Por Sofìa Muratore
Nota de Sustentabilidad en Acciones


Abrir la canilla y dejar correr el agua hasta que se caliente, y así poder lavar los platos. Baldear la vereda o lavar el auto con litros de agua que suelen inundar la calle entera.

Baños de inmersión para relajarnos que nos cubren hasta el cuello; o simplemente darnos duchas tan largas como un concierto, por todas las melodías que cantamos bajo el agua.

A fin del año pasado, los portales de noticias sorprendieron con la información de que el agua comenzaba a cotizar en Wall Street, al igual que lo hacen otros recursos naturales como lo son el petróleo, el oro o el trigo. El agua dejaría de ser "invaluable" para tener un precio que fluctuará en el mercado de futuros de materias primas.

Si bien existen diversas posturas con respecto a la cotización del agua, el principal objetivo es prever su escasez. De hecho, que se le otorgue un valor a futuro es por el temor de que haya zonas del mundo en los que directamente falte. Según las Naciones Unidas, más de la mitad de los países del mundo se encuentran con escasez de agua. El problema no es exclusivamente por falta del recurso, sino su correcta administración. Para poder lograr una gestión eficiente, es esencial aumentar las inversiones.

En sus últimos informes de junio sobre el agua, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) indicó que la actual cifra que se está contemplando para 2030 para dichas inversiones es de 6.700 millones de dólares y, para 2050, a razón de 22.600 millones de dólares. Sin embargo, esto no favorece a los resultados deseados: se debería aumentar la cifra en un 50% o, en su defecto, más de 93 países en desarrollo sufrirían consecuencias negativas.

Pero, ¿qué significa que el agua cotice en la bolsa? Isabella Villanueva García, oriunda de Chile, Ingeniera Civil Hidráulica, Sanitaria y Ambiental, quien es asesora Técnica del Proyecto Global Carbon Market en Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional, lo explica: "Lo que comenzó a cotizarse en la bolsa son los futuros en torno al conocido índice `Nasdaq Veles California Water (NVCW)`, que se jacta de hacer un seguimiento al precio de los derechos de agua en California, tanto superficiales como subterráneos, semanalmente". La especialista señala que cuando nos referimos a "futuro", aludimos a un compromiso de compra y venta del recurso en una fecha (futura) determinada, por lo que se puede cotizar en la bolsa.

 

¿Cuánto cuesta?

Gonzalo del Castillo, Director del Centro de Sustentabilidad para Gobiernos Locales de Argentina, explica la funcionalidad de poner un "precio": "No es el agua en sí lo que está cotizando en bolsa, sino los contratos de futuros del agua, algo que está más vinculado al precio del derecho de uso del recurso. Este mecanismo financiero permite a los productores agrícolas, por ejemplo, comprar por adelantado el derecho de uso del agua para una fecha determinada", explica. En la práctica, esto representa una especie de "seguro de precios" para cubrir al productor ante posibles riesgos de incremento, por escasez o problemas de suministro. "Es importante destacar que quien participe de este mercado, comprando derechos futuros, no está comprando agua en sí (es decir, agua en sentido físico), sino bloqueando el precio futuro de su uso. De este modo, y a priori, no existe el riesgo de acopio físico del agua", completa.

Ahora bien, otra duda que surge a partir de la cotización es cómo se determina el valor del recurso. Es así que Pablo Verra, Director del Programa de Inversiones de Impacto de la Universidad Torcuato Di Tella (UTD) de Argentina, dice: "Si no hay intervención estatal, el precio del agua puede fluctuar en virtud de la oferta y la demanda. Esto se aprecia más en economías más liberalizadas, en donde el precio se deja flotar más libremente que en aquellas más intervenidas como las de nuestra región, en donde el Estado suele controlar el precio final al consumidor residencial e industrial".

A su vez, ejemplifica con el índice del caso Nasdaq: "Vemos que el precio del agua en California usualmente sube en tiempos de sequía (verano) y gradualmente se regulariza hacia el invierno. Sin embargo, en la gran mayoría de los países, el agua es considerada como un bien "esencial" cuya oferta debe encontrarse "garantizada a precios razonables", por lo cual usualmente interviene algún ente regulador del Estado para prevenir especulaciones excesivas que limiten el acceso a este bien".

 

Un derecho, mucha especulación

La mayor repercusión en la sociedad al comunicarse la cotización del agua es con respecto a sus consecuencias: ¿se puede negociar al igual que otros recursos? Si bien puede ser considerada un commodity bajo algunos aspectos, claramente es muy distinta de otros como el petróleo, el oro o el cobre. "Y es por eso que me preocupa que se haya creado un mercado de futuros de agua en el Chicago Mercantile Exchange", dispara el profesor de UTD. "Tratar el agua como un commodity puro y duro pone un derecho humano básico en manos de inversores especulativos, lo que representa un acuerdo peligroso a medida que el cambio climático altera los patrones de precipitación y aumenta la escasez de agua".

Si bien el mercado de trading de agua se encuentra restringido principalmente a California y al Chicago Mercantile Exchange, los defensores de la creación de estos instrumentos argumentan que les permiten a los agricultores, municipios y productores cubrir el futuro precio de la disponibilidad del agua en el Oeste de Estados Unidos. "Yo no estoy necesariamente de acuerdo ya que, en muchos casos, a los agricultores, municipios o productores no les interesa seguir en detalle a los mercados, o no poseen la sofisiticación financiera necesaria para administrar la provisión de un recurso esencial", agrega Pablo.

Isabella también concuerda con lo dicho anteriormente y explica ambas visiones sobre el tema: "Teóricamente se podría esperar como consecuencia el objetivo de darle transparencia y eficiencia al mercado de aguas, pero se debe considerar que en estos mercados no solo participan quienes necesitan de este bien público (agricultores, municipios, etc.) sino también especuladores".

Por otro lado, Guillermo Sena, economista y Coordinador de EcoParque Industrial en Intendencia Departamental de Flores, en Uruguay, piensa que la cotización del agua es una posibilidad para hacer un uso más eficiente del recurso en las actividades agrícolas, que es donde se está discutiendo actualmente: "Esto representa una posibilidad para poder gestionar mejor los recursos. Creo que tener este valor permite hacer un estudio más acertado de la situación y una mejor proyección del negocio. Nos brinda la posibilidad de hacer una administración más acertada".

Hoy se puede afirmar que el mercado del agua existe, sin embargo,no así existe un mercado físico del recurso: "Hoy no se transporta agua de un país a otro como se hace con otros bienes, como con el petróleo, por ejemplo. De hecho, creo que es muy complicado que esto suceda. No es imposible, pero requiere de una tecnología que hoy no está pensada, o que al menos, no responde a los parámetros de rentabilidad del negocio", suma Guillermo.

A esta reflexión, Pablo completa explicando las razones por las que considera que es complejo pensar en exportar agua: "Hoy por hoy el mercado de futuros de agua es un mercado 100% sintético - es decir que, a diferencia del petróleo, no está la obligación de hacer `delivery` del agua en algún lugar cuando ese contrato se vence. Tener que entregar una determinada cantidad de litros de agua a un cierto precio en un lugar remoto es probable que no sea económicamente rentable. Es difícil `exportar` agua y los precios deberían dispararse sensiblemente como para que tenga sentido, pero en ese caso tendríamos otro tipo de problemas".

 

¿El próximo recurso de la disputa?

"Yo, personalmente, creo que es muy probable. El agua no solo es un recurso natural, sino que el acceso a ella es un derecho humano y es vital para la subsistencia de la vida como la conocemos. Eso, sumado a la creciente escasez que hemos vivido y seguiremos viviendo a causa del aumento de la demanda y la crisis climática, la convierte en un recurso que podría disputarse de diferentes formas y niveles", afirma muy segura Isabella.

Gonzalo hace hincapié en la necesidad de re-establecer las necesidades en el sistema y comprender que el problema no es la escasez, sino la gestión estratégica: "Lo cierto es que, a pesar de los agoreros escenarios presentes y futuros, existe suficiente agua, tecnología y conocimientos técnicos para satisfacer su acceso universal a todo ser vivo. Por lo que la pregunta a realizarse quizá debería ser más bien por qué, a pesar de esto, siguen muriendo millones de personas al año por su falta de acceso. Gran parte de la respuesta a esta pregunta, se encuentra en el mismo modelo económico de explotación y concentración de la riqueza y la Naturaleza".

Sin embargo, Guillermo decide traer otro tema sobre la mesa: "Quizás lo que se comience a disputar, o mejor dicho analizar, es el impacto que puede traer en los ecosistemas la falta de agua. Con ello me refiero a la falta de biodiversidad. Creo que esa será la primera complicación. Tampoco, me atrevo hablar de disputa, pero sí a una necesidad de los países por solucionar este tema".

Pablo agrega: "Creo que el agua jugará un rol clave en la provisión de energía, pero se complementará con otros recursos renovables y muchos que están aún en fase experimental, como el hidrógeno "verde".

La noticia, entonces, no debe ser el temor a la disputa o a los especuladores, al contrario, tiene que ser la necesidad de una mayor conciencia. Pensar en conflictos o finales apocalípticos será cosa del futuro, hoy nuestro presente es trabajar por la administración responsable del agua. Todavía hoy, más de 2.200 millones de personas carecen de agua potable. Más de 1.000 niños mueren al día por la misma causa. Sin embargo, su uso global se ha multiplicado por seis en los últimos 100 años y continúa haciéndolo a un ritmo de 1% anual. "Y lo que sucede con el uso y desuso del agua, sucede de igual modo con todos los otros bienes naturales y servicios ecosistémicos que habilitan la vida en nuestro planeta: el suelo, el aire, la biodiversidad misma", reflexiona Gonzalo quien considera que lo principal es educar y generar información para que los países hagan un uso más eficiente y medido del recurso.

Isabella reflexiona: "No podemos "tomar petróleo", en cambio el agua la necesitamos. Eso automáticamente hace distinta al agua, que es un recurso renovable, con múltiples usos, el petróleo -en cambio- no". Y continuando la idea, Gonzalo sintetiza: "El petróleo no sólo no es condición para la vida -de hecho sería lo contrario, cuando vemos el impacto derivado del mal uso que los humanos hemos hecho con él-, sino que es reemplazable -y ya lo está siendo- por otras fuentes de energía, más limpias, renovables y económicas. El agua es, al menos hasta hoy, insustituible y primordial por la simple razón de que sin ella, no hay vida ni desarrollo posible".