El fiscal Rodrigo Morosoli, a cargo del caso del argentino retenido y agredido en una panadería del barrio Sayago, imputó a tres hombres por este hecho, según informó la Fiscalía en su página web. Uno de ellos, de 27 años, fue imputado por un delito de privación de libertad, especialmente agravado, en concurso formal con un delito de lesiones graves, agravado en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de justicia por mano propia, todas en calidad de autor.

Otro, fue imputado por un delito de privación de libertad especialmente agravado en concurso formal con un delito de lesiones graves especialmente agravado, ambos en calidad de autor, en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de justicia por la propia mano, también en calidad de autor.

El restante, fue imputado por un delito de lesiones graves, en calidad de autor, en concurrencia fuera de la reiteración con un delito de justicia por la propia mano, en calidad de coautor.

Pedido de formalización

La Fiscalía hizo público el pedido de formalización del fiscal Rodrigo Morosoli en la que se brindan más datos sobre el caso. Allí se informa que el actor argentino de 22 años conoció, a mediados de 2021, al imputado de 27 años en Buenos Aires mientras filmaba una serie para Amazon aún no estrenada.

El imputado era conocido, a su vez, de un cantante uruguayo que participó en una serie junto a la víctima. A mediados de enero de este año, surgió la posibilidad de que el joven actor viniera a trabajar a Montevideo, a una de las empresas del imputado, por la “mala situación económica que atraviesa Argentina”, una acción a la que la víctima terminó accediendo. Llegó a Uruguay el 6 de julio.

De esta manera pasó a trabajar en una panadería en Sayago y, esporádicamente, en un boliche ubicado en Cordón, también propiedad del imputado. “Además, pasó a residir junto al imputado, en un apartamento en la planta alta de la panadería en Sayago”, señala la versión de Fiscalía.

Sin embargo, todo cambió el jueves 14 de julio de 2022. El fiscal Morosoli señala que, próximo a la hora 19, el imputado dijo que le faltaba una caja en la que había cinco pistolas, balas y dinero, entre otras pertenencias. Le preguntó a la víctima si sabía algo al respecto, pero este negó haberla tomado, y la buscaron.

Luego, la víctima se fue al boliche en la zona de Cordón para asistir en las tareas en dicho lugar. Salió con una amiga a otro local, regresando al apartamento de Sayago en la madrugada. Unas horas después, próximo a las 7 de la mañana, lo despertaron y lo invitaron a pasar a una habitación donde había otro de los imputados y una persona más.

Entre los tres, lo interrogaron sobre la caja, lo golpearon con los puños y con la mano abierta “indistintamente”, además de amenazarlo de muerte y exigirle que dijera quién era el amigo que lo había visitado y dónde vivía.

“El imputado le dijo que si lo ayudaba a recuperar la caja lo dejaba ir a Argentina y, en caso contrario, lo enterraría vivo. Agobiado por los golpes y amenazas, el imputado dio finalmente la dirección y de su amigo. Mientras los agresores intentaban llamar a esta persona por teléfono, la víctima pretendió huir escaleras abajo, pero fue detenido y regresado al apartamento”, señala el pedido de formalización.

“Allí le ataron las manos con un cable y siguieron golpeándolo. Además, enchufaron una plancha doméstica de ropa y cuando estuvo caliente, la aplicaron en las piernas de la víctima, generando quemaduras de 2.º y 3.º grado. No contentos con ello, le cortaron el pelo, sacándose fotos y videos tipo selfie diciendo ‘a los rastrillos los tenemos así’. Luego tomaron unas varas de hierro y le golpearon las manos con ellas. Nuevamente, para salir de la situación, la víctima ofreció llevarlos a la casa de su amigo para recuperar la caja con su contenido, a sabiendas que este no la tenía, pero desesperado por escapar”, agrega.

Luego, el imputado lo llevó en su vehículo, entró a la casa, pidió auxilio a los familiares de su amigo, quienes le desataron las manos, le dieron un pantalón y le permitieron escapar por la parte de atrás. La víctima, aturdido, optó por caminar hasta Buceo rumbo a la casa de una amiga que vivía allí, no obstante, los agresores se anticiparon y fueron hasta el lugar donde iba a ir, teniendo en cuenta que tenían su celular y conocían a los poco contactos que tenía.

La víctima se escondió dentro del edificio, pero el imputado y otra persona lo interceptaron y le volvieron a propinar una serie de golpes que lo dejaron inconsciente. “Esta situación fue advertida y filmada por varios vecinos, quienes llamaron a la policía y lograron que los atacantes se retiraran, no sin antes amenazarlos que se meterían en problemas si llamaban a la policía. Finalmente, fue asistido por la Policía y minutos más tarde B. fue aprehendido frente a su vivienda, con el auto utilizado y con rastros de sangre en sus manos”, concluye el texto de la Fiscalía.