Seré curioso

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“¿Cerrar TV Ciudad? Creo que tenemos que pensar en una IM del siglo XXI, no del siglo XIX”

La candidata a la Intendencia de Montevideo por el FA, Verónica Piñeiro, se plantea un proyecto para “enamorar”.

19.02.2025 11:11

Lectura: 26'

2025-02-19T11:11:00-03:00
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Por César Bianchi

Fotos: Javier Noceti / @javier.noceti

Hay que decirlo: Verónica Piñeiro no tiene el physique du rol de un jefe comunal, y menos el de quien pretende gobernar el departamento más importante, la capital del país. Es delgada, menuda, luce el cabello corto, no se maquilla y su indumentaria no es nada llamativa. Prefiere andar cómoda, de jeans y remera. Lo de Piñeiro (42) pasa por otro lado: por sus proyectos para “enamorar” Montevideo, por el hincapié en el medioambiente, en generar el cambio cultural entre los montevideanos —y montevideanas, aclarará ella— para que puedan quedarse con algunos residuos en el hogar y sacarlos al contenedor a su debido momento. Esto en aquellos barrios y vecindarios en los que se puede, observa.

Ella tiene un plan concreto para el sistema de recolección de residuos, y lo reconoce como un problema. También quiere, dice, mejorar la movilidad y que los montevideanos (y montevideanas, dirá) elijan dejar el auto para subirse a unidades de transporte público capitalino.

Piñeiro es licenciada en Ciencias Biológicas y tiene una maestría en Ciencias Agrarias. Ha militado desde su más tierna juventud, primero en el Nuevo Espacio, luego de forma independiente, desde las bases. Esas bases que se apropiaron de su candidatura, propuesta por el Partido Comunista del Uruguay (PCU) y luego por La Amplia, para ser la próxima intendenta de Montevideo. Ella se tiene fe para pelearle la chance al favorito, Mario Bergara, o su adversario, Martín Lema. Por lo pronto, a este último le contesta que su propuesta de cerrar TV Ciudad para “reordenar prioridades” se parece más a un escenario del siglo XIX que uno del XXI.

Sos una montevideana de Brazo Oriental. Naciste en dictadura, en 1982. ¿Cómo recordás tu infancia?

De chica con mis padres nos fuimos para el Prado, Nueva Savona, donde mis padres abrieron una panadería. Se fueron a vivir al fondo de la panadería, en una casita que había en el fondo. Recuerdo la escuela Bélgica que estaba por Millán. Tenía amigos de ahí, en la vuelta.

Sos licenciada en Ciencias Biológicas. Te graduaste con la intención de trabajar ¿en qué? ¿De ejercer de qué forma?

Me gustaban mucho las ciencias naturales, me gustaban mucho los animales. Y después, en la carrera, la investigación pasó a ser lo central. Primero fue el interés por conocer, antes de la investigación en sí. Fue el interés por la investigación más en ecología, que se fue profundizando en la botánica. Lo primero era conocer y tener esa visión de la biología de lo más general, de lo más sistémico. Era lo que me interesaba de la licenciatura en Ciencias Biológicas. Me gustaba mucho el trabajo de laboratorio, me parecía muy interesante. Y después fui mezclando el estudio de campo con el trabajo de laboratorio.

Y hace unos años, en 2021, te graduaste en un máster de Ciencias Agrarias, en la Facultad de Agronomía. Da la impresión de que tenés un fuerte interés en temas medioambientales. ¿Qué te sedujo de esta temática, al punto de irte formando en ese sentido?

El poder analizar cómo es un sistema y también qué cosas se afectan de un sistema y producen un efecto en cierto lugar. Por ejemplo, en la ecología es interesante cómo en un ecosistema, cuando algo cambia, genera una repercusión en algún otro elemento. Y bueno, cómo estudiando eso, midiendo esas cosas, se podían buscar aplicaciones en otras áreas. Primero fui por el lado más de laboratorio, estuve trabajando en el Laboratorio de Microbiología de Suelos de la Facultad de Ciencias (haciendo una pasantía). Era con hongos y veíamos cómo los hongos degradaban la madera. Y esa posibilidad de ver cosas que se hacen que tienen un efecto y que pueden generar un aporte puntual.

Eso me atraía a cosas tangibles: más allá de estudiar la globalidad y poder hacer estudios o análisis teóricos de cómo funcionan las cosas, cómo también de ahí se podía pasar a algo más práctico. Ese fue mi primer aprendizaje en el laboratorio: ver cómo la comunidad de hongos podía afectar o podía mejorar la velocidad de degradación de la madera. Eso me parecía súper fascinante.

“Los trabajos de la militancia, desde la temática ambiente, tenían eso: buscar que el FA incorporara en la agenda los temas ambientales. Ahí la izquierda tiene un desafío. Son temas de agendas que surgen y que son cada vez más evidentes”

Después de ahí pasé a participar en un grupo de investigación que tenía un estudio de las características del entorno de la base Artigas en la Antártida. Y ahí había un estudio más ecológico, que tenía que ver con la ecotoxicología: cómo estar ahí en la base tenía una afectación, pero también cómo se afectaba el ecosistema antártico por cuestiones más globales. Y ahí fue que mezclé un poco de eso: el interés por lo micro, los hongos y la comunidad de líquenes de ese lugar. Y también la posibilidad de usar esos líquenes como bioindicadores de calidad del aire. Primero fue un estudio ecológico de cómo eran las características del entorno de la base, cómo se componían, qué especies componían el entorno de la base, con la posibilidad también de poder utilizarlo como indicadores de calidad del aire. Siempre estaba buscando esa vueltita de la aplicación.

¿Y cómo se dio tu militancia partidaria en el FA? ¿Venís de cuna izquierdista?

Mis padres eran militantes, mi hermano fue militante del Nuevo Espacio. Yo, junto con mi madre y mi hermano, también. Mi padre un poco más lateralmente. Yo milité en el Nuevo Espacio desde muy joven. Y después pasé a militar en las bases del Frente Amplio. Tuve unos años de militancia ahí en el Nuevo Espacio, y ahora, más de grande, mis padres también siguen siendo militantes: mi madre fue alcaldesa del municipio C, y mi padre es presidente del Patronato de la Cultura Gallega.

Yo empecé a militar en un comité de base a partir de la posibilidad de participar en Brazo Oriental; el comité estaba cerquita de donde había nacido. Y tenía la oportunidad de militar en un lugar que no era con una militancia sectorial, sino para aportar al Frente Amplio.

¿Te sentías cómoda así, como orejana, como dirigente de base?

Sí, militando ahí con los compañeros y viendo cosas puntuales para el barrio. Y después, pasé a ser secretaria de Organización de la Coordinadora, y después al Plenario Nacional.

En 2012 integraste la Comisión Nacional de Programa del FA por las bases, de Montevideo, al ser coordinadora de la unidad temática de Ambiente. Y luego fuiste asesora en temas medioambientales de la candidatura de Daniel Martínez en 2019. Como vicepresidenta de la fuerza política, ¿qué importancia le da el Frente a los temas de ambiente? No para la tribuna, sino en serio.

El Frente Amplio [FA] ha ido incorporando con mayor y menor velocidad esas agendas. Creo que lo ambiental, a partir del trabajo de un montón de compañeros, se va incorporando cada vez más y obviamente el tiempo también te lo pide. La realidad del mundo te lo va pidiendo. Pero siempre fue muy difícil administrar la tensión entre el aumento de la productividad; el aumento de la productividad tiene que ver con la producción agrícola y la protección del ambiente. Eso siempre fue una tensión permanente que, ante la evidencia de que la sostenibilidad del sistema podía caer, ahí se fue incorporando cada vez más en la agenda, no sin dificultades, no sin tener que machacar sobre ese tema.

Los trabajos de la militancia, desde la temática ambiente, tenían eso: buscar que el FA incorporara en la agenda los temas ambientales. Ahí la izquierda tiene un desafío. Son temas de agendas que surgen y que son cada vez más evidentes, que tienen que ser parte y que es difícil colocarlos en la discusión política, pero que tienen que estar y obviamente lograr no caer en eso de que sea “para la tribuna”. Es lograr ponerle contenido al término sustentabilidad o proyecto sustentable. Ese es un desafío de quienes desde la temática querían estar en eso (con los temas del agua). Todo fue tomando peso adentro del Frente Amplio, no sin dificultades, y administrando esa tensión que siempre es permanente.

Entonces, es de esperar un Ministerio de Ambiente fuerte, con mayor relevancia y más asignación de presupuesto. ¿O no?

Yo creo que debería serlo, que el tiempo lo pide. El tiempo del mundo lo pide. El aumento de la incertidumbre en los temas de cambio climático genera la necesidad de tener un Ministerio de Ambiente con peso. Y la profundización de los problemas ambientales, de exploración de cianobacterias en diferentes embalses o en ríos del país muestran que hay que abordar los temas ambientales con la transversalidad que requieren, y con la potencia y el peso a nivel de gabinete que requerirían.

Creo que el abordaje que tuvo el último gobierno de Tabaré Vázquez, el segundo gobierno de Tabaré, con la generación de la Secretaría de Ambiente, Agua y Cambio Climático, el gabinete de Ambiente, Agua y Cambio Climático intentaba buscar eso, un gabinete temático que pudiera abordar, tanto desde Industria, Ganadería, Agricultura y Pesca, y el Ministerio de Ambiente, y el de Vivienda y Ordenamiento Territorial en ese momento, cómo se buscaba la transversalidad de las cosas. Estaba incluido Salud Pública, también. Creo que es un gabinete que requiere articular mucho con el resto de los ministerios, porque en realidad en todos los lugares es importante que exista un área ambiental y que eso esté coordinado. Entonces, es importante el peso que pueda tener el ministerio (de Ambiente), y que tenga capacidad de estar en el territorio. Eso requiere presupuesto, capacidad de control en el territorio, desarrollo de capacidades de monitoreo, que las tiene, pero que puede potenciar mucho más. Estaría bueno que fuera un ministerio con más capacidades de las que tiene, o poder desarrollar más sus tareas en el territorio. Creo que eso va a pasar, y me parece que el tiempo lo pide.

Ahora pediste licencia, pero desde 2021 hasta hace unas semanas eras gerenta de Gestión Ambiental de la IM. ¿Cómo podrías resumirme tu gestión?

En la gerencia de Gestión Ambiental tuvimos algunas acciones, creo que la principal es el proyecto de áreas liberadas. A partir de la inundación del 17 de enero de 2022, cuando esas tormentas que existieron muy fuera del rango normal, con una gran intensidad y un volumen de lluvia muy importante, generaron inundaciones muy grandes, ahí los cursos de agua se mantenían de forma sistemática, pero se pasó a tener un poco más puntual en los lugares más críticos donde había acumulación de residuos, y eso generaba problemas de inundación en áreas próximas a los cursos de agua.

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“Marcados por la inundación de enero de 2022, generamos un protocolo de acción en lluvias buscando una integralidad desde la IM, de coordinar todas las áreas. Generamos avisos tempranos para ciertas áreas que se inundan si hay determinado nivel de lluvias”

Ahí, a partir de un estudio de una consultoría hecha con el BID, que caracterizaba los sitios de disposición informal de residuos de la cuenca del arroyo Pantanoso, comenzamos a abordar esos sitios de disposición informal, viendo cuáles eran cada una de esas realidades, yendo en forma integral desde la IM (no solo el departamento de Desarrollo Ambiental que tenía que limpiar, o la gerencia que limpia los cursos de agua, sino también Salud, Hidratación, Desarrollo Social y Convivencia), para ver cuál era la situación de cada uno de esos lugares. Se recorrió todo el departamento y se detectaron más de 900 puntos, que son sitios de disposición informal de residuos.

Se trataron muchos de ellos, se retiraron de los cursos de agua más de 180.000 toneladas de residuos. Eso llevó a todo un movimiento de la gestión, mucho más articulada, de forma transversal, que permitió abordar temáticas muy diversas: sitios de disposición informal de empresas que tiraban sus residuos, tanto de obra civil como de envases, o de otras cosas en lugares informales. Lo tiraban sin registro, y ahí se procedió a un avance de la normativa, para poder multar y avanzar sobre ese incumplimiento, pero también sobre realidades de clasificadores, o familias de clasificadores que trabajan en la informalidad, y que su descarte lo tiraban a los cursos de agua.

Ahí también todo un trabajo con Desarrollo Social para poder abordar esas realidades, y poder pasar a la formalidad, y que no realicen esa tarea de clasificación dentro de los lugares. Creo que ese es uno de los logros importantes.

También, marcados por esa inundación de enero de 2022, generamos un protocolo de acción en lluvias o tormentas fuertes, buscando una integralidad desde la Intendencia de coordinar todas las áreas. Generamos avisos tempranos para ciertas áreas, algunas formales, que se inundan, si hay determinado nivel de lluvias. Ahí generamos algunas alertas tempranas en la web, donde, según lo que llueve, [se indica] cuál puede ser la posibilidad de que aumente el nivel. También algunas estrategias de ensanchar cursos de agua para que eso mejore. Eso pasó en el arroyo Mendoza, y logramos reducir mucho la inundación en varios lugares.

Son acciones de las que no nos enteramos, habitualmente…

O la gente se entera cuando hay una inundación.

¿Cómo te hicieron llegar la propuesta de ser candidata a la Intendencia? ¿Y cómo reaccionaste a esa invitación?

Estábamos volviendo de un viaje a China, a donde había ido con el secretario político del Frente Amplio. Fuimos invitados por el Partido Comunista de China para un seminario de los partidos políticos de América Latina (incluso participaron integrantes del Partido Nacional y del Partido Colorado en esa misma delegación). Y a la vuelta, estando en San Pablo, a mitad de diciembre, recibo un llamado del Partido Comunista, de Juan Castillo, y me dijo que estaban pensando en proponer mi nombre para manejarlo para la IM.

En ese momento me tomó por sorpresa y me pareció un montón. Le pedí un poco de tiempo para pensarlo, sobre todo para poder descansar un poco. Fue el 12 de diciembre, creo. En primera instancia era: “Si el nombre podía aportar a construir los acuerdos, que siempre fue lo que hay que buscar, acepto”. Yo no milito para ser intendente, ni milito en el Frente Amplio para estar en un lugar, sino para aportarle al Frente Amplio. En ese sentido, la posibilidad de que mi nombre estuviera, bueno, que sea parte de un acuerdo, y que, si eso no era posible, el nombre también se pudiera retirar. Y a los días acordé que el nombre se empezara a manejar. Después se hizo público sobre los primeros días de enero.

Fuiste la única de los precandidatos a la IM del FA que alcanzó los votos de la convención departamental de Montevideo del FA para ser candidata en primera votación. Las otras cuatro candidaturas tuvieron que ir a segunda vuelta por acuerdos previos, e igualmente volviste a ser la más votada. Esto te da un enorme respaldo de sectores y bases. Pero ¿cuánto pesará el día de las elecciones? ¿Creés que los contribuyentes se fijan en eso?

Ese respaldo alto, para mí, es un orgullo, siendo una militante independiente perteneciente a las bases. Para mí es como un mimo muy importante. También tener esa votación era parte del acuerdo que se venía trabajando, porque desde sectores que trabajaron con el acuerdo de las tres candidaturas votaron también la mía. Eso muestra un apoyo grande del movimiento y también el respeto a los acuerdos. No tengo claro cuánto eso se traduce en la elección después. Sí que hay un espíritu de poder militar y defender la candidatura, ¿no? Y eso es reconocido como una candidatura válida dentro del Frente Amplio. Como te decía, yo planteé que mi nombre fuera parte de un acuerdo para poder trabajar.

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“En primera instancia era: ‘Si el nombre podía aportar a construir los acuerdos, que siempre fue lo que hay que buscar, acepto’. Yo no milito para ser intendente, ni milito en el Frente Amplio para estar en un lugar, sino para aportarle al FA”

Yo soy partidaria de las candidaturas únicas, y a mí me parece que construir esos acuerdos en el Frente Amplio es lo mejor que puede hacer la coalición de izquierda, con su programa único y una candidatura única. La potencia electoral del FA para mí se vuelve mayor cuando logramos esos acuerdos. La posibilidad de acuerdo no estuvo, se trabajó y se conversó. Así que, bueno, quedó esta configuración.

Desde la oposición en Montevideo se ha hecho hincapié en que los montevideanos se han acostumbrado a “vivir en la mugre” pero igual los siguen votando, o que “la gente nada en mierda”, como dijo el senador Sebastián Da Silva. ¿Hay algo de eso? ¿Hay cierta anestesia de los montevideanos que, a pesar de estar disconformes, sigan votando al FA por militancia?

Yo lo que creo es que el Frente Amplio tiene un gran apoyo en Montevideo y eso es evidente, y se muestra elección a elección. Lo que creo que no le puede pasar al FA es ganar por defecto.

Aquella imagen de “la heladera”, como dijo Sendic...

La mala idea de formular esa expresión, sí. Creo que el FA, como fuerza política que trabaja para alcanzar un gobierno, no lo hace para sacar a quien está, sino que lo hace para transformar la realidad. Y ahí el desafío que tiene el Frente Amplio, en esta elección en particular en Montevideo, es lograr presentar un proyecto político que enamore a los montevideanos. Creo que eso, desde que asumió Tabaré Vázquez [en la IM] y las dos gestiones de Mariano [Arana] fue claro, después las gestiones de Ana [Olivera], de Ricardo [Ehrlich], de Daniel [Martínez] y de Carolina [Cosse] fueron en ese camino de transformaciones, de mejorar la gestión, de mejorar cosas de la ciudad.

Tenemos un desafío que no es solo de gestión, aunque muchas veces termina siendo la discusión en torno a: “Es un desastre; lo mejoramos con gestión”. Ante ese discurso de la derecha, creo que la izquierda, el FA, tiene el desafío de plantearles a los montevideanos un proyecto que enamore. El desafío no es solo de cómo pensamos mejor la gestión, sino también cómo pensamos un proyecto político que vuelva a sintonizar con lo que quieren los montevideanos y las montevideanas del departamento.

Ya en Buscadores habías hablado de “enamorar” a los montevideanos. Que el desafío de tu candidatura era lograr un “enamoramiento” con tu propuesta. Pero da la impresión de que ese amor ya está, ya lo tiene ganado el FA. Lo que falta es decirle cómo se mejorará la gestión. ¿O me equivoco?

Yo lo que digo es que el FA ha mejorado la gestión en todo este tiempo, ha hecho transformaciones en la gestión departamental, y ahí el camino es de 35 años. Todos han sido en la línea de mejorar cosas, la realidad no se queda quieta y va cambiando, y podés tener resuelta una cosa un día y al otro día tener que implementar un cambio. Creo que esas transformaciones se han hecho.

Cuando las políticas son exitosas o cuando una política funciona, tendés a hacer cambios incrementales, a ir mejorando esa política con cambios incrementales. Yo creo que el mundo, la realidad, y la situación del Frente Amplio en Montevideo piden plantearse objetivos más profundos y transformaciones más desafiantes. Por eso creo que hay que lograr un proyecto político que enamore y que sintonice con los montevideanos.

Si queremos hacer transformaciones más profundas, también necesitamos que los vecinos y las vecinas cambien la forma en que viven la ciudad. Que asuman el compromiso de cambiar la forma en que gestionan sus residuos, la forma en que se mueven dentro de la ciudad, la forma en que viven los espacios públicos. Ahí necesitamos que eso sintonice, porque la transformación es con la gente, y es con los vecinos y las vecinas. Entonces, creo que el Frente Amplio tiene el desafío de la gestión y siempre lo ha tenido durante estos 35 años. Estamos ante un desafío político de poder conectar y sintonizar con la gente y no ganar por defecto.

Y en términos de gestión, ¿cuál debería ser la prioridad del próximo intendente (o intendenta) de Montevideo? ¿La limpieza, o no necesariamente?

Yo creo que una de ellas es la limpieza y que es la preocupación de muchos montevideanos y montevideanas, de vecinos y vecinas. El sistema del contenedor llegó a su límite, tenemos que avanzar mucho más rápidamente en la transformación del sistema de recolección, en diferentes barrios de Montevideo. Podemos mejorar logísticamente, pero tenemos que —de nuevo— buscar el compromiso y tener un abordaje más de todo lo que tiene que ver con la limpieza y la gestión de los residuos. Y eso desde que el residuo empieza a estar en el contenedor y si sale, cuál es el abordaje que tenemos que tener para este problema del hurgado y de la presión que hay sobre el sistema de contenedores. Pero también con lo que sucede en la periferia con lo que yo te decía de la clasificación informal.

¿Qué harías distinto, en términos de recolección de basura? ¿Hacen falta camiones o contenedores? ¿O hay que gestionar distinto?

Esta gestión había planteado el proyecto [financiado por el] BID, que tenía una visión de saneamiento y saneamiento ambiental que marcaba una línea hacia dónde ir. Marcaba una estrategia hacia dónde ir con la recolección de residuos, y eso implicaba la diferenciación, la inclusión, pero también la diferenciación. Y esa diferenciación tiene que ver con buscar un sistema de recolección que mejor se adapte a cada barrio. Y eso estaba integrado en el programa del BID con una visión estratégica, no con un cambio inmediato, sino con una inversión inicial que proponía hacer cambios del sistema de recolección en Lezica, en Carrasco, en Malvín, con sistema de recolección intradomiciliario y con otros diseños de recolección en lugares, intentando que los residuos estén el menor tiempo en el espacio público.

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“Yo creo que el mundo, la realidad, y la situación del FA en Montevideo piden plantearse objetivos más profundos y transformaciones más desafiantes. Creo que hay que lograr un proyecto político que enamore y que sintonice con los montevideanos”

Creo que hacia ahí hay que ir, hacia buscar la forma de poder implementar, como ya se está haciendo en Santiago Vázquez o en Pueblo Abayubá, el sistema intradomiciliario en los barrios que lo permiten. Eso requiere que la casa tenga la posibilidad de quedarse con dos contenedores plásticos, uno para los residuos que pueden ser materiales que se pueden reciclar y otro para los residuos mezclados. Eso requiere una inversión inicial grande, que era lo que estaba planteado en el proyecto del BID. Hay que seguir transformando eso. Así como en algunos barrios se ha transformado a sistema de recolección manual —y eso es que pasa un camión por el recorrido determinados días y ahí recogen los residuos—, hay que cambiar.

La diferenciación tiene que ser un eje central, y eso requiere obviamente una adaptación logística, mejorar algunos sistemas. Montevideo tiene la capacidad de hacerlo y ha avanzado en la medida que pudo, aparte del bloqueo que tuvo en la Junta Departamental por parte de la oposición… que no sé con qué visión, porque en realidad quienes se terminaron viendo desfavorecidos fueron los montevideanos y las montevideanas.

También son frecuentes las quejas por las demoras o el hacinamiento en los medios de transporte público capitalino. ¿Cómo se mejora la movilidad?

Yo tengo la necesidad de mejorar la movilidad, y ahí la idea es darle prioridad al transporte público y a la movilidad activa en las vías. La posibilidad de que el transporte público tenga mayor agilidad, tenga menores tiempos de viaje. Y eso tiene que ver, por ejemplo, con controlar el Solo Bus, para que sea efectivamente Solo Bus. Hay herramientas que permiten que el transporte público tenga mayores velocidades o fluidez de circulación.

Lo que hay que hacer es priorizar el transporte público para que más gente elija subirse al ómnibus y dejar el auto; eso va a ayudar en general a la movilidad. Y lo otro es priorizar también la movilidad activa, o darle espacio a la movilidad activa, que eso requiere infraestructura para que esa movilidad sea segura. Eso también requiere hablar de veredas, de cómo se puede circular por una vía fluida por los lugares... Y otro problema que tiene que ver con la movilidad y también tiene que ver con la limpieza es que Montevideo tiene un problema con el mantenimiento del sistema urbano. Es el mantenimiento de cosas que quedan en la calle y que no cumplen una función, pero que quedan ahí en la calle. Y ahí creo que también Montevideo tiene que avanzar en una sistematización o ser mucho más sistemático en el mantenimiento de su infraestructura urbana.

Y ahí también estamos trabajando en ver cuáles tienen que ser las transformaciones institucionales, para que ese formato de mantenimiento sistemático se pueda hacer y profundizar, porque podemos tener lo más limpia que se pueda la ciudad; pero, si está deteriorado el mobiliario urbano, si está despintado, no sirve. Y eso también requiere de un proyecto que sintonice y que enamore a quienes también quieren mejorar la puerta de su casa. Y ahí hablamos de la vereda o hablamos de los pastos que crecen en la vereda. Eso lleva a que necesitamos también de ese compromiso.

Martín Lema, el candidato del PN (Coalición Republicana), ha dicho que, si gana, cerrará TV Ciudad y Casinos Municipales para “reordenar prioridades”. ¿Cuál es tu opinión sobre estas eventuales medidas?

Creo que tenemos que pensar en una intendencia, en un gobierno departamental, del siglo XXI y no del siglo XIX. Y ahí hay un contrapeso respecto a cómo pensamos, cómo la intendencia hace más cosas y no menos. Me estoy refiriendo a lo de TV Ciudad y no a lo de Casinos, aclaro. El reordenamiento de prioridades se puede hacer. Creo que cerrar TV Ciudad es una propuesta que no es de este tiempo. Pensar en cerrar un medio de comunicación es una propuesta muy fuerte.

El canal público de Montevideo brinda una agenda de contenidos, de producción nacional, pero también de cine, que no la brindan los canales privados. Ahí la discusión pasa a ser cuál es la línea editorial, pero no tiene que ver con eso tampoco. TV Ciudad ofrece contenidos que no están en los medios privados y da la oportunidad a montevideanos y montevideanas de acceder a esos contenidos de forma gratuita. Y va desde cine, como te decía, o de contenidos de producción sobre determinados temas específicos como ciencia, franja infantil, o programas nacionales que no están en los medios privados y que lo que hacen es dar la posibilidad de acceder a eso. También transmisión de espectáculos, de eventos de la ciudad, como pueden ser las maratones o las corridas. Creo que ahí da la oportunidad de mostrar a la ciudad. Y también TV Ciudad participa con América Latina y los canales y genera ese intercambio de cosas de otros países de la región que permite acceder a algo que no está en la agenda de los medios privados.

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“El canal público de Montevideo brinda una agenda de contenidos, de producción nacional, pero también de cine, que no la brindan los canales privados. La de Lema es una propuesta que no es de este tiempo, es muy fuerte”

Y en cuanto a los Casinos, obviamente el juego es un problema para muchas familias. Es algo que tampoco ha crecido, no se ha priorizado. Es algo que quedó muy chiquito, que obviamente insume presupuesto. Lo que pienso es que pasarlo a los privados me parece que no es una opción. Entonces, esas cosas hay que seguirlas trabajando. Es algo muy grande, que quedó y que hay que seguir evolucionando.

Los politólogos y analistas políticos coinciden en que Mario Bergara es el favorito a ganar la IM. ¿Cuál es tu diferencial, más allá del evidente (sos la única mujer)?

Eso que te planteaba de la posibilidad de pensar un proyecto político a los montevideanos y las montevideanas que reconecte y sintonice con lo que cada vecino y vecina quiere del departamento. Un departamento más lindo, una ciudad más linda, sentirse orgullosos del lugar donde se vive. Y creo que eso es lo que queremos mostrar. Y por obvias razones, porque soy más joven o porque soy mujer, animarme a plantear la revolución del departamento. Lo otro es que soy una candidata independiente, y eso también puede ser apreciado tanto por los frenteamplistas como por los vecinos y vecinas.

¿Y en qué podríamos ver la sensibilidad femenina en la administración?

Yo ahí no hago ese distingo. Es importante la participación de las mujeres en política y en lugares de dirección para construir acuerdos, para construir equipos, sobre todo. Y creo que ahí la posibilidad de generar equipos transversales y potentes dentro de la intendencia se lleva adelante por una cuestión de posibilidad de diálogo y escucha y de poder construir esos equipos. Ahí puede estar mi aporte a una gestión de esa manera.

¿Qué será de vos si no resultás electa intendenta de Montevideo?

Voy a seguir militando. Mi cargo en la IM es un cargo político, que se termina en julio. O sea que me reintegraría hasta julio, y después voy a seguir militando... Si el Frente Amplio me convoca para algo, trabajaré donde me convoque, pero, si no, estaré en otro lado.

¿Tenés un anhelo, un sueño político a largo plazo?

Siempre milité por esa cuestión de construcción colectiva, y de poder poner el tema ambiental dentro de la agenda, incluyendo nuevas agendas a su debate político y a su pensamiento político. Y ahí aportar a que el FA se siga construyendo como una gran fuerza izquierda, con eso que tiene que es ser mitad movimiento y mitad en coalición que le aporta algo muy importante. Creo que la construcción de esa fuerza política requiere del cuidado de todos y cada uno de los que somos militantes y dirigentes. Mi anhelo es que el FA se siga desarrollando como una fuerza política de izquierda potente y que tenga 50 años más.

¿Sos feliz?

Sí.

Por César Bianchi



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