"Caminé mucho, descansaba poquito. Conocí una montaña que nunca había conocido (...) No quiero que nadie pase por esa montaña en la situación en la que yo andaba": así recuerda Manuel Díaz sus días secuestrado por la guerrilla del ELN entre senderos de las calurosas montañas de la frontera colombo-venezolana.
El padre del futbolista del Liverpool Luis Díaz fue raptado por motociclistas el 28 de octubre y entregado a una comisión de la Iglesia católica y la ONU el jueves.
Este viernes, en una rueda de prensa desde su casa en la pequeña localidad de Barrancas, dijo que pasó "casi 12 días sin dormir (...) a pesar de que el trato fue bueno".
Barrancas, Colombia | AFP | viernes 10/11/2023 - 20:02 UTC-3 | 705 palabras
"Caminé mucho, descansaba poquito. Conocí una montaña que nunca había conocido (...) No quiero que nadie pase por esa montaña en la situación en la que yo andaba": así recuerda Manuel Díaz sus días secuestrado por la guerrilla del ELN entre senderos de las calurosas montañas de la frontera colombo-venezolana.
El padre del futbolista del Liverpool Luis Díaz fue raptado por motociclistas el 28 de octubre y entregado a una comisión de la Iglesia católica y la ONU el jueves.
Este viernes, en una rueda de prensa desde su casa en la pequeña localidad de Barrancas, dijo que pasó "casi 12 días sin dormir (...) a pesar de que el trato fue bueno"
"No me sentía muy cómodo. Extrañaba todas mis cosas, mi familia, mis hijos, mi padre, mi hermana, el pueblo, los amigos que le gritan a uno 'profe'", se emocionó el entrenador de fútbol amateur de 56 años, quien volvió a casa agotado, cojeando y con un vendaje en su rodilla derecha.
Entre lágrimas, deseó que su liberación signifique "un gran paso para que la paz en Colombia sea un éxito" y pidió que "todas aquellas personas que en este momento estén secuestradas tengan la oportunidad de ser libres".
Una demanda que también hace el gobierno del izquierdista Gustavo Petro, que negocia con el ELN desde hace casi un año y pactó un cese al fuego en agosto.
No hay ilusiones
La delegación del Ejecutivo recalcó ayer en un comunicado que los secuestros afectan "la confianza de la sociedad colombiana sobre la posibilidad de alcanzar la paz".
El defensor del pueblo, Carlos Camargo, dijo el viernes que "dejar de secuestrar y de reclutar menores de edad deben ser condiciones inamovibles para continuar los diálogos".
Sin embargo, el ELN insiste en esta práctica argumentando que es una de sus fuentes de ingresos. Según el gobierno, al menos 30 personas están en poder de la guerrilla guevarista fundada en 1964.
En su cuenta de X (antes Twitter), el comandante del ELN, conocido con el alias de Antonio García, aseguró que "no aceptará imposiciones ni chantajes".
"Que no se hagan ilusiones", advirtió.
García, cuyo nombre real es Eliécer Chamorro, agregó que en la mesa de negociaciones no existen acuerdos "sobre las retenciones ni económicas, políticas o judiciales. Queda pendiente buscar una solución concreta y real para financiar el Cese (al fuego)".
Pese a las advertencias de García, el gobierno insiste en defender el proceso: "La vocación de los 'elenos' (...) es proseguir con el diálogo. Ellos ven que Petro es una posibilidad de paz", dijo el canciller Álvaro Leyva en entrevista con la AFP durante una visita oficial en Francia.
De su lado, el ministro de Interior, Fernando Velasco, planteó la posibilidad de financiar la guerrilla con recursos de la comunidad internacional.
"Si vamos a pedirle a una organización que vive de acciones ilegales que deje de hacer acciones ilegales, ¿de qué van a vivir? Hay que buscar la solución, muy seguramente la comunidad internacional nos podrá ayudar".
Cautiverio y rescate
"Los primeros dos o tres días sufrí con cuestiones del alimento", dijo el viernes Manuel Díaz. Esas primeras jornadas caminaba entre 8 y 12 horas diarias.
"Sentí un cambio a los tres días, cuando pareciera que ya estaba en las manos del ELN. Me hablaban diferente y me trataban diferente", relató.
"No hicieron un pedido de ningún recurso (dinero), se pensaba en eso, pero no se dio", afirmó el hombre de ascendencia indígena, conocido en esta región desértica como Mane.
En la cima de una montaña, el jueves aterrizó un helicóptero que lo llevó hasta la ciudad de Valledupar, desde donde se trasladó por carretera a su natal Barrancas. En su pueblo fue recibido con música y celebraciones.
"Cuando llegó el grupo de rescate y me tomaron de la mano, sentí mucha emoción, tuve que llorar mucho para desahogar", aseguró.
Aunque el secuestro ocurrió en Barrancas y versiones de prensa indican que la familia planea salir del país, Díaz no tiene deseos de dejar su lugar natal. "En mi pueblo tengo toda mi familia, tengo a mi padre, tengo enterrada a mi madre".
Dijo además que el gobierno de Petro le dio "un respaldo impresionantemente fuerte" y que confía en tener garantías de seguridad para permanecer en su pueblo.
AFP
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