de un impuesto a la clase media contestó: “¿Y hoy qué es? Es un impuesto al consumo. En este país todo el mundo cree que es clase media y cuando ve la media de ingresos, las personas que te dicen que los perjudicarían están muy lejos de la media de ingresos hacia arriba. O sea, cuando mirás la media de ingresos decís: ‘¡Ah, la pucha!’”.