Nokia explicó en un comunicado que la reestructuración de sus negocios tendrá un costo de entre 600 y 700 millones de euros, a distribuir durante los ejercicios 2021, 2022 y 2023, y supondrá el cese de entre 5.000 y 10.000 trabajadores, dependiendo "de la evolución del mercado en los próximos dos años".

El objetivo de Nokia es ahorrar cerca de 600 millones de euros anuales al final del ejercicio 2023 para financiar el aumento del gasto en investigación y desarrollo (I+D), especialmente en tecnologías relacionadas con el 5G, la computación en la nube y la infraestructura digital.

Tras la llegada a Nokia de su nuevo consejero delegado, Pekka Lundmark, el pasado agosto, la compañía finlandesa anunció un nuevo modelo operativo diseñado para simplificar la estructura organizativa y mejorar la rentabilidad.

"Nokia tiene ahora cuatro divisiones independientes. Cada una de ellas ha identificado un camino claro hacia un crecimiento sostenible y rentable y están reajustando sus bases de costes para invertir en el futuro", afirmó Lundmark en el comunicado.

Según Lundmark, estas cuatro divisiones tienen como objetivo alcanzar el liderazgo tecnológico en sus respectivos negocios, para lo cual es necesario mejorar la calidad de los productos y mejorar la competitividad reduciendo los costes.

"En aquellas áreas en las que elijamos competir, jugaremos para ganar", dijo Lundmark.

El nuevo consejero delegado señaló que Nokia nunca toma "a la ligera" ninguna decisión que pueda tener un impacto en los empleados y aseguró que su prioridad será ofrecer apoyo a todos los trabajadores que pierdan su empleo.

"Asegurarnos de tener la configuración y las capacidades correctas es un paso necesario para ofrecer un rendimiento sostenible a largo plazo", agregó Lundmark.

El plan anunciado este martes se suma al anterior programa de reestructuración, todavía sin concluir, al que Nokia deberá dedicar unos 500 millones de euros adicionales.

Con información de EFE