"La mayoría de las personas (89%) quisieran continuar trabajando desde casa al menos una parte del tiempo después del confinamiento", cita el diario Otago Daily Times los resultados de una encuesta en línea realizada del 6 al 25 de mayo entre 2.595 neozelandeses que, antes de la desescalada, trabajaron de forma remota.

El 73 por ciento de los entrevistados dicen haber sido igual de productivos trabajando desde casa, o mejorado incluso su rendimiento; al 66 por ciento, el teletrabajo les resultó fácil o relativamente fácil; y el 38 por ciento no había tenido esa experiencia antes de la pandemia.

"Lo que queremos es un equilibrio, lo mejor de ambos mundos tanto para el individuo como para la organización", comentó la investigadora Paula O'Kane.

Entre los puntos fuertes del teletrabajo, los participantes del estudio señalan la productividad, menos gastos, más flexibilidad a la hora de planificar el día, aunque hubo diferencias en las respuesta de trabajadores que tienen hijos u otras personas a su cargo y aquellos que no tienen esas responsabilidades.

Las principales dificultades son desconectar, equilibrar el trabajo y la familia, hacer malabares para compaginar el trabajo con el cuidado de los niños, la ansiedad derivada de la pandemia, el estrés de la comunicación virtual y mayores expectativas por parte de los empleadores.

"Muchos participantes han mencionado expresamente el agotamiento", dijo O'Kane.

La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, sugirió la semana pasada una semana laboral de cuatro días, como algo que podría convenir a empresas y empleados.

Nueva Zelanda registró hasta este jueves 1.504 casos de covid-19, entre ellos 1.474 recuperados, 22 fallecidos y apenas ocho casos activos, ninguno de los cuales está ingresado. El miércoles fue dado de alta el último paciente con coronavirus. Las autoridades fueron relajando gradualmente las restricciones y estudian pasar al nivel de alerta 1, el más bajo, el próximo mes. (Sputnik)