Por The New York Times | Tara Siegel Bernard, Emily Flitter y Anupreeta Das
Ha pasado un año desde que Mat Bowen, quien era el pastor de una pequeña iglesia en Gibson City, Illinois, tuvo ese sueño: Elon Musk, el director ejecutivo de Tesla, lo exhortaba a comprar Dogecoin.
Bowen apenas había comenzado a incursionar en el mundo de las inversiones. Pronto descubrió WallStreetBets, el foro de discusión en línea de Reddit donde muchos pequeños inversionistas planeaban comprar acciones de GameStop, el minorista de venta de videojuegos con problemas financieros, en un intento para darle una lección a Wall Street. Algunos fondos de cobertura habían apostado que las acciones de GameStop caerían. En cambio, se dispararon, a medida que los inversionistas se aliaban en enero del año pasado para hacer que el precio ascendiera más del 1700 por ciento.
Atrapado en el frenesí, Bowen también compró GameStop. En julio, dejó la iglesia para convertirse en operador por cuenta propia de tiempo completo, ya que estaba convencido de que se unía a una lucha contra la injusticia financiera.
Las creencias que sostienen el fenómeno del año pasado de las acciones virales son más fuertes que nunca. Para un gran número de inversionistas individuales, el mercado de valores se ha vuelto un campo de batalla en el cual unen fuerzas para corregir situaciones percibidas como malévolas y combatir a los poderosos. A tal grado que cuando el mercado de valores subió y bajó de repente la semana pasada, muchos pequeños inversionistas permancieron impertérritos. Los precios a la baja fueron otra oportunidad para adquirir más acciones de sus compañías favoritas.
“La razón por la que todavía estoy en esto, y la razón por la que estoy dispuesto a llevar estas acciones a cero, es por mis conciudadanos”, afirmó Bowen, quien tiene una maestría en Divinidad del Seminario Teológico de Princeton. Él explicó la llamada lucha de acciones virales en términos morales. “La batalla del bien contra el mal no solo se limita a los muros de una iglesia o una sinagoga o una mezquita”, señaló.
GameStop fue una especie de revelación de un cambio radical en las inversiones del mercado de valores que se había estado gestando desde el principio de la pandemia. Encerrados en casa, con mucho dinero obtenido gracias a los cheques de estímulo del gobierno (conocidos como “estimis”) y viendo cómo el mercado de valores ascendía a niveles altísimos incluso conforme la economía se tambaleaba, millones de pequeños inversionistas comenzaron a dar pasos tentativos hacia la operación por cuenta propia en la primavera de 2020.
A muchos los guio una comunidad en línea de operadores de hueso colorado determinados a ganar dinero en un mundo que consideraban manipulado por las grandes firmas de Wall Street. Juntos, convirtieron la inversión en un movimiento masivo que era personal, con un giro decididamente antiexpertos y anti-Wall Street.
Los nuevos operadores a menudo se refieren a ellos mismos como “simios” en homenaje a “El planeta de los simios: (R)Evolución”, una película de 2011 en la que los simios desafían el dominio humano. Al parecer, son en su mayoría hombres de veinte y treinta y tantos años. En los foros de las redes sociales, presentan ideas alternativas sobre las operaciones bursátiles y se desahogan sobre cómo el sistema en general está amañado en su contra. Se ha asentado una teoría de que las firmas de Wall Street, en alianza con reguladores, ha creado acciones “sintéticas” o apócrifas de GameStop como parte de una elaborada estrategia de especulación... que debe ser detenida.
En entrevistas, los inversionistas cuya vida y creencias cambiaron de manera significativa como resultado del dinero que destinaron a acciones virales hablaron sobre la comunidad que habían encontrado a través de sus inversiones y su fe en la información que habían obtenido de sus redes.
“Este es nuestro momento en la historia para las injusticias financieras”, indicó Bowen, de 30 años. “Llegamos para quedarnos, para lograr esos cambios financieros con el fin de que pueda haber un libre y justo mercado”. Además de GameStop, acciones de AMC Entertainment, la cadena de cines que también enfrenta dificultades, y de Sundial, una compañía de marihuana, representan una cuarta parte de su portafolio, según el propio Bowen.
Cuando las acciones de GameStop se cotizaron por las nubes en enero del año pasado, Robinhood, una aplicación de operaciones bursátiles sin comisiones que es popular entre los pequeños inversionistas, restringió de manera temporal las operaciones con acciones virales, dio como razón las regulaciones de Wall Street y problemas de liquidez. Las acciones de GameStop se desplomaron de casi 500 dólares a 40 dólares en tres semanas, lo que causó grandes pérdidas para los inversionistas. Desde entonces, han recuperado su valor hasta cotizarse en 100 dólares, aunque la compañía en general publica pérdidas trimestrales.
AMC, la otra gran acción viral que muchos operadores creen que Wall Street también está manipulando, se cotiza en alrededor de 15 dólares, solo un poco más alto que hace un año, a pesar de haber alcanzado, durante un breve periodo, los 60 dólares en junio. El futuro de la compañía es incierto, pero el destino de la acción es más claro: el público (a diferencia de los inversionistas institucionales o las personas que trabajan en la empresa como Adam Aron, el director ejecutivo) controlan la mayoría de las acciones de AMC.
Harrison Fritz, de 25 años, quien trabaja en la industria financiera, invirtió 8000 dólares (la mayoría de sus ahorros) en acciones de GameStop en enero del año pasado, atraído por la posibilidad de obtener ganancias. Sin embargo, el abrupto cierre de las operaciones molestó a Fritz. En su opinión, los grandes operadores de Wall Street decidieron interrumpir lo que estaban haciendo los pequeños inversionistas. ¿Por qué se les permitió hacer eso?
“Creó un odio enorme y arraigado, y mucha gente sintió que le habían robado dinero que le pudo haber cambiado la vida”, opinó Fritz. “Vimos al movimiento realmente cambiar de ser sobre ganancias financieras a ser una manera de vengarse del ‘sistema’. Muchas personas en Reddit comenzaron a usar la terminología ‘revolución’”.
Kunal Gogna, un científico de datos clínicos de 36 años que radica en San Diego, comenzó a hacer transacciones bursátiles al comienzo de la pandemia. Como no sabía nada sobre finanzas, empezó a seguir los consejos de Keith Gill, un hombre de 34 años de Massachusetts que se llamaba a sí mismo Roaring Kitty. Gill había invertido fuertemente en las acciones de GameStop y alentaba a otros a unírsele desde mediados de 2019. A medida que profundizaba más, pasando horas leyendo lo que otros operadores habían publicado sobre GameStop, Gogna se convenció de que algo mucho más oscuro estaba ocurriendo. Varias publicaciones detallaron lo que los usuarios estaban calificando como un complot de Wall Street, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés) y una intermediaria para crear acciones de GameStop falsas o “sintéticas”.
El objetivo del plan, según las publicaciones, era ayudar a los fondos de cobertura a lograr la venta corta que no pudieron hacer el año anterior. Vender en corto significa que un inversionista recibe acciones prestadas de otro y las vende de inmediato, con la esperanza de que el precio caiga y el inversionista pueda comprarlas de nuevo a un menor precio, regresarlas y embolsarse la diferencia. Las teorías circulaban en un foro de Reddit llamado Superstonk, que había sido creado en marzo, después de que GameStop había dejado los titulares, por admiradores de hueso colorado de la compañía. Existen trabajos de investigación detallados llamados “comprobaciones debidas” (DD, por su sigla en inglés), los cuales muestran teorías disparatadas sobre cómo varias personas de Wall Street manipulaban en secreto GameStop y otras acciones virales.
Una premisa central de la existencia del plan es que el breve interés en GameStop (o la cantidad de acciones en venta corta) es superior al 100 por ciento. La única manera de contrarrestar el plan es que operadores individuales compren acciones de GameStop a cualquier precio para evitar que caigan: la “madre de todas las ganancias rápidas” (MOASS por su acrónimo en inglés). Gogna está entre los operadores que han prometido “defender hasta la muerte” (HODL, por su acrónimo en inglés).
Frank Partnoy, un profesor de Derecho en la Universidad de California, campus Berkeley, relató que las acciones sintéticas pueden existir debido a que las mismas acciones a menudo son prestadas a múltiples vendedores en corto al mismo tiempo, lo que crea la impresión de que hay más acciones de las que realmente existen. Sin embargo, agregó: “No es verdad que la SEC estaría involucrada y no es fácil hacer algo como esto. Además, también sería manipulador, por lo que sería ilegal”.
El discurso del foro Superstonk muestra cómo el evangelio de las acciones virales se ha arraigado entre una amplia variedad de inversionistas (desde aquellos que ya no lo creen, como Fritz, hasta otros que lo aceptan sin cuestionamientos). Fritz se salió de la llamada lucha después de que notó que los moderadores de Superstonk eliminaban con rapidez publicaciones que causaban “miedo, incertidumbre y duda” sobre la teoría de GameStop. En mayo, vendió sus acciones de GameStop, con una ganancia neta “muy pequeña”. La mayoría de su capital está ahora en “inversiones mucho más aburridas y más seguras” como fondos negociados en bolsa, aseveró Fritz. (No quiso que su ubicación o puesto laboral se dieran a conocer en este artículo porque temía que su decisión de compartir su perspectiva sobre su cambio de parecer pudiera generar ataques en el mundo real de parte de otras personas que publican en Superstonk).
A diferencia de Fritz, que entraba y salía del mundo de Reddit, Blayne Macauley, una artista de 38 años de Atlanta, nunca creyó en las conspiraciones ni consideró las operaciones como una forma de vengarse de Wall Street.
Macauley se dedicó a comprar y vender acciones a principios de la pandemia. Cuando el frenesí de GameStop despertó su curiosidad en enero del año pasado, puso 25,000 dólares en una cuenta de corretaje para invertir principalmente en acciones virales. Su posición más larga fue en AMC, que adquirió en alrededor de 4 dólares y la vendió después de que las acciones se recuperaron de una caída en febrero.
El frenesí de las acciones virales le demostró que podía ganar dinero con la compraventa de acciones, pero también modificó la forma en la que pasa su tiempo. “Se volvió una verdadera adicción”, confesó Macauley, quien ahora realiza transacciones diarias, la mayoría en opciones. Lo único que ha querido hacer desde entonces es hablar de acciones, así que creó un pódcast con su cuñado para hacer justo eso.
“Existe una comunidad de personas que se ha creado en torno al pódcast y están pendientes de que me vaya bien. Para mí, ha sido un cambio de vida. Así que, desde ese aspecto”, agregó y usó el símbolo de la bolsa de valores para GameStop, “las operaciones de GME AMC cambiaron mi vida”, comentó Macauley Jesus Gonzalez y su hermana, Ruby Gonzalez, ambos inversionistas de AMC Entertainment, afuera de un cine de esa cadena en Glendale, California, el 27 de enero de 2022. (Caitlin O'Hara/The New York Times). Jesus Gonzalez y su hermana, Ruby Gonzalez, ambos inversionistas de AMC Entertainment, en Glendale, California, el 27 de enero de 2022. (Caitlin O'Hara/The New York Times).