La producción mundial de plásticos se duplicó entre los años 2000 y 2019 alcanzando los 460 millones de toneladas. En la última década se produjo más plástico que en toda la historia de la humanidad, según datos de Greenpeace.
Los residuos de este material representan el 3,4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, de acuerdo a datos publicados en el primer Global Plastics Outlook de la OCDE publicado en febrero de 2022.
Solo el 9% se recicla con éxito a nivel mundial; la mayoría termina en vertederos, pese a que es un material 100% reciclable e implica un plazo de degradación muy elevado. Por ejemplo, 150 años es el tiempo que tarda una bolsa de plástico en desaparecer y una botella PET puede llegar a los 1.000 años.
En marzo de 2022 la Asamblea de Naciones Unidas para el Medio Ambiente resolvió elaborar una normativa internacional para iniciar un proceso que finalice la contaminación por plásticos.
Situación en Uruguay
La Alianza para la Acción hacia una Economía Verde (PAGE, por sus siglas en inglés) es una de las iniciativas del Sistema de Naciones Unidas que apoya a los países en su transición hacia la economía verde, es decir, social, económica y ambientalmente sostenible.
Uruguay es uno de los 22 integrantes desde 2017 y lidera la lista. La reducción del uso de plástico de un solo uso es una preocupación activa. La meta es adaptar un modelo de economía circular para que los envases se recuperen y reciclen.
El gobierno fijó objetivos mínimos. Para este 2023 se espera darle una segunda vida al 30% de los envases y, para 2025, al 50%.
En 2019 se creó la Ley de Gestión Integral de Residuos. A partir del 31 de enero de 2022 se prohibió la fabricación, importación, distribución, comercialización, venta y entrega de sorbetes plásticos de un solo uso.
Otras de las acciones que se están implementando se engloban dentro del Plan Vale, una apuesta a la recuperación de envases a nivel nacional de más de 50.000 toneladas de vidrio, plástico, metales, cartones, entre otros. Hoy en Uruguay se recicla solo el 4% de los envases colocados en el mercado.
También, en cuanto a normativa, existe el decreto de “Promoción para la reducción de la generación de residuos plásticos” del 28 de abril de 2021. Se establece que nuestro país forma parte de la Iniciativa Mares Limpios, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), dirigida a promover políticas para reducir los residuos plásticos y hacer un llamamiento a los consumidores para modificar hábitos que generan efectos irreversibles en los ecosistemas acuáticos.
Recientemente el gobierno definió la creación de un sello o distintivo ambiental con la finalidad de identificar a entidades y empresas que están llevando a cabo acciones positivas. Algunas de las características que se deben cumplir comprenden la sustitución total o parcial de vajilla descartable, de envases y embalajes plásticos que se distribuyen y comercializan, y la creación de campañas dirigidas a concientizar sobre el consumo sostenible.
Además de las estrategias fijadas a nivel estatal, las empresas vienen dando pasos en esta línea, asumiendo el compromiso de generar un triple impacto.
Nevex: una de las marcas con propósito de Unilever
Unilever agrupa más de 400 marcas presentes en 190 países. En Uruguay algunas de las más conocidas son Nevex, Dove, Skip, Hellmans y Knorr.
En 2013 la filial en Argentina fue la primera en el mundo donde sus fábricas, oficinas y centros de distribución dejaron de enviar residuos a rellenos sanitarios. Un dato bastante gráfico es que el plástico virgen que Unilever dejó de utilizar en sus envases equivale al peso de 20 obeliscos.
Desde la compañía se plantean garantizar que todos los envases sean reutilizables, reciclables o compostables para 2025. “Hoy el 60% de lo que se vende en Uruguay tiene el 100% del material reciclado”, afirma a Montevideo Portal María Bulla, gerenta de responsabilidad corporativa e impacto social de Unilever.
“El objetivo es generar acciones locales y que cada país se haga cargo de cuáles son los ejes en los que quiere aportar y construir iniciativas fuertes. Los temas de sustentabilidad a veces quedan en intenciones, pero en el caso de Uruguay hay mucho camino recorrido con las marcas que tienen propósito”, explica.
Uno de los ejemplos más representativos es el jabón Nevex, que hace 23 años realiza intervenciones con las escuelas públicas. Llevan unas 120 mil túnicas entregadas, formaciones en educación ambiental y talleres en las escuelas de verano. “La consistencia, la coherencia y el sostener en el tiempo es un diferencial con el resto de la región”, asegura Bulla.
Específicamente con el uso del plástico se destaca la propuesta de Nevex líquido para diluir, un jabón para ropa con tecnología que, al diluirlo, tiene la misma consistencia que el regular, pero es 20% más económico y utiliza 75% menos de plástico que la botella de tres litros. Viene en un paquete reciclado y es 100% reciclable.
En el caso de los suavizantes, el Comfort Concentrado se presenta en una botella que está hecha con 50% de plástico reciclado y también es 100% reciclable. El envase de un litro equivale a cuatro del regular, lo que implica menor uso de agua, ahorro en transporte, entre otras medidas.
“Hicimos un estudio y en Uruguay el 80% de las personas están dispuestas a elegir productos que son amigables con el medio ambiente. Esta es una faceta en la que se destaca al país en comparación con otros que se centran en preocupaciones distintas”, agrega Bulla a Montevideo Portal.
Que el plástico vuelva a la industria no es un proceso sencillo e implica la contribución de todas las partes para que pueda girar la rueda. Por ejemplo, que la población separe los productos en sus casas es una parte activa del engranaje. Con el caso de Nevex para diluir, desde Unilever explican que los consumidores aceptaron el reto de preparar su propia mezcla para ganar en costos y ser más respetuosos con el ambiente.
Actualmente Unilever preside la asociación civil Compromiso Empresarial para el Reciclaje (Cempre), especializada en el manejo de residuos. Algunas de las iniciativas que tienen en los departamentos de Canelones, Flores, Maldonado, Montevideo, Rivera y Rocha están vinculadas al Plan de Gestión de Residuos de Envases con recolección puerta a puerta, en sitios de entrega voluntario o contenedores diferenciados.
Actualmente existen en distintos barrios ecopuntos y contenedores diferenciados. También hay campañas para que se clasifique en los hogares y guías para saber hacerlo, como el “Manual de residuos sólidos domiciliarios” de la Intendencia de Montevideo.
Además, debido al reciente incremento del consumo de agua embotellada por la situación de crisis hídrica, la comuna capitalina dispuso de puntos en ferias y plazas para depositar y reciclar cartones, latas y plásticos (lavados y secos). Se pueden consultar en la web.
Coca-Cola FEMSA: retornar el envase para volver a utilizarlo
Coca-Cola tiene una fuerte apuesta al reciclaje a partir de la retornabilidad. La compañía se planteó como objetivos para 2030, a nivel global, recolectar y reciclar el equivalente al 100% de los envases que saca al mercado, que el 100% sean reciclables y fabricarlos con al menos un 50% de materiales reciclados.
“La retornabilidad es uno de los pilares de nuestro compromiso por Un Mundo sin Residuos en América Latina. Un envase de PET se puede reutilizar un promedio de 12 veces y es por eso que en Uruguay hemos desarrollado estrategias como el proyecto “Botella Única”, explica a Montevideo Portal Juan Sebastián Jiménez, director de Asuntos Públicos, Comunicación y Sustentabilidad para Argentina y Uruguay.
“Esta iniciativa requirió una inversión de US$ 12,7 millones para renovar de manera integral las dos líneas de producción de envases retornables e incorporar un único diseño, tanto para las botellas de vidrio como para las de plástico retornable. Al ser universal permite que estos envases se rellenen con la misma u otra bebida y sean remarcados con una nueva etiqueta. De este modo se reduce significativamente el lavado, el llenado y la logística inversa, al tiempo que disminuyen las emisiones de carbono. Estas botellas al final de su ciclo de vida útil son recicladas junto con sus etiquetas de papel también 100% reciclables”, añade.
También acaban de finalizar el plan piloto “Mi Ciudad Sin Residuos”, una inactiva desarrollada junto a la Red de Empresas por el Desarrollo Sostenible (Deres) en cooperación con las intendencias de Soriano y Río Negro. El proyecto potenció las iniciativas locales que promueven la economía circular, fortaleciendo la recuperación de materiales reciclables y la operativa de las plantas clasificadoras en estos dos departamentos.
Junto a otras empresas impulsaron la app ¿Dónde reciclo?, una plataforma interactiva y gratuita desarrollada por Compromiso Empresarial para el Reciclaje (Cempre) y la organización DATA Uruguay que brinda a los usuarios la geolocalización de los puntos de recepción de materiales reciclables para su posterior transformación.
El recurso hídrico es otro de los aspectos que Coca-Cola estableció como eje central.
“Desarrollamos una política marco del manejo del agua basada en cuatro pilares: reducir el consumo en las plantas, reciclar la que utilizamos en los procesos productivos, reabastecer el agua que contienen las bebidas y proteger las cuencas. Junto a nuestro socio embotellador, Coca-Cola FEMSA Uruguay, hemos logrado reducir en un 30% el consumo de agua gracias a proyectos de recuperación y reciclaje de agua, monitoreo de la gestión y uso del recurso”, comenta a Montevideo Portal Juan Sebastián Jiménez.
En esta línea también desde 2017 Coca-Cola Uruguay lleva adelante un programa de conservación del bosque nativo y los recursos hídricos en el Valle del Lunarejo, ubicado en el departamento de Rivera.
“Desde su implementación se logró recuperar 3.000 hectáreas de bosque nativo en una zona que posee una flora y fauna únicas para el país y restituir en un 602% la cantidad de litros de agua que se pierden por múltiples factores. La iniciativa mejoró significativamente la infiltración del agua en el suelo hasta cinco veces, de acuerdo a las mediciones avaladas por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) y la Universidad de la República”, afirma Jiménez.
No hubo necesidad de construir ni realizar grandes intervenciones, sino que se trató de aprovechar los recursos naturales existentes y hacer un ordenamiento de los mismos de la mano de productores locales. Por ejemplo, se cercaron predios, fabricaron puentes, instalaron bebederos para el ganado lejos de las nacientes de agua y arroyos, entre otras acciones.
Pintura hecha con bandejas de espuma: la innovación de Darnel
La empresa Darnel se especializa en la producción de empaquetado a partir de material reciclado. En una de sus plantas en Uruguay elaboran bandejas de poliestireno expandido, más conocido como espuma. Se trata de la primera empresa en contar con el tercer nivel en economía circular.
“Apostamos a que las líneas de productos sean monomateriales porque esto facilita que se puedan reciclar. Por ejemplo, son solamente de plástico o también de fibras naturales como cartón o pulpa”, explica a Montevideo Portal Anahí Lorenzo, responsable de marketing y sostenibilidad de Darnel.
Hoy lideran un programa de recuperación de la espuma que, junto a la empresa Teko, le permite darles vida a nuevos productos. Hasta ahora la producción de espuma quedaba un 12% en el país y el resto se exportaba a Malasia en donde la utilizaban para construir zócalos y marcos de foto.
“Hemos analizado el ciclo de vida de diferentes materiales y sus características y el resultado para la reciclabilidad y para nuestro país sigue siendo el plástico. Es mucho más efectivo y eficiente porque se utiliza menos agua, se emplea menos maquinaria, se ahorra en energía, en transporte. Todo esto se vuelca en el costo”, asegura Anahí Lorenzo.
Desde la Asociación Uruguaya de Industrias del Plástico (AUIP) señalan en este sentido que, al ser un material tan ligero, la utilización de cualquier otro más pesado para el mismo propósito sería más contaminante. Por ejemplo, se necesita 24 veces más vidrio que plástico para hacer un recipiente con la misma capacidad, y un envase de papel tiene una huella de carbono cuatro veces superior que el de plástico.
Como la espuma es 90% aire y el otro 10% es materia prima, todo su proceso de producción requiere menos recursos. “La espuma desde 2017 forma parte del plan de gestión de envases. Muchas veces la gente no asocia que se trata de un plástico. Buscando alternativas nacionales y cierres de ciclo acá, empezamos a ver cómo hacer alianzas y ahí fue que surgió la posibilidad de elaborar pintura acrílica junto a Teko”, dice Lorenzo a Montevideo Portal.
El proyecto nació en 2019 y comenzó su exploración en el reciclaje cuando la empresa Teko ganó un fondo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) para la validación técnica del proceso de reciclaje de las colillas de cigarrillos, con las que logró recuperar el acetato de celulosa del filtro, un plástico orgánico de buena calidad y muy utilizado en la industria, por ejemplo, para producir armazones de lentes y mamparas de baños.
Durante el proceso descubrieron que la espuma, al ser un plástico soluble, permite que las bandejas de espuma pueden llegar a estado líquido luego de utilizar solventes, y de esa forma termina siendo la resina base para las pinturas acrílicas. Se puede elaborar un litro de pintura con unas 15 bandejas.
“Es darle un cierre real. Apelamos a la concientización del ciudadan; que la gente sepa que es un material que se puede reciclar, ya sea un vaso, una bandeja o un estuche. Que hay que separarlo para que pueda volver y sea un proceso de economía circular con ciclo cumplido”, explica a Montevideo Portal la responsable de marketing y sostenibilidad de Darnel.
“Con la pintura generamos un triple impacto: el aspecto ambiental, el social y económico por generar más empleo y oportunidades a quienes clasifican”, añade.
El reciclaje es el primer paso
El plástico es un material que otorga muchas posibilidades en la vida cotidiana. Por ejemplo, mantiene las propiedades físicas y nutritivas de los alimentos. También es fundamental en áreas vinculadas a la medicina y tecnología, tal como señalan desde la AUIP: para producir airbags, jeringas descartables, insumos para cirugías, cinturones de seguridad, kits de emergencia, entre otros.
En definitiva, buscar alternativas como utilizar menos cantidad, transformarlo y darle una segunda vida son las medidas que se están tomando, y se apela a que la cantidad de plástico reciclado pueda incrementarse.
“La idea es que se vea como un tema de responsabilidad. Que todos los productos que pueden volver adquieren otro valor y generan oportunidades”, expresa Lorenzo, de Darnel.
Las personas consultadas coinciden en que la clave es que se tome conciencia de la importancia de separar los envases y devolverlos a los puntos específicos para que puedan ser reciclados. Creen que es un camino que ya se está transitando.
“Los uruguayos demuestran un alto compromiso con la preservación del ambiente y reciben abiertamente aquellas acciones que se encaminan hacia este objetivo. Por ejemplo, gracias al apoyo de la comunidad, hemos logrado que los envases retornables representen casi el 20% del volumen de nuestras ventas”, afirma Jiménez, de Coca-Cola.
“Se trata de llevar a cabo un consumo consciente. Algunos estudios muestran que la generación Z tiene esta variable súper incorporada y no le van a comprar a empresas que no tengan un compromiso con el medio ambiente y la sociedad. Esto genera nuevas perspectivas actuales y de cara al futuro”, destaca por su parte María Bulla, gerenta de responsabilidad corporativa e impacto social de Unilever.