"Es el momento de ser ambiciosos" y "no sólo nos recuperaremos, sino que avanzaremos, más fuertes, mejores y más unidos", afirmó el primer ministro en un discurso desde el centro de Inglaterra, una de las zonas que impulsaron su aplastante victoria en las elecciones de diciembre.
En aquella campaña electoral, el líder conservador ya se había comprometido a inyectar millones en los servicios públicos para reducir una desigualdad galopante.
Una pandemia de covid-19, que dejó más de 43.500 muertos en el Reino Unido, el país más golpeado de Europa, y tres meses de confinamiento después, este impulso es más necesario de que nunca.
Sobre todo, teniendo en cuenta que las restricciones pueden volver en cualquier momento, como demostró la ciudad de Leicester, donde el lunes las autoridades decidieron volver a cerrar comercios y escuelas tras una disparada en las infecciones de coronavirus.
Solo en el mes de abril, el confinamiento impuesto en el país el 23 de marzo y levantado progresivamente desde hace un mes, provocó una caída del 20,4% del Producto Interior Bruto (PIB) británico, un récord histórico.
Sin más ayuda del gobierno, el desempleo podría alcanzar niveles de los años 1980 y superar el pico de 3,3 millones de parados alcanzado en 1984, según un análisis de la Biblioteca de la Cámara de los Comunes citado por el diario The Observer.
- Escuelas, hospitales, viviendas -
Johnson se mostró determinado a tomar el toro por los cuernos con este plan masivo de inversiones y la promesa de que el país no volverá a la austeridad impuestas por sus colegas conservadores tras la crisis financiera de 2008.
"Este gobierno no está solo comprometido a derrotar del coronavirus, sino a usar esta crisis para enfrentar finalmente los grandes desafíos no resueltos del país en las últimas tres décadas", afirmó.
E, inspirándose en el "new deal" lanzado por el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt en los años 1930 para salir de la Gran Depresión gracias a una fuerte intervención estatal, prometió "construir viviendas, reparar la sanidad pública, abordar la crisis de formación, cerrar la brecha de oportunidades".
El plan va acompañado de 5.000 millones de libras (6.130 millones de dólares, 5.470 millones de euros), de las cuales 1.000 millones estarán destinados a la mejora de escuelas y 1.500 millones a los hospitales.
Johnson prevé también modificar el sistema de planificación urbana para abordar la crisis de vivienda.
Gracias a esta reforma, que le gobierno espera esté lista en septiembre, los locales comerciales, incluidas las numerosas tiendas que quedaron vacías recientemente, podrán por ejemplo convertirse en hogares con mayor flexibilidad.
Esta reforma estará acompañada de un paquete de medidas que incluyen un programa por 2.000 millones de libras para ayudar a la construcción de 180.000 nuevas viviendas asequibles en los próximos 8 años.
- "No soy un comunista" -
"No soy un comunista", afirmó Johnson, anunciando también su intención de impulsar iniciativas privadas, especialmente en innovación tecnológica. "Podemos ser una superpotencia científica", aseguró.
Pero las críticas no se hicieron esperar, especialmente por falta de ambición ecológica en su plan.
"Si la recuperación de la ecología se pudiera lograr sólo con palabras, los discursos de Boris Johnson ya nos habrían llevado allí", lanzó John Sauven, director ejecutivo de Greenpeace UK.
"¿Dónde está el apoyo del gobierno para un transporte más limpio y mejor, hogares más cálidos y energía renovable?", agregó.
En opinión de Ed Davey, líder del opositor Partido Liberaldemócrata (centro), "para recuperarse, el Reino Unido necesita urgentemente inversiones en infraestructuras respetuosas con el medio ambiente a través de un Plan de Recuperación Verde que cree prosperidad y puestos de trabajo a la vez que aborda la crisis climática".
Recordando que el "new deal" de Roosevelt dio lugar a megaproyectos como la represa Hoover, el diario económico Financial Times señaló con ironía que la lista de prioridades de Johnson "incluye la reparación de un puente".
AFP