Por The New York Times | Jack Ewing
STOWE, Vermont — Los vehículos de nieve son parte de la banda sonora del invierno en esta parte de Vermont y en su peor momento destrozan la quietud del bosque como motocicletas sobre esquíes. Sin embargo, en febrero, unos trineos motorizados que rebotaban a lo largo de un sendero arbolado en la montaña no hacían ruido, salvo por el zumbido de los patines de metal en la nieve.
Las máquinas, fabricados por Taiga, una empresa emergente de Canadá, estaban impulsadas por baterías —las primeras motos de nieve eléctricas de venta al público en general— y eran símbolos de la migración de todos los tipos de transporte a la propulsión libre de emisiones. Taiga también está ofreciendo embarcaciones personales impulsadas por batería, otro vehículo recreativo donde la versión de gasolina es considerada un flagelo en algunos círculos.
Aunque los autos eléctricos se llevan la mayor parte de la atención, las versiones eléctricas de las podadoras, los botes, las bicicletas, los escúteres y los vehículos todo terreno están proliferando. En algunas categorías, las máquinas impulsadas por batería están obteniendo una participación en el mercado más rápido de lo que los autos eléctricos están conquistando el mundo del automóvil. Las empresas emergentes están cortejando a los inversionistas promocionándose como las Teslas de las industrias de los botes, las bicicletas o el césped y los jardines.
Los beneficios ambientales podrían ser significativos. A diferencia de los autos y las camionetas, los motores fuera de borda o las podadoras no suelen tener convertidores catalíticos para reducir las emisiones perjudiciales. Son ruidosos y a menudo usan combustible de una menor calidad. En una hora, una podadora de gasolina genera tanta contaminación como un viaje en auto de 480 kilómetros, según el Consejo Para Recursos del Aire de California.
California aprobó una legislación para prohibir las podadoras impulsadas por gasolina a partir de 2024 y todos los vehículos impulsados de la misma manera para 2035. Sin embargo, las ventas de alternativas eléctricas están creciendo incluso sin la intervención del gobierno.
Uno de los primeros clientes de las motos de nieve de Taiga fue Taos Ski Valley en Nuevo México, empresa que se promociona a sí misma como un complejo turístico para esquiar con conciencia ambiental. Los trabajadores de Taos que andan en patrulla con esquíes y les dan mantenimiento a los senderos utilizarán las motos de nieve eléctricas para tareas como transportar esquiadores lesionados o darle servicio al equipo que produce nieve, según el director ejecutivo de Taos Ski Valley, David Norden. Cuando se reanude el esquí este año, Taos también planea desplegar una máquina eléctrica para preparar la nieve que fabricó Kässbohrer Geländefahrzeug, una firma alemana.
Aunque las motos de nieve eléctricas, cuyo precio de salida es de 17.500 dólares, son más caras que aquellas impulsadas por gasolina, las cuales se pueden adquirir por menos de 10.000 dólares, el complejo turístico ahorrará dinero en combustible y mantenimiento, según Norden.
“Si haces el análisis costo-beneficio, es probable que cubras las pérdidas”, comentó Norden. “No son solo decisiones para el medioambiente, sino también buenas decisiones para nuestro balance”.
Sin embargo, algunas personas se están convirtiendo a la energía eléctrica porque ofrece ventajas prácticas.
En una encuesta que realizó Freedonia Group, una firma de investigación, a compradores de podadoras eléctricas y equipo para jardín, las personas citaron la reducción del ruido, los bajos costos del mantenimiento y la ausencia de los recipientes para guardar la gasolina en el garaje como sus prioridades más importantes. A menudo, las sopladoras o las desbrozadoras eléctricas son más baratas y ligeras que las versiones de gasolina. Sin embargo, los botes y otros vehículos electrificados presentan con frecuencia dificultades tecnológicas. La energía eléctrica funciona en embarcaciones o botes más pequeños que no hacen viajes muy lejanos. Es la única opción para los cientos de lagos donde los motores convencionales fuera de borda están prohibidos a causa del ruido o la contaminación que producen.
No obstante, debido a que el agua crea tanta resistencia, los grandes botes eléctricos requieren cantidades de energía continua que van más allá de lo que pueden brindar en la actualidad las baterías disponibles (por supuesto que los botes de vela han operado con energía eólica durante miles de años).
Las baterías son “parte de la respuesta para el futuro, pero no es necesario que sean la única respuesta”, opinó David Foulkes, director ejecutivo de Brunswick, empresa que fabrica los motores marinos marca Mercury.
Sin embargo, Mercury ha revelado un prototipo de motor eléctrico fuera de borda y está observando de cerca el giro hacia la electrificación.
“Buscamos ser un líder en este espacio”, comentó Foulkes, quien conduce un Porsche impulsado por batería. “Aunque el mercado es pequeño en este momento, queremos estar ahí y ver qué sucede en el mercado”. El director ejecutivo de Taiga, Samuel Bruneau, comentó que electrificar las motos de nieve era un desafío porque las baterías y los motores necesitaban soportar temperaturas extremas y un terreno irregular.
“Nadie se acercaba a ese nicho, porque se necesitaría nueva tecnología”, comentó. “Ahí vimos nuestra oportunidad”.
La competencia está en camino. BRP, una empresa con sede en Quebec que fabrica las motos de nieve Ski-Doo, así como vehículos todo terreno y lanchas de motor, ha anunciado que ofrecerá versiones eléctricas de todos sus productos para 2026. La empresa también planea entrar al mercado de las motocicletas en 2024 con una línea eléctrica de estos vehículos.
“Hay una tendencia a partir del automóvil”, opinó José Boisjoli, director ejecutivo de BRP, el fabricante más grande de motos de nieve. “No podemos ignorarla”.
Sin embargo, Boisjoli mencionó que la transición iba a ocurrir más lento con los vehículos recreativos. En primer lugar, los mercados son mucho más pequeños, lo cual dificulta más el ahorro de costos que conlleva la producción en masa. Menos de 135.000 motos de nieve se vendieron a nivel mundial en 2021, en comparación con los cerca de 60 millones de autos.
Además, las motos de nieve y las lanchas de motor no reciben subsidios del gobierno ni exenciones tributarias que pueden reducir miles de dólares del precio de un auto eléctrico. Cargar las baterías también es un problema en el bosque. Taiga ha instalado estaciones de carga a lo largo de una popular red de senderos para motos de nieve en Quebec y planea poner más.
No obstante, las personas que se aventuran en lo profundo del bosque seguirán prefiriendo la gasolina, comentó Boisjoli. “El motor de combustión estará presente en las motos de nieve durante mucho tiempo”, mencionó.
Dominic Jacangelo, director ejecutivo de la Asociación de Motos de Nieve del Estado de Nueva York, coincidió en que la gente que recorre largas distancias en motos de nieve —viajes de más de 160 kilómetros al día sin ningún problema— estará escéptica.
Sin embargo, Jacangelo comentó que estaba ansioso por probar una Taiga. “En términos de rendimiento, es un vehículo que le seguirá el ritmo a cualquiera del mercado”, señaló.
Debido a que las motos de nieve eléctricas son más silenciosas, podrían reducir la fricción entre las personas que usan motos de nieve y la gente que considera las máquinas una afrenta para la naturaleza. Esto abriría más terreno para las motos de nieve.
“Sin duda, un vehículo eléctrico cambiará mucho la visión de los ambientalistas sobre las motos de nieve”, opinó Jacangelo. Motos de nieve impulsadas por baterías producidas por Taiga Motors en un puerto de carga en Saint-Paulin, Quebec, Canadá, el 29 de marzo de 2022. (Nasuna Stuart-Ulin/The New York Times)