Airbus consolidó en 2022 su posición de número uno de la aviación civil, con más entregas y pedidos que los de su rival estadounidense Boeing, aunque el consorcio europeo tuvo que lidiar con las dificultades de sus abastecedores para garantizar su cadencia de producción.

Airbus entregó el año pasado 661 aviones, frente a 480 de Boeing. Y recibió 820 pedidos confirmados, frente a 800 de la empresa de Seattle.

Las entregas de Boeing representan pese a todo un aumento de 40% respecto a las de 2021 y su mejor resultado desde 2018, cuando el grupo se vio golpeado por la crisis de su modelo 737 MAX después de dos accidentes mortales y por el frenazo del tráfico aéreo a causa de la pandemia de covid.

También tuvo que detener durante más de un año, hasta agosto, sus entregas de los 787 Dreamliner, a causa de problemas de producción.

Ese despegue fue superior al de Airbus, cuyas entregas aumentaron 8% respecto a 2021, cuando el grupo volvió a aumentar su producción menoscabada por la pandemia.

"Estamos claramente por debajo de nuestros objetivos, pero dada la complejidad de nuestro entorno operativo, me gustaría dar las gracias a nuestros equipos y socios por sus esfuerzos y los resultados obtenidos", dijo el presidente ejecutivo de Airbus, Guillaume Faury, citado en un comunicado.

Las dificultades de la cadena mundial de proveedores para seguir el despegue de Airbus llevaron a la compañía a rebajar de 720 a 700 su objetivo inicial de entregas de aviones en 2022. Y en diciembre admitió que tampoco alcanzaría esa cifra.

Un problema común al de los dos gigantes de la aeronáutica, que también tuvieron que enfrentar la falta de mano de obra, las tensiones de aprovisionamiento de algunas materias primas y de componentes electrónicos y la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania.

Ritmo difícil de seguir

La irregularidad en el aprovisionamiento de motores, sobre todo en el primer semestre, afectó la producción.

Las entregas son un indicador fiable de la rentabilidad en la industria aeronáutica, ya que los clientes pagan la mayor parte de la factura cuando toman posesión del avión.

Las dos compañías tuvieron un importante aumento de pedidos gracias al aumento del tráfico aéreo mundial y al deseo de las aerolíneas de modernizar sus flotas, con aparatos que consuman menos carburantes y emitan menos CO2.

Con 820 pedidos netos, Airbus registra el mejor resultado comercial desde 2017.

Boeing, que en 2021, con 535 pedidos, había superado de poco los 507 pedidos del grupo europeo, deja este año la corona a su rival.

El gigante estadounidense apuesta ahora por sus aviones de larga distancia, con 182 pedidos confirmados de sus modelos 777 y 787.

En el mismo renglón Airbus tuvo que enfrentar en cambio un número mayor de anulaciones que de pedidos en ese periodo para sus modelos A330 y A350, competidores de los B777 y B787.

AFP