La Intendencia de Montevideo (IM) realizó un informe en el que ahonda sobre los plátanos, ese árbol de la ciudad que en primavera se convierte en la pesadilla de muchos capitalinos. El análisis de la comuna departamental explica cuáles son los beneficios de esta especie, aunque también explica por qué “debe continuar su sustitución paulatina”.
De acuerdo con la IM, esta especie, llamada Platanus x acerifolia, una de las “más comunes de la ciudad”, compone un 10% de todo el arbolado capitalino, que es de 23.000 ejemplares.
En esa línea, la comuna liderada por Mauricio Zunino señala que el plátano de sombra “tiene un valor ambiental muy importante, ya que, al lograr alcanzar un gran porte, actúa como un filtro eficaz para los productos contaminantes del aire, provenientes fundamentalmente de la combustión de los motores de automóviles”.
Este no es el único beneficio de este árbol: también retiene “material particulado menor a 10 micras y absorbe óxidos de azufre y de nitrógeno, así como compuestos orgánicos volátiles, que son tóxicos y formadores de ozono a nivel de la tropósfera”.
Otra particularidad de esta especie, que también tiene un impacto positivo en el ambiente, es que captura el anhídrico carbónico, uno de los gases responsables del efecto invernadero, para la producción de su propia biomasa.
“Hay que considerar su efecto en la regulación del ciclo natural del agua de lluvia, evitando que parte de esta llegue al pavimento, evaporando y drenando por sus alcorques, una proporción que ha sido estimada en algunos estudios de entre 15 y 30% del total del agua de lluvia”, dice el informe de la IM.
Asimismo, este árbol incide también en la regulación de la temperatura circundante: en verano sombrea un área muy importante —la comuna estima que unos 154 metros cuadrados—, por lo que la temperatura baja entre 10 y 15 °C en la vía pública y en las viviendas contiguas, y en invierno disminuye la velocidad del viento, por lo que baja el frío.
“A estos efectos en el bienestar de las personas se suma el efecto paisajístico que incluye forma y color en la vía pública, haciendo la perspectiva de los edificios y toda la calle más agradable y confortable”, indicó la comuna.
En esa línea, destacó su “capacidad de adaptación y resistencia a las agresiones del ambiente urbano de esta especie”, por las que también, desde el siglo XVII, es parte del paisaje de ciudades europeas como Londres, París y Madrid.
De todos modos, la IM concluye que “debe continuar su sustitución paulatina”. “En la medida de que los antiguos ejemplares se van envejeciendo y deteriorando o generando situaciones que sean por otros motivos —interferencias en veredas o con otras infraestructuras urbanas—”, agrega.
De este modo, la comuna explicó que prevé que el arbolado de la capital contemple la inclusión de especies nativas, como el tilo, que puede verse en plantaciones de la avenida 18 de Julio.
El valor patrimonial
Desde la comuna también resaltaron el “valor patrimonial” de esta especie, una de las más antiguas de la ciudad. Es que el plátano y Montevideo están conectados desde fines del siglo XIX, y esta especie es parte de “onas y sitios muy significativos, desde el Centro y el Cordón a Pueblo Ferrocarril y Colón a Malvín”.
“También constituyen el entorno de la Fuente de Cordier detrás del Hotel del Prado y caracteriza numerosas avenidas como 19 de Abril, Rivera, Carlos María Ramírez, San Martín, Garibaldi”, agrega.