El presidente de la Confederación de Asociaciones Patronales Alemanas, Steffen Kampeter, declaró a dpa que este "accionismo burocrático" representaba una injerencia superflua de la política.
Añadió que las empresas han hecho posible el teletrabajo en todos los sectores bajo su propia responsabilidad, de forma voluntaria y muy fiable en los últimos meses.
"Los empresarios hemos cumplido con el teletrabajo y seguiremos haciéndolo, siempre que los procesos operativos, tanto internos como externos, lo permitan. No necesitamos un reglamento para eso", sostuvo.
Por el contrario, el presidente de la Federación Alemana de Sindicatos (DGB), Reiner Hoffmann, demandó que una regulación permanente del teletrabajo y el trabajo móvil.
Según el líder sindicalista, a muchos empleados les gustaría poder contar con una sana mezcla de trabajo presencial y la opción de trabajo móvil en el futuro.
"Sin embargo, esta saludable mezcla incluye reglas de juego claras, porque la pandemia, a más tardar, ha hecho visibles los graves problemas de trabajar en casa: horarios excesivos y horas extras no pagadas, expectativas permanentes de disponibilidad, equipos poco fiables o vigilancia digital".
Hoffmann reclamó que se instaure el derecho legal al trabajo en casa o móvil, que incluya seguridad e higiene en el trabajo adecuadas, "equipos apropiados" y más pasos hacia una mayor cogestión. "También debe quedar claro que el trabajo a domicilio no debe ser impuesto por el empresario".
Los empresarios rechazaron la propuesta. "La regulación del Ministerio del Interior no es necesaria ni sensata", dijo Kampeter. "Para que la economía se ponga en marcha de nuevo, necesita las condiciones marco adecuadas: flexibilidad y libertad para la innovación en lugar de más regulaciones", añadió.
La obligatoriedad del teletrabajo del Ministerio del Interior expira este miércoles junto con el llamado "freno de emergencia", una enmienda a la ley de protección de infecciones que permitió imponer restricciones con criterios unificados a nivel nacional.
Sin embargo, las empresas deberán seguir manteniendo las medidas para evitar la propagación del virus, ofrecer dos pruebas a la semana y establecer protocolos de higiene. Así lo regula una nueva ordenanza que entra en vigor el 1 de julio y estará vigente hasta el 10 de septiembre.
La DGB también basa sus demandas en una evaluación aún no publicada de los datos de una encuesta realizada a empleados hace un año y a la que tuvo acceso dpa.
Según el estudio, los empleados que trabajan desde casa sienten que tienen más libertad para organizar sus horas y horarios de trabajo que los empleados con un lugar de trabajo fijo en la empresa.
Sin embargo, también informan con mayor frecuencia que sus jornadas de trabajo se tornan excesivamente largas y que sienten presión por rendir.
A pesar de ello, a muchos empleados les gustaría que la oficina en casa y el trabajo móvil siguieran formando parte de la realidad laboral incluso después del fin de la pandemia. Esta es la conclusión del sondeo realizado por la compañía de seguros médicos DAK-Gesundheit en varios estados alemanes.
Además del ahorro de tiempo, la razón que se aduce para querer una oficina permanente en casa es la mejor compatibilidad del trabajo con la familia. Por otro lado, la mayoría considera que la falta de separación entre el trabajo y la vida privada y la falta de contacto con los compañeros son desventajas.
Con información de DPA
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