Amazon, en los últimos meses, ha estado empujando agresivamente a sus empleados a volver presencialmente a la oficina. Según el sitio Business Insider, en febrero la empresa anunció que los empleados tendrían que asistir por lo menos tres días por semana, y desde entonces, el gigante ha intensificado la batalla contra empleados remotos.
Correos electrónicos a los empleados sobre su asistencia, paneles internos para mostrar cuántos días a la semana cada empleado iba a la oficina, y decirles a los gerentes en octubre que podían comenzar a despedir a los empleados que no cumplían con los requisitos de regreso a la oficina, entre otras, son algunas de las medidas tomadas por la empresa.
Varios funcionarios interpelaron a los ejecutivos por esto, y respondieron vagamente, a falta de datos que los justificaran. Mike Hopkins, vicepresidente senior de Prime Video y Amazon Studios, dijo que “no tenía datos de ninguna manera” sobre si exigir trabajo presencial generaba mayor productividad.
Sin embargo, la escasez de evidencia posiblemente no evite que el “Return-to-office” (RTO) se imponga por los superiores.
Según un informe de la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos, los trabajadores remotos eran un 18% menos productivos que sus homólogos en persona. Aun así, no es correcto utilizar el trabajo de los trabajadores de datos de nivel básico en la India (quienes fueron reclutados específicamente para el estudio) como indicador de todos los empleados en todas las industrias del mundo. Por otro lado, la medida de su productividad era la "velocidad neta", o el número de entradas correctas que realizaban en un minuto; esto quiere decir que la productividad se relacionó con velocidad.
Según Business Insider, estos estudios no son extrapolables, y junto al impulso de la RTO, a menudo revelan una ignorancia absoluta del lugar de trabajo y del trabajo en sí, tanto de su estructura como de sus resultados.