Esa fue la expresión utilizada en su cuenta de Twitter por el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, después de participar por vídeoconferencia en la reunión con el resto de sus colegas del G20.

Le Maire dijo estar "feliz" al escuchar a la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, que su país renuncia al conocido como refugio tributario (Safe Harbor), que era uno de los principales obstáculos para ese dispositivo fiscal internacional.

"Es un gran avance. Está al alcance de la mano un acuerdo internacional sobre la tasación mínima de las empresas y la tasación de los servicios digitales", añadió.

El refugio tributario debía permitir que las compañías de servicios digitales pudieran elegir entre el nuevo impuesto que deberían abonar en los países donde ofrecen sus servicios o el sistema actual por el que se someten a la fiscalidad de la jurisdicción en la que han decidido fijar su sede social, muy a menudo para tributar menos.

La negociación que se lleva a cabo en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lleva meses bloqueada por Estados Unidos, ya que la Administración del anterior presidente, Donald Trump, había impuesto un veto a un dispositivo que estimaba que iba contra sus empresas.

Ante la constatación de ese bloqueo, en octubre pasado se había acordado renunciar al objetivo de lograr un compromiso para finales de 2020 y se había pospuesto para mediados de 2021, con la vista puesta en un cambio de Gobierno en Washington.

Francia ha sido uno de los principales promotores de la idea de una tasa a las grandes digitales y, para forzar el movimiento de posiciones internacionales, también estuvo entre los pioneros en la creación de su propio impuesto nacional a las multinacionales del sector.

Con información de EFE