"Haber logrado aumentar las ventas en 36% en 2020, cuando todos los grandes fabricantes vieron caer sus cifras (debido a la pandemia), es impresionante", comenta Karl Brauer, del sitio especializado Iseecars.
El efecto en los mercados ha sido colosal: las acciones de Tesla se apreciaron un 743% en 12 meses, por lo que el grupo ahora vale alrededor de 700.000 millones de dólares en Wall Street, unos 70.000 millones menos que Facebook.
Tesla ingresó al prestigioso índice S&P 500 en diciembre, después de haber conseguido ganar dinero durante cinco trimestres consecutivos.
Pero la confianza de los mercados en el grupo no se corresponde con sus ventas, de solo 499.550 coches en 2020, lejos de los gigantes del sector como Volkswagen, que vendió, por ejemplo, cerca de 11 millones en 2019.
Las señales positivas se acumulan, sin embargo, para el grupo liderado por Elon Musk.
Aunque el fabricante a veces ha tenido problemas para fabricar automóviles a gran escala, ha aprendido de sus errores, dicen varios especialistas.
Después de instalar rápidamente una fábrica en China, Tesla se prepara a la construcción de nuevas plantas cerca de Berlín y Texas.
Al mismo tiempo, bajo la guía de su carismático jefe, Tesla continúa operando "casi como una start up", subraya Garrett Nelson, analista de la firma CFRA: la empresa no tiene que gestionar un sindicato o múltiples sitios de producción, y la escala de decisiones es simple, lo que evita engorros y le permite ganar tiempo.
"Dado el éxito de la empresa, no hay ninguna razón por la que Elon Musk no pueda seguir dirigiendo su negocio como mejor le parezca y hacer frente a las fuerzas externas", señala Brauer.
Después de una amarga batalla con las autoridades de California, que lo obligaron a cerrar la planta de Tesla en la primavera boreal, Musk logró en noviembre que sus empleados fueran considerados trabajadores esenciales.
La marca está además bien posicionada en varios segmentos claves del sector automotor.
Con una pick-up y un semirremolque en desarrollo, el grupo aspira a entrar en el mercado de los vehículos eléctricos de transporte.
Gracias a su nueva fábrica en Shanghái, Tesla está bien asentada en China, país que podría representar el 49% del mercado de coches eléctricos en 2030, según la firma Deloitte.
- Promesas -
El fabricante también avanza en la conducción autónoma: su nuevo sistema presentado en el otoño boreal "todavía tiene algunas fallas, como la de presentar problemas para reconocer las áreas de obras de construcción, pero se va acercando al objetivo", estimó Nelson.
Musk sigue haciendo promesas: Tesla se ha comprometido a ofrecer un vehículo eléctrico a 25.000 dólares en tres años y a producir 20 millones de vehículos por año para 2030.
En Estados Unidos hay que pagar actualmente al menos 37.990 dólares por el modelo más barato de Tesla. Según la Agencia Internacional de Energía, los coches eléctricos solo representaron un 2,6% de las ventas globales y el 1% del parque en 2019.
El potencial está ahí, considera Deloitte, que pronostica que las ventas de vehículos eléctricos pasarán de 2,5 millones de unidades en 2020 a 11,2 millones en 2025 y 31,1 millones en 2030, lo que representaría un más respetable 32% del mercado.
Sin embargo, Tesla tendrá que enfrentarse en breve a una competencia real, con el aumento de compañías emergentes como las estadounidenses Lucid y Rivian, y fabricantes tradicionales que en los últimos tiempos han acelerado sus inversiones en el segmento de vehículos eléctricos.
El futuro del grupo también está fuertemente ligado al excéntrico magnate Musk, quien tiene todo el interés de mantener su éxito pues todavía posee casi el 18% de participación, pero también se ha enfocado en sus otras compañías, en particular en la de cohetes, SpaceX.
Su desempeño en 2020, estiman no obstante los expertos de JPMorgan, está lejos de justificar su ascenso meteórico en la Bolsa. Estos analistas anticipan que las acciones de Tesla valdrán 105 dólares a fines de 2021, contra los 705 dólares que alcanzaron a fines de 2020.
Con información de AFP