El cambio climático es el mayor desafío de nuestro tiempo, según Naciones Unidas. A este reto medioambiental se suman otros estrechamente ligados, como el de mitigar la contaminación, acabar con la basura en los océanos, fomentar la transición energética o implantar un modelo alimentario sostenible. Las finanzas verdes digitales, que incluyen un amplio abanico de tecnologías como el ‘big data’, la inteligencia artificial, el ‘blockchain’ y el Internet de las cosas (IoT), ofrecen soluciones innovadoras para ampliar las finanzas sostenibles, y la perspectiva de un sistema financiero más eficiente, accesible y menos vulnerable.

Por tanto, pueden resultar útiles para superar estos desafíos ya que pueden aplicar modelos tecnológicos e innovadores para fomentar inversiones sostenibles, así como reconocer y recompensar sus resultados. En ese sentido, Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable de BBVA, reconocía la importancia de conectar digitalización y sostenibilidad “para desplegar todo el potencial del sector bancario y del sistema financiero a la hora de contribuir a los ODS y al Acuerdo de París”.

“Ante un mundo cada vez más preocupado por cuidar y preservar el medioambiente, también son cada vez más las empresas que invierten en proyectos que intentan reducir el impacto medioambiental o fomentar políticas sostenibles”, comenta Óscar Fuente, director y fundador de la escuela de negocios IEBS. Según asegura, también han aumentado “los inversores que incluyen estas variables en sus algoritmos de inversión”.

Pero, ¿qué son exactamente las finanzas digitales verdes? Marianne Haahr, directora general de la Alianza por las Finanzas Digitales Verdes (Green Digital Finance Alliance, GDFA por sus siglas en inglés), explica que se trata del “despliegue de tecnologías emergentes o capacidades digitales para crear nuevos servicios, productos, estrategias y modelos comerciales que trabajen hacia las ofertas enfocadas en finanzas verdes que demanda el usuario actual”.

Se trata, según Fuente, de un término que se utiliza cada vez más en muchos países y que hace referencia a una serie de políticas y acuerdos institucionales para atraer inversiones de capital privado a industrias verdes: “Esto engloba desde la protección del medioambiente hasta la conservación de energía limpia a través de servicios financieros”. Las finanzas verdes pueden adoptar diversos formatos, “como el de los bonos verdes, préstamos verdes, seguros verdes y otros derivados financieros”.

¿Por qué es importante invertir en este tipo de finanzas? Haahr explica que las finanzas digitales verdes tienen el potencial de escalar el cumplimiento del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático y los objetivos de desarrollo sostenible al abordar las barreras existentes. El Acuerdo de París es el mayor pacto vinculante frente a la crisis climática y establece un plan de acción mundial para limitar el calentamiento global. Entre las ventajas de este tipo de finanzas, Haahr subraya que “ayudan a abordar la asimetría de información entre los inversores y la economía real al ofrecer datos en tiempo real a nivel de activos”. También menciona que permiten monitorizar cambios: “Por ejemplo, rastrear las emisiones de un activo automáticamente”.

“En resumen, la tecnología verde es una vía para acelerar la reasignación de capital hacia activos eficientes en carbono, así como para desbloquear nuevas fuentes de financiación climática y socialmente justa”, asegura. Fuente considera que la demanda de soluciones ecológicas o sostenibles “seguirá aumentando los próximos años de la mano de productos como alimentos orgánicos, ropa ecológica o energías limpias, por lo que es un buen momento para invertir en el sector”.

Una alianza por las finanzas digitales verdes

BBVA ha sido el primer banco español en sumarse a ‘Every Action Counts’, una coalición promovida por la Alianza por las Finanzas Digitales Verdes. Esta coalición nace con el objetivo de involucrar, mediante iniciativas tecnológicas y digitales, a al menos 1.000 millones de ciudadanos en todo el mundo para impulsar la acción y la conciencia ecológica en 2025.

Entre las iniciativas que aporta BBVA a ‘Every action counts’ se encuentra One View y su calculadora de huella de carbono. BBVA es el primer banco del mundo que usa la analítica de datos para calcular la huella de carbono de las empresas a través del mencionado agregador financiero One View. Gracias a él, las empresas pueden conocer la cantidad de gases de efecto invernadero que emiten a la atmósfera con su actividad diaria. Antoni Ballabriga, director global de Negocio Responsable en BBVA, sostiene que “estamos en un momento muy ilusionante, que nos ofrece la oportunidad de desarrollar soluciones digitales que ayuden a los ciudadanos a generar mayor conciencia sostenible y ayudarles en el camino de la transición hacia un mundo con emisiones neutras en carbono”.

Porque la digitalización, además de mejorar la calidad de vida de personas de todo el planeta, también facilita un mayor desarrollo sostenible, tal y como afirma Fuente: “Herramientas como el ‘big data’ y la inteligencia artificial, así como el uso de tecnologías ‘blockchain’, juegan un papel fundamental para acelerar las finanzas sostenibles”. El impacto de las nuevas tecnologías en el medioambiente puede ser gigantesco: “La inteligencia artificial podría automatizar las tareas de reciclaje mediante la clasificación de materiales, la impresión 3D podría contribuir en el ahorro de material y los drones pueden ser programados para reforestar zonas poco accesibles”.

Para Haahr, todas las tecnologías tienen el potencial de acelerar las finanzas sostenibles. Por ejemplo, destaca que el internet de las cosas (IoT) y la tecnología satelital ofrecen datos en tiempo real de los activos. “La mayoría de las tecnologías se implementan en conversión en soluciones de finanzas verdes, por lo que una tecnología no es en sí misma un cambio de juego, sino que es en la combinación de soluciones tecnológicas donde está todo el potencial”, concluye.