Por The New York Times | Ephrat Livni
FTX, el imperio de criptomonedas de Sam Bankman-Fried, fue un desastre monumental y es probable que su agonía dure más que el imperio mismo.
Las empresas de criptomonedas, los inversionistas y las autoridades gubernamentales que escucharon discursos sobre políticas públicas y se embolsaron donaciones políticas del fundador de FTX, conocido como SBF, están sorprendidos. El Plan de Pensiones de los Maestros de Ontario declaró el jueves que amortizará su inversión de 95 millones de dólares en FTX. Coinbase, la única criptomoneda que cotiza en bolsa en Estados Unidos, ha visto devaluarse los precios de sus acciones y sus bonos a medida que la industria de los activos digitales se hunde en una crisis. Y los valores de las criptomonedas, que sufrieron una caída drástica durante el verano, bajaron aún más.
FTX no es la típica empresa que fracasa. John Ray, quien gestionó la quiebra de Enron y fue nombrado director ejecutivo de FTX cuando se acogió al Capítulo 11, dijo que había encontrado muy poca documentación de sus finanzas y que no se podía confiar en la documentación existente. Declaró ante el Tribunal de Quiebra de Estados Unidos que nunca había visto una situación tan caótica como la que estaba encontrando en FTX.
Más de 100 empresas afiliadas se están declarando en quiebra junto con FTX. Podrían unírseles un millón o más de acreedores. La situación es tan grave que FTX ha dicho que no sabe quiénes son sus principales acreedores ni dónde pueden encontrarse muchos activos.
En esta etapa, hay muchas más preguntas que respuestas sobre cómo serán las repercusiones del colapso de FTX. A continuación, tres de las más importantes.
¿Quién sigue?
Las empresas de criptomonedas están muy entrelazadas —invierten unas en otras, se compran tokens entre ellas y se prestan tokens y capital unas a otras—, lo cual significa que el colapso de FTX podría afectar a más empresas.
“Muchas corredoras bursátiles desaparecerán y cerrarán”, afirmó la firma de capital de riesgo para criptomonedas Multicoin Capital el jueves a sus inversionistas en una carta, en la que explicaba que había puesto demasiado dinero y confianza en FTX.
El prestamista en criptomonedas BlockFi, que firmó un acuerdo para ser rescatado por FTX cuando los precios de las criptomonedas se desplomaron en el verano, detuvo los retiros la semana pasada y se está preparando para una posible quiebra. BlockFi declaró que tenía una “exposición importante” a la empresa fallida FTX y su fondo de inversión, Alameda Research.
Los conocedores de la industria creen que habrá más empresas en problemas.
Dos asesores de restructuración le dijeron a DealBook que estaban muy atentos a lo que sucediera con Oxygen, una plataforma de préstamos financieros descentralizados respaldada por Alameda. El token de Oxygen es OXY; su capitalización total de mercado, de aproximadamente 395 millones de dólares en enero, ha disminuido a alrededor de 2,6 millones de dólares.
Genesis Global Capital, uno de los prestamistas más importantes en el criptoespacio, suspendió los retiros y los préstamos nuevos el miércoles. Genesis, que puede haber perdido hasta 175 millones de dólares con el colapso de FTX, está teniendo dificultades para pagar a los acreedores que le han solicitado su dinero. Un vocero de Genesis dijo que sus negocios no crediticios estaban funcionando sin problemas y que estaba “acumulando la liquidez necesaria” para operar.
Genesis está vinculada con muchas otras firmas. Su matriz, Digital Currency Group, es propietaria de la publicación CoinDesk y la firma de inversiones Grayscale, un importante tenedor de criptomonedas, entre otras entidades.
¿SBF irá a la cárcel?
“Esa es la pregunta del millón de dólares. Todo está sobre la mesa”, comentó Joe Rotunda, director de la división de procuración de justicia de la Junta Estatal de Valores de Texas, que empezó a investigar a FTX antes de su colapso.
La complejidad del imperio internacional de FTX, el desorden en los registros, las declaraciones poco confiables y la naturaleza anónima de las transacciones en la cadena de bloques complican las cosas para los investigadores y los fiscales que preparan los casos. Necesitan hacer auditorías forenses y resolver cuestiones jurisdiccionales.
“Las malas inversiones no necesariamente te llevan a la cárcel. Lo peor es el fraude. Eso es lo determinante”, dijo Rotunda. “Ocultar información o mentir. Las palabras y los actos. Hay un deber de divulgar información confiable”, agregó.
Bankman-Fried también enfrenta un litigio civil de sus grandes patrocinadores y capitalistas de riesgo, que comenzaron a desarrollar una estrategia con sus abogados antes de la quiebra (y saben que también tendrán que enfrentar demandas de sus socios comanditarios), así como de los pequeños inversionistas.
Rotunda explicó que los fiscales tendrán que establecer un vínculo físico entre la empresa y el perjuicio en Estados Unidos para cada cargo, así como el grado de la defraudación para los inversionistas en Estados Unidos, lo que establecería la jurisdicción. En Texas, los fraudes más graves de la ley de valores se castigan con cadena perpetua, y su agencia trabaja con fiscales para perseguir esos cargos, en tanto que el Departamento de Justicia y la Comisión de Valores y Bolsa están procesando e investigando de manera conjunta a Bankman-Fried en este momento.
“Las demandas civiles vendrán antes que las penales”, afirmó Paul Foley, experto en derecho de valores del bufete de abogados Akerman. “Cualquiera que haya invertido en FTX tendría una demanda. Pero es mucho más difícil establecer un caso penal que uno civil”.
¿El colapso de FTX dará lugar a más regulación?
Las comisiones del Congreso y las agencias ejecutivas en Washington ya estaban investigando a FTX o están haciendo averiguaciones actualmente. El viernes, la Subcomisión de Política Económica y del Consumidor de la Cámara de Representantes les envió una carta a los directores ejecutivos de FTX, al pasado y al actual, para solicitar información sobre “el alcance total del daño infligido a sus inversionistas”. Esta carta es la continuación de una solicitud de agosto en la que se preguntaba por la transparencia y el fraude en las bolsas de criptomonedas.
La Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes y la Comisión de Banca del Senado anunciaron que celebrarán audiencias sobre la debacle de FTX, que también es probable que aborden nuevas reglas y proyectos de ley pendientes. Las criptomonedas estables —criptodivisas que aparentemente están vinculadas al valor del dólar— son el objeto de una legislación que languidece en la Comisión de Servicios Financieros. Ese proyecto de ley, que garantizaría que los emisores de criptomonedas estables sean más vigilados, como sucede con los bancos, obtendría un impulso renovado.
La Comisión del Senado sobre Agricultura ha estado trabajando en la Ley (bipartidista) de Protección del Consumidor de Productos Básicos Digitales, que le daría a la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos jurisdicción sobre las criptomonedas que se consideran productos básicos, en contraposición a los valores, y requeriría que las bolsas de criptomonedas se registraran en la agencia.
Una de las complicaciones es que, hasta hace poco, Bankman-Fried cabildeó bastante en Washington y fue un defensor de la legislación que testificó ante la comisión, ejerció influencia tras bambalinas con los legisladores y publicó una declaración política relacionada en Twitter.
“Cualquier tipo de política que haya estado impulsando se revaluará”, comentó Lee Reiners, experto en tecnología financiera de la Facultad de Derecho de la Universidad Duke que antes trabajó en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Dejando de lado la política, es probable que el colapso de FTX lleve a la acción. Y algunas empresas de criptomonedas que consideran que la regulación es clave para la legitimidad lo agradecerían.
“Las preocupaciones que los reguladores tienen sobre conflictos de interés y segregación de actividades en el sector de las criptodivisas son reales”, afirmó Jeremy Allaire, director ejecutivo de Circle, una emisora de criptomonedas estables. Sam Bankman-Fried, director ejecutivo de FTX, durante su participación en un panel del congreso Crypto Bahamas en Nassau, Bahamas, el 27 de abril de 2022. (Erika P. Rodriguez/The New York Times) El drástico colapso de esta criptobolsa continúa reverberando en la industria.