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Con 149 años de historia, el colegio Santo Domingo da un paso más en su constante evolución al inaugurar la renovación del edificio de primera infancia (0 a 5 años). Este espacio no solo es una ampliación arquitectónica, sino la materialización de una nueva propuesta educativa de calidad, en la que el alumno es el protagonista.
En 2018 la institución inició un proceso de reflexión, formación e innovación para adaptarse a las necesidades de niños y jóvenes en un contexto educativo en constante cambio, para promover el desarrollo integral de las personas y su compromiso cristiano a través de los valores del Evangelio.
Este camino se materializó entre 2023 y 2024 con el comienzo de las obras y el acondicionamiento de las aulas. Continúa en 2025 con un nuevo edificio “diseñado para ser un espacio amplio de acogida y de encuentro entre los niños de distintas clases, los maestros, y abierto a la comunidad de familias”, destacó la doctora Claudia Pérez Troncoso, directora general del Santo Domingo.

Foto: cedida a Montevideo Portal
El espacio como tercer educador
El nuevo edificio refleja los pilares que sostienen la propuesta pedagógica pastoral del colegio: el alumno como centro, el docente como guía, la familia como aliada y el espacio como un educador más. Este escenario flexible, según explicó Pérez Troncoso, se adapta a las necesidades de cada niño, fomenta el movimiento, el juego, la creatividad y permite que ellos elijan cómo habitarlo.
“Las familias, las niñas, niños y jóvenes nos contaron con qué colegio soñaban, y ese sueño fue el motor de este codiseño”, subrayó Pérez Troncoso.
El diseño incluye espacios innovadores que promueven la neurodiversidad, con una paleta de colores pensada para todos. Además, apuesta por la luminosidad y la accesibilidad, sumando rampas, más luz y mobiliario adaptado al tamaño de los niños, asegurando que cada alumno pueda participar plenamente.
También se incorporó un comedor, un área de calma, descanso, oración, reflexión y encuentro, así como una sala de psicomotricidad y tres patios que responden a distintas necesidades según las edades.
Tal como explicó la directora general, en el Santo Domingo “el espacio trasciende lo físico, se convierte en un lugar que inspira a aprender y explorar. Aquí, un aula puede ser un cohete a la Luna o una casa para el juego simbólico. Este edificio espera transformarse junto a los niños, quienes siempre serán el centro de nuestra propuesta”, expresó.
Visión a futuro en todos los niveles
El nuevo modelo pedagógico pastoral no solo abarca a la primera infancia. El colegio viene incluyendo en Primaria una transformación disruptiva en el proceso de enseñanza y aprendizaje, y en Secundaria también se están trabajando diversos proyectos con la participación de los jóvenes.