El argentino Guido Grinbaum está convencido que la uruguaya SmartBot se convertirá en unicornio, es decir, en una empresa con valuación superior a los US$ 1.000 millones.
Hoy es inversor y director de varias startups relacionadas con tecnología. Desde hace dos años está instalado en Uruguay; su vida transcurre entre Punta del Este, Montevideo y Buenos Aires. Decidió invertir en SmartBot y su solución omnicanal que optimiza la atención al público a través de inteligencia artificial.
Grinbaum ahora se dedica a impulsar a empresas incipientes y llevarlas al próximo nivel. Tiene gran experiencia en ello. Fundó DeRemate que vendió a Mercado Libre en 2008; ZonaProp y ZonaJobs, que fue comprada por Navent Tiger en 2014; DeMotores vendida a CarSales.con, Baazee a EBay, Covedisa al Grupo La Nacion, DineroMail a Naspers.
¿Qué le llama la atención de Uruguay en los últimos tiempos?
El movimiento que hay a nivel (del sector) digital. Por ejemplo, hace unos días The Sandbox, que es uno de los líderes en metaverso del mundo, compró a la uruguaya Cualit que pasa a ser The Sandbox Uruguay.
Hay una movida fuerte de Web3 y cripto en Uruguay. Creo que se está armando un ecosistema fenomenal.
En Montevideo y Punta del Este tengo muchos encuentros con emprendedores que están iniciando cosas desde Uruguay. Claramente veo que hay una especie de hub importante que se está desarrollando, que tiene que ver con beneficios que trae estar en Uruguay.
Veo un potencial enorme de crecimiento de Uruguay desde el punto de vista de startups y nuevos desarrollos, nuevas compañías que abre oficinas.
¿Qué se podría mejorar?
Creo que es un tema de tiempo, que se siga afianzando. Estamos en los primeros pasitos para que Uruguay llegue a ser un mini Silicon Valley, un hub importante de América Latina. Que el mucho talento que hay en Uruguay trabaje para el mundo entero como lo hizo Israel o Irlanda. En Uruguay la gente joven está tomando noción de que la oportunidad está en meterse en tecnología. Tal vez la gran oportunidad es que haya más universitarios enfocados a tecnología. Hoy hay mucho más demanda de gente que quiere entrar en mundo de tecnología, que capacidad para estudiar en los centros de educación.
Sería super bueno que algunas universidades que tengan foco en tecnología puedan poner un pie en Uruguay.
¿Visualiza que hay una problemática para conseguir profesionales tecnológicos en Uruguay?
Es muy difícil, casi imposible. Cuando empecé hace 22 años con Deremate también era imposible. No existía gente especializada en tecnología: hubo que formarla. Las mismas empresas armabamos nuestras propias escuelitas.
El tema es que hoy el mundo está exageradamente demandado de gente de tecnología. Es tres veces la capacidad que se tiene en general. Esa tendencia va a ser exponencial. Pero es un buen problema. porque brinda inserción laboral de alta calidad
Uruguay tiene que acelerar eso.
Yo le daría beneficios a universidades o instituciones extranjeras para instalarse a Uruguay para que traigan profesores. Las pondría en Montevideo y Punta del Este.
¿Habla con otros empresarios del sector sobre este tema o con autoridades? Hace poco estuvo con el presidente Luis Lacalle Pou.
Se lo comenté (al presidente) cuando estuve con él. Para mí debería ser número uno en la agenda. El talento se atrae o se forma. Va llegando pero es más difícil y tampoco podes traer a todo. Es mucho mejor formar cuando tenés una masa con una muy buena madera de base. Hay que tener algún programa de incentivo para que instituciones importantes que se dedican a formar en tecnología pongan pie aquí.
Otra cosa para hacer es traer alguna conferencia importante del mundo de la tecnología que no haya en América Latina. Que se haga en Montevideo o Punta del Este, donde tenés hotelería, y un montón de apartamentos vacíos para alquilar. Se hace por ejemplo Campus Party y la última edición estuvo muy buena. Habría que hacer mucho más de esas cosas. Hay una oportunidad enorme pero tiene que ser una agenda de Estado que los empresarios acompañen.
Hace poco invirtió en el emprendimiento uruguayo SmartBot que ofrece una aplicación de bots para todos los canales de interacción con clientes como WhatsApp, Facebook, Instagram, Telegram. Tienen 40 empleados y esperan duplicarlos en un año.Tiene más de 50 clientes de salud, retail y finanzas. En un posteo en LinkedIn usted decía que será el próximo unicornio uruguayo. ¿Por qué?
Estoy convencido de eso. Conocí a la gente de SmartBot de casualidad. Me los presentaron en una charla y me contaron el producto que tenían y lo que hacían. Les dije: “La verdad que lo me contás está buenísimo pero me cuesta creerlo. ¿Me mostrás cómo funciona en vivo?” Cuando vi el producto y el equipo interactuando, contándome con pasión todo lo que habían desarrollado, les dije “muchachos quiero ser parte de este equipo; hay que sacarlo urgente de Uruguay”
Es enorme la oportunidad mundial con el tema de los chatbot integrados a todas las plataformas existentes que no se hablan entre sí. Es que se fueron desarrollando plataformas especialistas pero el mundo es omnicanal: la gente entra por cualquier lado. Sí hay muchas plataformas de chatbot en el mundo, pero no hay nadie que consolide todo. El crecimiento de las compañías de tecnología es más grande, y no existe capacidad humana ni económica para atender a los clientes telefónicamente.
Para bajar costos y atender la demanda creciente se necesitan chatbot. Lo que tiene SmartBot es que no es un chatbot exclusivamente para una plataforma sino que es para todos los puntos de contacto con tus clientes. Me sorprendió que hayan construido eso, incluso con voz, en todos los idiomas. Desde el punto de vista de producto, para ser sincero, no vi uno tan espectacular para un problema que cada vez se va a hacer más grande.
Ya vende en 20 países. ¿Qué le hace falta? ¿Hacia dónde y cómo debería crecer?
Está muy bien establecido en Uruguay, el equipo es uruguayo. Lo primero que hicimos después que yo invertí, fue armar una red de agencias mundiales para que lo comercialicen. Elegimos agencias en muchos países para que tomen la representación y empiecen a comercializarlo. Las entrenamos y eso nos permitió en los últimos meses crecer de una manera fenomenal. Eso nos permitió atacar muchos otros países y esperamos que eso empiece a escalar.
¿A dónde va dirigida su inversión específicamente?
A fortalecer el equipo de gente dedicada a Producto y Estrategia acá en Uruguay.
Es super importante. El equipo es muy chico todavía; tenemos que hacerlo crecer muy rápidamente. Estamos buscando gente para eso. La parte positiva es que el producto ya tiene tres años de desarrollo. Está muy avanzado. Las prestaciones son excelentes, aunque uno siempre quiera más.
En un sentido es una situación similar a lo que pasó con d-local (primer unicornio uruguayo), que encontró una oportunidad en solucionar una problemática de alcance mundial. Tomó gran impulso al empezar a trabajar con grandes clientes. ¿Ve esa posibilidad para SmartBot?
Totalmente. En este momento estamos haciendo demos con seis empresas muy grandes haciendo. No puedo dar los nombres. Ojalá muy pronto las anunciemos una a una. Están muy sorprendidas y estamos muy cerca de cerrar. Claramente es una demostración de la valoración. Me encontré con un equipo de primera y un producto espectacular. Hay que hacer como d-local, trabajar para el resto del mundo, con oficinas en Asia, en India.
Estoy muy entusiasmado con hacer a SmartBot una compañía mundial exitosa. Me apasiona ese desafío. Y no por ser unicornio por la valuación, sino por generar valor de verdad. Cuando uno habla de unicornio. hay gente que piensa en la plata. No es un tema de pensar cuánto vale, sino de construir algo que tiene valor y genera puestos de trabajo.
En algunas charlas, usted ha comentado acerca de la necesidad de manejar la ansiedad en las primeras etapas de un emprendimiento cuando se tiene que ir adaptando el modelo de negocio al tiempo que se va terminando el dinero con el que se inició. ¿Que otras cuestiones aprendió en su etapa de emprendedor que ahora vuelca como inversor y director?
Primero que el timing es todo. No hay que adelantarse. A veces uno, con las ganas de hacer las cosas rápidas, se adelanta. Al adelantarse es cuando se tropieza y se cae. Está ese dicho que “no hay buenas o malas ideas, sino ideas oportunas o inoportunas”. Tiene que haber un momento para el cual la idea sea oportuna. Tenés que calibrar ese momento. Es un tema de intuición. La intuición en realidad es la experiencia acumulada. El cerebro te dice hay que ir para acá. Uno no entiende por qué al principio. Eso te lo da la experiencia y las horas de vuelo.
Lo que te dan los años es tener esa intuición incluso en el manejo de gente y los equipos. Por ejemplo en hasta donde exigirles. Uno siempre tiene que levantar la vara en las etapas iniciales . Cuando un avión despega es el momento de mayor esfuerzo y mayor riesgo. Hay que levantar la vara consumiendo más energía. Si no lo hace no levanta vuelo, pero si lo levanta demasiado rápido se pega un palo. Lo mismo con la gente y los equipos. Tenés que tratar de entender bien hasta donde el equipo puede crecer y en qué momento, y acompañar esos crecimientos. Ni exigir demasiado mucho ni tampoco demasiado poco.
¿Eso lo está aplicando ahora en SmartBot?
Además de agregar know how por mi historia que tiene que ver con estrategia de comercialización y marketing, aporto en el armado del equipo, en hacerlo sólido. Lo más importante es tener un gran equipo. Te soluciona cualquier problema,
La gente quiere tener desafíos y alcanzarlos; sentirse orgullosa y en el camino pasarla bien y aprender. Lo importante es esa cultura donde sepan que hay una meta pero que el camino es para superarnos, pasarla bien, aprender, compartir. Eso es lo que hace una buena compañía. La gente tiene que tener los habilidades necesarias para cada tarea que le das. Pero es muy importante entender el lugar donde más brilla cada persona. Les va bien a quienes encuentran ese lugar rápido. A veces a algunos los ponen en un lugar que no es donde brillan. Entonces los aplastan. Esto hay que detectarlo.