Por The New York Times | Sapna Maheshwari
Antes de 2020, Jennifer Sey, una ejecutiva importante en Levi Strauss & Co. y una de las candidatas para convertirse en la próxima líder de dicha compañía, casi no usaba las redes sociales. Dos años después, Sey estaba sin trabajo, en parte, según cuenta, debido a sus actividades en Twitter.
La inesperada salida de Sey de Levi’s el mes pasado luego de más de 20 años provocó una avalancha de titulares, pues ella afirmó en un ensayo muy difundido que su defensa de la reapertura de las escuelas durante la pandemia la convirtió en una paria en el trabajo y finalmente provocó su destitución
Pero el camino que la llevó a su salida de la empresa fue complicado. En él se incluyen cuestiones acerca de si las empresas pueden controlar la expresión personal de sus empleados, especialmente en un periodo de aislamiento, y la política vinculada a la participación en determinadas plataformas, como los programas de opinión de Fox News.
La gran mayoría de los tuits de Sey se referían a las escuelas, pero algunos de ellos criticaban las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) y de Anthony Fauci, al que acusó de sembrar el miedo. (“¿Entonces cuándo es que Fauci dejará de participar en los programas matutinos del domingo, atemorizando a los que de por sí ya tienen miedo?”, escribió en un tuit de abril del 2021.)
También expresó su escepticismo sobre la eficacia de los cubrebocas, sobre todo para niños pequeños: “Actualmente no hay suficiente evidencia a favor o en contra del uso de mascarillas (médicas o de otro tipo) para los individuos sanos en la comunidad en general”, publicó en mayo del 2020.
La franqueza de Sey provocó críticas tanto dentro como fuera de la empresa, incluyendo amenazas de boicot. Los tuits se produjeron cuando Levi’s estaba aplicando directrices de salud pública para gestionar los protocolos en cientos de sus tiendas y centros de distribución. Pero Sey dijo que hablaba como una madre preocupada, no como una ejecutiva de la empresa. También señaló que Levi’s —que se ha manifestado sobre temas polémicos como el control de armas— no se había quejado cuando publicó en las redes sociales mensajes de apoyo para políticos demócratas como la senadora Elizabeth Warren o a favor de causas más liberales.
Levi's refuta la versión de Sey sobre los hechos, incluyendo sus afirmaciones de que fue castigada porque sus opiniones se desviaban de la “ortodoxia izquierdista” y de que renunció a una indemnización de un millón de dólares para poder hablar libremente de la empresa. Levi’s dijo que Sey había renunciado en vez de negociar un paquete de salida, que habría contenido un acuerdo de no divulgación. Este acuerdo “no prohibiría a la ejecutiva hablar sobre asuntos de interés público, como el cierre de escuelas, ni participar en ningún discurso protegido por la ley”, declaró Kelly McGinnis, vicepresidenta sénior de asuntos corporativos de Levi’s, en un comunicado.
McGinnis afirmó que Levi’s apoyaba la defensa que hacía Sey sobre las escuelas, pero “se excedió al pedir que las escuelas reabrieran y con frecuencia usó su plataforma para criticar las directrices de salud pública y denunciar a los funcionarios electos y a científicos del gobierno”.
McGinnis agregó que Sey "hizo esto en un momento en 2020 y 2021 cuando las hospitalizaciones y las muertes por COVID estaban aumentando, cuando la compañía tenía a sus propios empleados hospitalizados, y en algunos casos muriendo, y compañías como Levi’s estaban recurriendo a las pautas de los funcionarios de salud pública para implementar políticas que mantuvieran a nuestros empleados y consumidores seguros."
Según la política de las redes sociales de la compañía, los empleados son libres de hablar sobre sus propios puntos de vista, pero se espera que los empleados protejan la “reputación e imagen de la compañía”.
Sey dijo que no creía que empresas como Levi’s tuvieran que suscribir puntos de vista específicos de los empleados, pero que debían “defender el derecho de los empleados a expresarse sobre lo que a cada uno les interesa”.
Sarah Sobieraj, profesora de sociología de la Universidad de Tufts, comentó que la situación de Sey, incluida su frustración por la forma en que sus colegas interpretaron sus opiniones, era un ejemplo de un fenómeno cada vez más común en la era digital que se conoce como “colapso del contexto”.
“Antes podías segmentar tu personalidad; podías ir a la iglesia y comportarte como lo hacías ahí e ir a trabajar y comportarte de una cierta manera, y luego con los amigos de otra”, explicó. Ahora “sin importar qué hacemos o publicamos, lo hacemos ante todas las personas de nuestra vida”.
“Ese desfase forma parte de la molestia para Levi’s, y es parte del problema al que se ha enfrentado Jen Sey”, añadió.
Sey, excampeona nacional de gimnasia, era la directora de mercadotecnia de Levi’s antes de ser ascendida a presidenta de la marca en octubre de 2020. Con frecuencia, Sey era propuesta para conceder entrevistas para los medios, junto con Chip Bergh, el director general de la empresa. Madre de cuatro hijos— dos de ellos están en edad universitaria, mientras que los otros dos tienen 5 y 7 años—, Sey era muy apreciada en el seno de la empresa y era patrocinadora ejecutiva del grupo de recursos de la compañía para empleados negros.
Cuando comenzó la pandemia, Sey vivía en San Francisco, donde Levi’s tiene su sede. Empezó a preocuparse por los problemas que podrían tener niños pequeños como los suyos por el cierre de las escuelas públicas. Fue entonces cuando recurrió a Twitter, donde, en un momento de aislamiento, encontró a otros padres con ideas afines.
“Estaba acostumbrada a estar en la oficina y ver a cientos de personas y, aunque todo se trataba del trabajo, platicábamos en los pasillos, preguntábamos sobre los hijos y qué estaban haciendo en sus vidas”, comentó Sey, de 53 años. “Así que esta conexión con otros padres era importante para mí. En San Francisco a veces pareciera que nadie piensa así”.
Sey publicaba a menudo sobre el cierre de escuelas, un tema especialmente polémico en la ciudad, y participaba en manifestaciones para que se reabrieran. Comentó que había tenido cuidado de representarse a sí misma como madre y como ciudadana privada, dejando a Levi's, que cotiza en bolsa, fuera de sus perfiles públicos.
“Sé que era información fácil de encontrar”, dijo sobre su puesto en Levi’s, “pero en realidad hablaba por mí misma”.
Sey, cuyos comentarios se produjeron antes de que se introdujeran las vacunas y cuando los sindicatos de profesores se oponían a regresar a clases, dijo que un miembro del consejo de administración y otros dirigentes de la empresa la habían “exhortado a bajar el tono”, pero que nunca le habían dicho que dejara de publicar ni le habían presentado ninguna directriz corporativa para las redes sociales.
La primavera pasada, Sey fue invitada a aparecer en el programa de Laura Ingraham en Fox News para hablar de su decisión de mudarse a Denver para que sus hijos pudieran recibir una educación presencial. Aunque no se la identificó como ejecutiva de Levi’s, la aparición provocó una protesta en la empresa. Por aquel entonces, Sey también realizó una entrevista en YouTube con la escritora y consultora política, Naomi Wolf, a quien se le ha prohibido el acceso a Twitter por difundir información errónea sobre las vacunas.
Levi’s, como muchas empresas en el momento álgido de la pandemia, celebraba reuniones de personal cada tanto en las que los empleados podían hacer preguntas de forma anónima. En una reunión celebrada el 31 de marzo, hubo preguntas sobre la aparición de Sey en el programa de Ingraham.
En un mensaje que Levi’s compartió con The New York Times, un empleado escribió: “No habría tenido ningún problema con que apareciera en Fox News, pero Ingraham Angle no es eso. Es un editorial de la Fox y ella es una personalidad especialmente controversial e intolerante que ataca con frecuencia las mismas causas que Chip y la empresa defienden”. “Cuando concedes una entrevista a alguien que ha puesto en duda las vacunas, realmente le das una especie de legitimidad a esa persona y a esas opiniones”, opinó Kara Alaimo, profesora de relaciones públicas en la Universidad de Hofstra, refiriéndose a Ingraham. “Puedo entender que la gente se haya molestado por ello, y si yo la asesorara, no creo que esas plataformas fueran las adecuadas para compartir sus opiniones”.
Sey dijo que había borrado algunas publicaciones después de recibir reacciones negativas sobre temas que podrían afectar al negocio de Levi’s, incluyendo una que fue vista dentro de la empresa como para una humillación a los clientes de talla grande por tener consecuencias negativas en su salud tras enfermarse de COVID. Levi’s también le pidió que se abstuviera de tuitear sobre temas como las empresas farmacéuticas y la destitución del gobernador de California. Sey dijo que sus opiniones sobre las escuelas la convirtieron en un blanco. “La idea de exigir la apertura de las escuelas se mezcló con ser anticientífico y negador de la COVID, y yo diría que ninguna de esas cosas es cierta”, comentó. “No estoy de acuerdo con la idea de que no se pueden criticar las directrices de salud pública, porque muchas han demostrado ser profundamente defectuosas”.
El pasado octubre, Sey se reunió con Bergh. Ella dijo que él le había pedido su autorización para realizar una revisión de sus antecedentes, un paso de rutina para aquellos que son investigados como potenciales directores generales. Le dijeron que su comportamiento en las redes sociales era lo que frenaba su candidatura y que Levi’s quería analizarlo.
En enero, Bergh le dijo que su presencia en Twitter era “demasiado problemática para desempeñar este papel de directora ejecutiva, y no hay un camino viable para ti en la empresa”, sostuvo Sey. Aunque Levi’s le pidió que se quedara hasta que encontraran a un sustituto, ella dijo que no estaba interesada y renunció en ese momento.
Sey ha argumentado que fue objeto de “discriminación por puntos de vista” por parte de Levi’s. Dijo que había publicado anteriormente en las redes sociales en apoyo de Warren en las primarias presidenciales demócratas y sobre su tristeza por los asesinatos de Ahmaud Arbery y George Floyd en 2020. La empresa “no se había opuesto a la expresión política o a la crítica de las políticas gubernamentales, ni siquiera a opinar sobre los candidatos” en esos casos, relató.
De hecho, eso ha complicado las circunstancias de la salida de Sey, según los expertos en relaciones públicas. Mientras que las empresas y los líderes corporativos han tratado durante mucho tiempo de evitar meterse en los debates políticos, el aumento de las divisiones en esta época ha hecho que Levi’s y algunas otras marcas sean más francas en cuestiones públicas, incluyendo los derechos LGBTQ y la inmigración.
“Un empleador privado puede imponer restricciones a la expresión o la conducta de los empleados”, señaló Sobieraj. “La cuestión clave aquí es dónde está ese límite y qué pasa en aquellos momentos cuando no estás trabajando para la empresa”. Jennifer Sey en su casa de Denver, el 17 de marzo de 2022. (Stephen Speranza/The New York Times) Jennifer Sey en su casa de Denver, el 17 de marzo de 2022. (Stephen Speranza/The New York Times)
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