La quiebra definitiva de la aerolínea brasileña, una compañía independiente de la colombiana Avianca Holdings S.A. pese a contar con los mismos controladores, fue decretada a petición de la propia empresa por el juez primero de Quiebras y Recuperaciones Judiciales de Sao Paulo, Tiago Henriques Papaterra Limongi.
En la sentencia en que declaró la quiebra, el juez estableció un plazo de 60 días para que la empresa presente una lista de sus activos, que serán subastados para pagar parte de las millonarias deudas de la empresa, según un comunicado del Tribunal de Justicia de Sao Paulo.
Limongi agregó que la misma firma escogida por la Justicia para administrar la aerolínea durante el fracasado proceso de recuperación judicial, la oficina de abogados Álvarez & Marsal, se encargue de evaluar los bienes de la empresa antes de su venta.
El juez también le pidió al administrador judicial que se manifieste sobre la conveniencia de la propuesta presentada por la firma Pacific Bank para adquirir los activos de Avianca Brasil.
"Consta en los autos del proceso que, por la total paralización de las actividades de la empresa que intentaba recuperarse, la administradora judicial y la propia aerolínea admitieron la imposibilidad de cumplir con el plan de recuperación judicial que ya había sido aprobado por los acreedores y homologado por la Justicia, y solicitaron que el proceso de recuperación judicial fuera convertido en declaración de quiebra", alegó el juez.
Avianca Brasil solicitó que la empresa fuera declarada en quiebra el 6 de julio pasado.
Las deudas se quintuplicaron
En diciembre de 2018, cuando se acogió a la ley de bancarrotas en un intento de que la Justicia mediara una negociación con los acreedores que le permitiera seguir operando, las deudas de la aerolínea sumaban unos 500 millones de reales (unos 94,3 millones de dólares).
Pero esa valor habría saltado hasta 2.700 millones de reales (unos 509,4 millones de dólares) en la actualidad ante la decisión de la Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) de mayo de 2019 de impedirle operar por su crítica situación financiera y operativa.
La decisión dejó a la empresa en tierra y sin ingresos, y la obligó a devolver los 48 aviones que componían su frota, en su gran mayoría alquilados.
Hace un año y como parte de su proceso de recuperación judicial, la aerolínea subastó los llamados "slots", como se conocen los permisos de despegar y aterrizar en los aeropuertos, a los que tenía derecho en las terminales de mayor movimiento del país, como las de Sao Paulo y Río de Janeiro.
No obstante, la entonces cuarta mayor aerolínea de Brasil no pudo recibir los 147 millones de dólares que acordó por la venta de los mismos a sus competidoras Latam Brasil y a Gol, porque la subasta no obtuvo la aprobación definitiva por la ANAC y esos recursos, que serían destinados al pago de acreedores, nunca llegaron a la compañía.
Avianca Brasil es una empresa controlada por el brasileño de origen boliviano -y nacionalizado colombiano- Germán Efremovich, que en 2004 adquirió el control del grupo Avianca y sus subsidiarias como TACA y VIP.
En 2010 la aerolínea brasileña OceanAir, de propiedad de Efremovich, llegó a un acuerdo para usar el nombre Avianca Brasil sin que el control de la empresa pasase a formar parte del grupo colombiano.
En mayo pasado, Avianca Holdings anunció que pidió acogerse a la ley de bancarrota de Estados Unidos para iniciar un proceso de reorganización debido a "la velocidad y el dramático escalamiento del impacto de la crisis del COVID-19" y oficializó el cierre de operaciones de Avianca Perú.
Con información de EFE
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