Si bien los asaltos a comercios son moneda corriente en buena parte del mundo, algunos se distinguen por la sorprendente conducta de los involucrados o por su inesperado desenlace.
Ambas circunstancias se dieron el pasado lunes en la ciudad de San Francisco de Campeche, en el sur de México. Allí, un delincuente intentó robar una pastelería y terminó atrapado gracias al ingenio y presencia de ánimo de la encargada del lugar.
Tal como se aprecia en las imágenes, el delincuente ingresa al comercio y rápidamente se dirige hacia atrás del mostrador en procura de dinero. Mientras hace esto, exige a la trabajadora la entrega de dinero.
La mujer conserva la calma, responde a las preguntas del malhechor y lentamente se aproxima a la puerta del local. Luego, y para pasmo del sujeto y en menos tiempo del que lleva relatarlo, la trabajadora sale del comercio y baja de un tirón la cortina metálica.
Atrapado, el asaltante entra en pánico y suplica. “Ayúdame, mamita”, son sus palabras. Luego, el sujeto comienza a apartar muebles en la desesperada búsqueda de una vía de escape.
Según consigna el periódico local Milenio, la trabajadora se refugió en un comercio vecino y desde allí llamó a la policía. El delincuente, que poseía antecedentes, se entregó sin oponer resistencia.
El registro fílmico del incidente se viralizó rápidamente dentro y fuera de México, y sirvió como involuntaria y gratuita publicidad para la pastelería. De acuerdo con el citado medio, de inmediato comenzaron a recibir encargos de tortas con la leyenda “Ayúdame, mamita”.