Un sistema para aumentar la temperatura del agua de la canilla de un patio de escuela. Un dispensador de alcohol en gel automático. Un invernadero inteligente. Un robot que arma un cubo de Rubik.
Estos son solo algunos ejemplos de todo lo que se puede realizar en los laboratorios Ceilab, casi 200 repartidos por distintos puntos del país y una cifra que sigue en aumento desde sus inicios hace cinco años.
El martes 28 de mayo Aeropuertos Uruguay y Ceibal presentaron un acuerdo gracias al cual se crearán diez nuevos laboratorios en centros de educación media. “Es una muy buena noticia para el país, una alianza público privada que va a permitir que se extiendan los laboratorios de Ceibal en la zona de alrededor del aeropuerto, alcanzando a unos cuantos liceos, con un financiamiento privado. Los Ceilab son un elemento muy importante en la enseñanza tecnológica y la familiarización de los alumnos con el lenguaje de la robótica”, dijo en el evento el ministro de Educación y Cultura Pablo da Silveira.
Martín Eurnekian, director ejecutivo de Corporación América, señaló: “La expansión de un proyecto educativo como este es la base de la sociedad y la tecnología del futuro, por eso compartimos el convencimiento de que la formación en estos temas es clave para preparar a los jóvenes para el mañana, para adquirir habilidades tecnológicas a estas edades, lo que les va a permitir no sólo soñar ese futuro sino también crearlo. Van a salir a un mundo laboral donde la tecnología es protagonista, donde una mentalidad innovadora es necesaria para encontrar respuestas a los desafíos globales. Nos sentimos protagonistas del desarrollo de las comunidades en las que operamos por eso entendemos que tenemos una responsabilidad”.
El presidente de Ceibal, Leandro Folgar, coincidió con Eurnekian, y añadió: “Si en Uruguay estamos tratando de transitar una transformación en educación más orientada al desarrollo de habilidades necesitamos espacios donde se puedan resolver problemas reales (...). El pensamiento de diseño permite encontrar el problema, identificarlo en las personas que lo viven y lo padecen. Que esta organización nos apoye favorece y acelera que los estudiantes del departamento de Canelones tengan más disponibilidad de estos espacios en sus centros educativos”.
La presidenta de la Asociación Nacional de Educación Pública (ANEP), Virginia Cáceres, celebró esta alianza y la incorporación de Aeropuertos Uruguay a la labor conjunta. “Los Ceilab son espacios muy valorados, no solamente porque estamos acercando la tecnología con una calidad de primer nivel a los centros educativos de nuestro país para que los estudiantes puedan empezar a trabajar y a formarse en esa área, sino además por por el impacto transversal que tienen, el aprender a pensar de una manera distinta que como bien decía Leandro está absolutamente alineado a la transformación curricular que estamos llevando adelante”, señaló.
Un lugar de aprendizaje y colaboración
Potenciar el uso de la tecnología con fines educativos, desarrollar competencias mediante la cultura maker, trabajar de la mano de la comunidad son parte de los objetivos de los Ceilab, que fueron presentados mediante un video explicativo con casos prácticos de soluciones que se han ideado y concretado en estos laboratorios.
El segundo panel de la jornada se centró en profundizar en las características de los Ceilab, cómo funcionan y las experiencias que se han vivenciado en cada uno de ellos. Mauro Carballo, gerente de Ciencias y Tecnologías de Ceibal, expresó: “No son salas de informática, es un lugar de aprendizaje, de colaboración. Rompe con las estructuras tradicionales sobre cómo estudiamos y aprendemos. Es un espacio físico y simbólico en el que se juntan docentes de todas las asignaturas para trabajar en conjunto. Qué importante es poder llevarle esto a los estudiantes y trabajar en base a la motivación propia. Pensar en cómo la comunidad se involucra en estos espacios. Los Ceilab ensamblan los 17 años de desarrollo de Ceibal como organización”.
Florencia Peirano, jefa de Laboratorios Digitales de Ceibal, verbalizó el orgullo por el crecimiento de estas iniciativas para impactar en más estudiantes, quienes reciben a los espacios Ceilab con alegría y expectativa ante los cambios, desarrollando el pensamiento crítico para la vida.
Florencia Talmon, coordinadora de Ceilab, siguió por esta línea, enfatizando cómo estos laboratorios generan una gran red y principalmente un sentimiento de pertenencia en los estudiantes que es fundamental en todos los sentidos. “Permiten el encuentro, el trabajo, que el Ceilab sea un lugar seguro, de compartir, de traspaso de conocimientos que van más allá de los proyectos. Cuando los visitamos vemos el entusiasmo en los chiquilines, los docentes se sorprenden de las ganas que tienen los alumnos porque se sienten parte y están orgullosos de lo que están haciendo, más allá de la tecnología”, afirmó.