Los representantes de unos 140 países pedirán a Washington y a sus socios del G20 esta semana que reafirmen su apoyo político a las reglas globales que buscan establecer impuestos a los gigantes digitales, según informa Radio Canadá Internacional.
La iniciativa se retoma luego de que el coronavirus y las inminentes elecciones en Estados Unidos estancaran el proceso, dijeron los funcionarios.
El tratar de establecer impuestos a los gigantes digitales es una de las mayores batallas en el escenario internacional.
Las intensas conversaciones sobre cómo gravar a las grandes empresas digitales transnacionales como Facebook o Google son parte de la mayor revisión de las normas fiscales internacionales en una generación, llevada a cabo bajo la dirección de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Se espera que los negociadores concluyan esta misma semana sus largos meses de conversaciones sobre la renovación de las normas fiscales transfronterizas , adaptándolas a la era del comercio digital, incluyendo el establecimiento de un impuesto mundial mínimo a estas sociedades.
Lograr un acuerdo sigue siendo algo difícil de alcanzar debido a que el apoyo de alto nivel necesario para finalizar un acuerdo este año se ha ido diluyendo después de que las restricciones de viaje establecidas a causa de la pandemia obligaron a las conversaciones a trasladarse de los encuentros personales a los encuentros virtuales mediante Zoom.
Por su parte, Estados Unidos, cuyo presidente es reacio a la idea de un impuesto global a gigantes como Google o Facebook, comenzó a ganar tiempo, eludiendo así a tener que comprometerse a un acuerdo a medida que se acercan las elecciones presidenciales del 3 de noviembre en ese país.
Pese a los obstáculos, es probable que los países aprueben los planes técnicos de la OCDE para el establecimiento de nuevas normas sobre cómo distribuir los derechos de imposición entre los gobiernos por las operaciones de las empresas transfronterizas, así como las normas para el establecimiento de una tasa impositiva mínima mundial.
Existe un amplio consenso para mantener el proceso en marcha. Los funcionarios quieren que los ministros de finanzas del G20 refuercen su compromiso para lograr un acuerdo global negociado en lugar de dejar que cada país siga su propio camino con el establecimiento de impuestos digitales nacionales, algo que podría traducirse en una pesada carga financiera para las empresas digitales.
"Nos inclinamos por una extensión del mandato desde finales de año hasta el 2021", dijo un funcionario que está al tanto del avance de las conversaciones, según consigna el citado medio. Otro funcionario agregó que los ministros de finanzas del G20 definirán los detalles de una decisión cuando se reúnan en línea la próxima semana.
"La OCDE ciertamente se mantendrá al tanto de esto. Estados Unidos apoya este proceso y ha advertido repetidamente contra cualquier acción unilateral fuera del marco de estas negociaciones", expresó.
Aunque en un principio el gobierno de Estados Unidos apoyó una reforma de las normas fiscales globales, Washington perdió interés en las conversaciones políticas necesarias para finalizar los puntos técnicos clave, indicaron los funcionarios.
El reemplazo de las conversaciones que se llevaban a cabo en la sede de la OCDE en París por horas y horas de videoconferencia también redujo las perspectivas de lograr rápidamente un acuerdo, ya que esas reuniones virtuales no dejan margen para las cruciales negociaciones que también se producen en las pausas entre las reuniones formales.
"Normalmente esas conversaciones se llevan a cabo en el vestíbulo, o se llevan a cabo durante la cena antes de la negociación, o en el desayuno o en la pausa para el café. Zoom es fantástico, pero no proporciona el café", dijo el mes pasado el jefe de impuestos de la OCDE, Pascal Saint-Amans.
Si no se logra un acuerdo multilateral, los gigantes digitales acabarán enfrentando una proliferación de nuevos impuestos nacionales sobre los servicios digitales, y una posible doble imposición, ya que los países buscarán ingresos adicionales para hacer frente al brote de coronavirus y sus consecuencias.
El pasado 23 de septiembre, el gobierno de Canadá declaró que "los gigantes de la web están apropiándose del dinero de los canadienses mientras imponen sus propias prioridades", refiriéndose a las prácticas de Facebook y Google de utilizar contenido ajeno, por el que no pagan regalías, para vender publicidad.
Francia fue uno de los primeros países en crear su propio impuesto digital el año pasado, convirtiéndose en el blanco de amenazas de represalias comerciales por parte de Washington, que considera que tales impuestos nacionales son "injustos y discriminatorios para las empresas estadounidenses".
París acusó a Washington de "crear obstáculos" para un acuerdo fiscal mundial al demandar una opción voluntaria de exclusión para las empresas estadounidenses.
El gobierno de Trump decidió imponer en julio impuestos adicionales a los cosméticos y bolsos franceses, pero los suspendió hasta enero.
Por su parte, Francia dejó en suspenso su impuesto hasta finales de 2020, advirtiendo que entraría en vigor si no se logra un acuerdo global este año.
La Comisión Europea se ha comprometido a reactivar en 2021 los planes para un impuesto digital en toda la UE para financiar un nuevo fondo europeo de recuperación.
En México en 2019, Alfonso Ramírez Cuéllar, presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados, propuso gravar los ingresos de las plataformas digitales internacionales.
Inspirado en la iniciativa de Francia, el legislador recomendó imponer un impuesto del tres por ciento a los ingresos que los gigantes tecnológicos como Google, Amazon y Facebook obtengan en territorio mexicano.