La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentó un nuevo documento en que discute los impactos de la guerra de Ucrania en América latina y El Caribe (ALC). Sus principales mensajes auguran un escenario de dificultades hacia adelante, especialmente porque el choque de la guerra se suma al de la pandemia, y previamente, al de la crisis financiera global del 2008. La estimación del crecimiento mundial en 2022 es del 3,3 % anual, un punto porcentual inferior a la estimación previa al comienzo del conflicto. En lo que se refiere a ALC, hay una revisión a la baja de la expectativa de crecimiento, que cayó de 2,1 % al 1,8 %, según se lee en un comunicado
Las economías de ALC comenzaron a experimentar un incremento de la tasa de inflación en 2021. La inflación anual de la región en abril de 2022 fue del 8,1%, lo que supone un alza de 1,5 puntos porcentuales respecto del valor registrado al cierre de diciembre de 2021. Muchos bancos centrales anticipan que la inflación se mantendrá elevada en lo que resta de año, como consecuencia del alto nivel de incertidumbre en el contexto internacional y de los choques externos de oferta.
Una aceleración de la inflación se va a reflejar en un aumento significativo de la pobreza. El escenario base considera 2,0 puntos porcentuales adicionales a las expectativas de inflación vigentes en el primer trimestre de 2022. Si la inflación se incrementa 2,0 puntos porcentuales por sobre el valor previsto en el escenario base, la pobreza total crecería 1,6 puntos porcentuales y la pobreza extrema 1,1 punto porcentual, en comparación con el valor proyectado para 2021. En ese caso no sólo la pobreza extrema, sino también la pobreza llegaría a niveles superiores a los registrados en el primer año de la pandemia.
Dentro de este panorama poco alentador para el conjunto de la región, se prevé que los impactos de la guerra sobre la economía uruguaya serán, relativamente, menos fuertes. La expectativa de crecimiento para el 2022 es del 3,9 %, bastante superior a la media de ALC (1,8 %). De todas formas, la política pública tendrá que estar especialmente atenta a los impactos de la crisis sobre la pobreza. Esta última aumentaría del 4 % al 4,4 % de la población en el escenario base con 2 puntos porcentuales adicionales en la tasa de inflación.