La noticia de la muerte de Milagros Chamorro, la joven de 30 años que hace dos años denunció públicamente haber sido violada a los 15 por cinco varones en Punta del Este, impactó en colectivos feministas y organizaciones sociales, que se congregarán este viernes a las 18:00 en el Centro Universitario Regional Este y en la plaza de Maldonado para pedir justicia.
Una de sus amigas, Constanza Felló, contó a Subrayado (Canal 10) la búsqueda de Milagros, que se suicidó el pasado viernes 25 en un centro de salud, para encontrar justicia.
“Milagros buscó absolutamente todos los caminos, conocía absolutamente todos los protocolos, todos los dispositivos, y no le faltó uno por tocar. Desde ese lugar, nosotros entendemos que es la forma o la manera de acompañar su lucha y su búsqueda”, expresó la amiga de la víctima, que era trabajadora social.
Felló resaltó la importancia de que “el Estado pueda revisar los alcances de los protocolos, la efectividad de los protocolos, la forma en la que esto nos impacta”.
Así, la amiga de la víctima pidió una “revisión importante”. “Milagros acudió absolutamente a todo durante 15 años; acudió a los medios pero también a la Justicia, una vez, dos veces, cuatro veces; Milagros acudió al sistema de salud, Milagros lo probó todo”, indicó.
En este sentido, Felló dijo que la víctima “no dejó nada por explorar”, así “como ninguna puerta por tocar, y aun así el Estado falló”.
“Ella lo hizo todo, lo buscó todo y aun así nos encontramos con una situación que termina como termina”, agregó.
El caso de Milagros
Después de haber compartido su relato sobre la violación en grupo de la que fue víctima a los 15 años, el 4 de enero de 2023 Milagros dio su testimonio al Canal 2 de San Carlos. En diálogo con el periodista Kevin Rodríguez, la trabajadora social explicó cómo se animó a denunciar la situación por la que sufrió depresión y estrés postraumático y por qué elegía mediatizar su historia en aquel momento.
Milagros se animó a hacer la denuncia pública sobre su violación 12 años después, tras sentirse “apoyada” por una testigo clave cercana a los cinco varones que denunció. En el momento del supuesto delito eran menores de edad, excepto uno.
“Nunca me había animado a afrontar [la situación]. No había tenido la fuerza que se necesita para poder hacer la denuncia. En ese momento, las herramientas no eran las mismas con las que contamos hoy en día”, había dicho la mujer al noticiero de San Carlos.
En 2022, Milagros denunció penalmente la situación ante la fiscalía de la mujer, en Montevideo, donde vivía. Pero sintió “una gran decepción”: le dieron pocas esperanzas, aunque sostuvo que tenía pruebas, testigos e incluso cómplices. De todos modos, el expediente fue derivado a Maldonado, donde se produjo el hecho.
Sin embargo, el caso se cerró ese mismo año porque el delito había prescripto, ya que la situación había ocurrido bajo la legislación del viejo Código Penal. Fuentes de la causa dijeron a Montevideo Portal que la Justicia “no hizo nada” y aseguran que no se investigó el caso.
De todos modos, Milagros insistió en ir por la vía judicial. “Yo voy por ese camino porque me parece que lo que a mí me sucedió no prescribió”, había dicho.
La víctima llegó a la Justicia después de que una persona “cercana” a los agresores a los que denunció la apoyara. “A partir de eso pensé que estaba sintiendo el apoyo que no sentí hace 12 años”, dijo Milagros, y recordó que “mucha gente lo supo en su momento y, en parte, fue cómplice”.
Con el apoyo de la persona cercana a los denunciados, volvieron también sus “traumas de los 15 años”. Milagros sufrió depresión y estrés postraumático: los trató con terapia, un “proceso de sanación” que le dio la “fuerza” para verbalizar la situación, y también para “evitar que esto siga sucediendo”.
En concreto, el relato de la víctima en 2022 señalaba que hacía 12 años había sido invitada por un amigo y compañero de inglés a la casa de otro joven, en el edificio Parquemar R de Punta del Este. Cuando llegó a la reunión junto con una amiga, había cuatro varones. Todos, menos uno, asistían al mismo liceo en Maldonado.
Una vez en el lugar, a Milagros le ofrecieron alcohol, algo que la “shockeó”. Tomó un “trago de una bebida fuerte”, pero no recordaba “haber tomado tanta cantidad como para quedar en el estado” en el que quedó. Fue al baño, mareada, y uno de los jóvenes entró.
“Lo siguiente que recuerdo son flashes, recuerdos de imágenes, de estar desnuda tirada en un baño, de que manipularan mi cuerpo como querían, de que me trataran como si fuese un muñeco. Hicieron conmigo lo que quisieron, y a eso no le pongo duda”, dijo la joven.
La situación quedó registrada con fotos y videos que los agresores denunciados por Milagros después difundieron sin su consentimiento. “Esa noche no solo fui violada: fui ultrajada, me arrebataron mi inocencia, me cosificaron y me expusieron como si fuese un trofeo”, expresó.
Asimismo, la joven aseguró que “la maldad trascendió mucho más allá de lo que fue la violación en sí”. “Algo que es realmente triste y desgarrador para una, lo tomaron como un chiste y se rieron muchos años después de eso, lo difundieron a una cantidad de gente que sé que si lo está viendo se va a acordar de mi caso porque sé que llegó a muchas personas, tanto los videos y las fotos como del ‘chisme’”, relató a un canal de televisión local.
Milagros no habló antes del tema porque no sintió la “confianza” de contárselo a nadie. Sin embargo, “sufrió mucho”, en silencio. En 2023, después de viralizar su relato, la víctima contó que había tenido intentos de autoeliminación.
“Yo sufrí mucho, pero sé que por ahí no es el camino. Sé que hay otras formas, que se puede contar con el apoyo y se puede denunciar de otras formas. La salida no es el suicidio”, había dicho Milagros.
Ella, que se recibió como trabajadora social, sostuvo que entendía “la depresión por la que pasa una víctima de violencia doméstica” y sabía “que muchas víctimas después terminan en suicidio porque no sienten el apoyo que deberían de sentir en el momento en el que sucede”.
La vuelta a la Justicia
Según consignó La Diaria, hace tres meses Milagros había vuelto a consultar a conocidos, amigos y organizaciones feministas sobre asesoramiento legal. Personas cercanas a la víctima señalaron al medio que a principios de agosto la joven había dicho que “quería reabrir el caso, que había hecho muchos años de terapia, pero que necesitaba algún tipo de justicia para estar en paz”. Y pidió ayuda a una amiga que conoció en una maestría del Centro Universitario Regional Este y la ayudó a buscar contactos para seguir con la causa.
En esa búsqueda, la víctima y sus amigas encontraron un abogado de Maldonado que recibió los documentos judiciales del caso, pero no lo tomó porque no se volvieron a comunicar con él.
Feminismo Uruguay indicó en sus redes sociales que uno de los denunciados negó los hechos y cuestionó el relato de la víctima después de haberse quitado la vida. Desde que la causa se mediatizó, ninguno hizo declaraciones públicas, aunque desde el entorno sostienen que el relato de la víctima no coincide con su versión.
La historia de Milagros volvió a hacerse viral en redes sociales por colectivos feministas que reclaman justicia.
El Ministerio de Salud Pública tiene líneas de ayuda para prevenir intentos de suicidio:
• Línea telefónica de Prevención del Suicidio — 0800 0767 o *0767
En caso de querer denunciar una situación de abuso sexual, los teléfonos habilitados las 24 horas durante todo el año son:
Línea Azul (desde teléfonos): 0800 5050
Línea Azul (desde celulares): *5050