El plazo de adhesión caduca este viernes a las 17.00 hora de Nueva York (21.00 GMT). pero los resultados no se conocerán hasta el lunes próximo, aunque el Gobierno de Alberto Fernández ha asegurado que espera una "amplia aceptación".
Argentina presentó su oferta inicial de canje el 21 de abril, la enmendó en julio y finalmente, tras duras negociaciones con tres comités de acreedores liderados por poderosos fondos de inversión, formalizó una nueva oferta con mejoras el pasado 17 de agosto.
Esta última propuesta fue consensuada con los tres mayores grupos de acreedores que aseguraron contar con el respaldo de tenedores de más del 50 % de los bonos a reestructurar, un apoyo fundamental para el éxito del proceso.
Las denominadas cláusulas de acción colectiva (CACs) estipulan niveles mínimos de adhesión de entre el 66,6 % y el 85 %, según las diversas series de bonos, para dar por aprobada la reestructuración e imponer el canje aún a los acreedores que no hubieran dado su consentimiento.
"Se estima que la adhesión es alta, pero aún falta conocer en qué porcentaje en relación a los umbrales de activación de las CACs. Es a este detalle al cual los inversores le prestarán especial atención, para tener una idea sobre si el canje puede hacerse vinculante al 100 % de las diversas series de bonos", observó hoy la firma de inversiones financieras Puente.
Un acuerdo consistente
Para el Gobierno argentino, el acuerdo de reestructuración es "consistente con la sustentabilidad de la deuda del sector público, así como con la recuperación económica" del país, que desde abril de 2018 atraviesa una recesión que se ha profundizado con la pandemia de COVID-19.
La propuesta de canje implica una quita de capital promedio del 1,9 % y comenzar a pagar cupones de interés a partir de enero próximo.
Si finalmente el canje se concreta el próximo 4 de septiembre, ese día Argentina dará a los acreedores a cambio de los viejos títulos -21 series en total- diez nuevos bonos con vencimientos entre 2030 y 2046.
Por los nuevos títulos, Argentina pagará un cupón inicial de 0,125 % y uno máximo del 5 %, con una tasa promedio del 3,07 %.
Además, reconocerá los intereses devengados y no pagados hasta el 22 de abril pasado a todos los tenedores de bonos y hasta el 4 de septiembre para aquellos que hayan expresado formalmente su consentimiento a la oferta.
Alivio en puerta
Si el canje se concreta, Argentina logrará un alivio en la carga de intereses de su deuda y alargar el calendario de vencimientos, que estaban muy concentrados entre 2020 y 2023.
Según ha explicado el ministro de Economía, Martín Guzmán, mientras actualmente Argentina paga 7 dólares de intereses por cada 100 dólares de deuda, pasará a abonar 3 dólares de intereses luego de la reestructuración.
El canje implicará que en los próximos cinco años la carga de deuda que debe afrontar Argentina se reducirá en 42.500 millones de dólares.
El horizonte se despeja así, especialmente en el corto plazo, con compromisos de pago hasta 2024 por 4.500 millones de dólares, incluyendo los pagos por bonos de ley de Nueva York como por aquellos títulos emitidos bajo ley argentina.
El Gobierno sostiene que solucionar los problemas de deuda es un paso necesario para normalizar la economía y resolver la crisis que vive Argentina, cuya economía podría caer este año al menos un 12,5 %, según pronósticos privados.
La otra reestructuración
Mientras da los pasos finales para concretar el canje de bonos de ley extranjera, Argentina mantiene abierta la adhesión a una propuesta de reestructuración de bonos en dólares emitidos bajo ley argentina por 41.714 millones de dólares.
La suscripción al canje de bonos de ley argentina tiene una etapa temprana, que cierra el próximo martes, y una de adhesión tardía, que concluirá el 15 de septiembre.
Por otra parte, el Gobierno de Alberto Fernández solicitó formalmente el pasado miércoles al Fondo Monetario Internacional el inicio de negociaciones para refinanciar la deuda que el país suramericano tiene con ese organismo.
Concretamente, Argentina busca un nuevo programa de asistencia financiera con el Fondo que implique la reprogramación de los vencimientos por 44.000 millones dólares con el organismo que el país debería pagar entre 2021 y 2024, compromisos que asegura que no puede afrontar en los plazos establecidos.
Con información de EFE