Se trata de una de las adquisiciones bancarias más importantes desde la crisis de 2008 y un bálsamo para las finanzas del segundo grupo bancario de España, que acumulaba pérdidas este año debidas principalmente a la revisión a la baja del valor de su filial estadounidense.

Para PNC Financial Services, con sede en Pittsburg (Pensilvania) y una importante presencia en el este y el medio este estadounidense, supondrá una expansión hacia los estados del sur y el oeste del país como Texas, Alabama y Arizona, donde BBVA concentraba su actividad.

"Esta es una gran operación para todas las partes", señaló en un comunicado el presidente del BBVA, Carlos Torres Vila. "La compañía tendrá franquicias de costa a costa con presencia en 29 de los 30 mercados más importantes de EEUU", indicó por su parte PNC.

La operación se llevará a cabo en efectivo y debería cerrarse a mediados de 2021 si supera las aprobaciones regulatorias. Su anuncio provocó un salto de más del 15% en la cotización de los títulos de BBVA en la bolsa de Madrid.

Según el comunicado del banco español, el precio "representa 19,7 veces el resultado obtenido por la unidad en 2019, y equivale a cerca del 50% del valor en bolsa actual de BBVA, por lo que la operación crea un enorme valor para los accionistas".

"Este precio es más de dos veces y media el valor que los analistas asignan a esta filial", incidió Carlos Torres Vila.

- 'Mayor flexibilidad estratégica para invertir' -
El mercado estadounidense, en el que había entrado en la década del 2000, cada vez era menos relevante para BBVA. En los tres primeros trimestres de 2020, supuso un 4,3% de su beneficio, lejos de lo aportado por México (44,9%), Turquía (18,7%) o España (16,4%).

De hecho, el banco español acumula pérdidas netas de 15 millones de euros (unos 17,8 millones de dólares) en este periodo a causa, principalmente, de la revisión a la baja del valor de su filial estadounidense, inscrita en los balances desde principios de año por 2.000 millones de euros (unos 2.370 millones de dólares).

El BBVA se desprende de su red de 637 oficinas y activos valorados en 102.000 millones de dólares, pero mantendrá su negocio de banca corporativa e inversión, con sede en Nueva York, así como el fondo de inversión de capital riesgo Propel Venture Partners y la firma de correduría BBVA Securities.

La transacción dotará al banco de "mayor flexibilidad estratégica para invertir en los mercados en los que opera", aseguró el BBVA, que en 2018 ya vendió su filial chilena al canadiense Scotiabank.

En la prensa española se multiplican los rumores de una adquisición de su compatriota Banco Sabadell, cuyos títulos también se dispararon en bolsa (+15%).

Según la entidad española, la venta generará una plusvalía de 580 millones de euros (unos 690 millones de dólares) y reforzará la ratio CET1 'fully loaded', que mide la solvencia financiera, en momentos de incertidumbre debido a la pandemia.

El mes pasado, el BBVA anunció que había depreciado activos por valor de 5.000 millones de euros en 2020 debido al "deterioro de las perspectivas macroeconómicas" por el covid-19 y que había aumentado las provisiones en un 113% respecto al año anterior para hacer frente a posibles impagos.

En el tercer trimestre, el banco registró un beneficio de 1.141 millones de euros (unos 1.350 millones de dólares), un 6,8% menos del obtenido en 2019 pero superior al augurado por los expertos consultados el proveedor de informaciones financieras Factset.

Según explicó BBVA, las operaciones financieras impulsaron este beneficio y compensaron el impacto negativo de la pandemia.

Con información de Agencias