Las negociaciones entre el Ejecutivo argentino y los acreedores internacionales se han estancado después de que los principales acreedores, incluidos los fondos estadounidense BlackRock, Fidelity y T Rowe, rechazasen la oferta que implicaría una suspensión de los pagos de la deuda durante tres años, señala el periódico.
Ayer, los acreedores Ad Hoc Bondholder Group, Argentina Creditor Commitee y Ad Hoc Group of Argentina Exchange Bondholder también rechazaron el canje de la deuda hecho por Argentina para reestructurar bonos emitidos bajo legislación extranjera por 66.239 millones de dólares.
En declaraciones al periódico británico, Guzmán señaló que el Gobierno no puede aceptar un acuerdo "basado en ilusiones y escenarios rosados" porque implicaría otra crisis de la deuda en el futuro.
Al ser preguntado por si un impago sería un precio muy alto para Argentina, Guzmán contestó: "cualquier paso es asociado con un 'trade-off' (canje)".
"Ciertamente, algunos de nuestros acreedores han optado por no comprometerse la pasada semana (sobre las negociaciones)", dijo Guzmán, y añadió que seguirán trabajando "de buena fe con nuestros acreedores con el objetivo de restablecer la sostenibilidad de la deuda".
Los tenedores de bonos encabezados por BlackRock hicieron una contra-oferta que no estaba "cerca de facilitar el alivio que Argentina necesita para restablecer la sostenibilidad de la deuda", explicó el ministro, quien consideró que parte del problema radicó en que no se incluyó ninguna reducción en los pagos de intereses.
La presión de la deuda podría perjudicar la capacidad del Gobierno para aplicar las políticas necesarias a fin de afrontar la crisis económica, señala el diario económico.
El Financial Times recuerda que Argentina necesita llegar a un acuerdo para reestructurar la deuda con sus mayores acreedores antes del 22 de mayo si quiere evitar su noveno impago de deuda soberana.
"Sería mejor para todos si este (acuerdo) se hace más pronto que tarde, pero nuestros esfuerzos no van a cesar hasta que hayamos resuelto el problema (de conseguir la sostenibilidad de la deuda)", insistió el titular de Economía.
Agregó que las autoridades están "absolutamente comprometidas" a alcanzar una resolución ordenada de la crisis de la deuda.
Argentina ha aplicado estrictas medidas de confinamiento desde mediados de marzo que se mantendrán hasta finales de mayo debido al coronavirus.
"Necesitamos asegurar que tenemos los instrumentos para lidiar con esta dramática situación que el país está atravesando. Hacer algo que solo implique esconder el problema debajo de la alfombra implicaría más agonía", agregó el ministro.
El lunes, en un comunicado, los titulares de bonos argentinos señalaron que "no pueden apoyar" la oferta del Gobierno, ya que consideran que los términos planteados por Argentina requieren que los acreedores de estos sufran unas "pérdidas desproporcionadas que no están justificadas ni son necesarias".
Las autoridades argentinas insistieron ayer en que su "análisis de sostenibilidad de la deuda" se encuentra "alineado" con el realizado por el Fondo Monetario Internacional.
Desde que el pasado 17 de abril se hiciese pública la oferta argentina, los acreedores han calificado la propuesta como "agresiva e inadmisible", mientras que para el Gobierno de Alberto Fernández es "seria" y el país no tiene posibilidades de ofrecer más.
La propuesta de canje lanzada por Argentina incluye un período de gracia de tres años, por lo que Argentina empezaría a pagar en 2023 con un tasa inicial del 0,5 %, que se incrementaría paulatinamente hasta un interés promedio del 2,33 % y una tasa máxima de 4,875 %.
La oferta implica reducir el capital en 3.600 millones de dólares, es decir, una quita del 5,4 % sobre el stock adeudado, y los intereses en 37.900 millones de dólares, lo que equivale a una quita de intereses del 62 %.
Para el canje, el país ofreció a los acreedores diez nuevos tipos de bonos, en dólares y euros, con vencimiento en 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047.
Con información de EFE